¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo con la misma vaina. Parece que cada vez que hay elecciones, nos quieren vender la moto de que el próximo presidente va a solucionar mágicamente las listas de espera del CCSS. Laura Fernández, la aspirante presidencial, le echó agua fría a toda esa ilusión, diciendo textualmente que quien prometa eso, 'es un mentiroso'. Vaya bronca, ¿verdad?
La exdirectora del Sistema General de Salud (SIGSA), en entrevista exclusiva con Diario Extra, lanzó una bomba que resonó por todos lados. Fernández argumenta que la promesa de acabar con las filas interminables de pacientes es un espejismo político, una estrategia para ganarse el cariño del pueblo sin tocar realmente el problema. Como dicen por ahí, fácil hablar, difícil cumplir.
Según ella, la raíz del problema no está en la voluntad política del presidente, sino en un modelo de gobernanza de la CCSS que es un verdadero brete. Lo que necesita, según explica, son cambios estructurales profundos, no simples anuncios mediáticos. 'El presidente tiene solo al presidente ejecutivo, que es un voto en la junta directiva', sentenció, dejando claro que el poder reside en otros lugares y no en el Palacio Nacional.
Fernández hizo énfasis en que la Junta Directiva del CCSS debería estar conformada por profesionales con conocimientos técnicos sólidos, casi como si fueran CEOs de empresas privadas. 'En muchas ocasiones llegan personas que no están aptas para ser directivos de la empresa más grande de Centroamérica', criticó contundentemente. Parece que la falta de experiencia y visión técnica es el talón de Aquiles de este gigante de la salud pública.
La propuesta de Fernández es clara: dejar atrás las promesas vacías y enfocarse en reformas concretas. Se trata de profesionalizar la gestión del CCSS, dotándola de recursos humanos capacitados y procesos eficientes. Esto implica revisar la forma en que se toman decisiones, quiénes las toman y cómo se evalúa su impacto en la calidad de la atención médica.
Pero, ¿qué significa esto en la práctica? Según expertos consultados, implicaría mayor transparencia en la asignación de recursos, optimización de la utilización de equipos médicos y una mejor coordinación entre los diferentes niveles de atención. También requeriría fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones y garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud para todos los costarricenses, sin importar dónde vivan o cuál sea su condición socioeconómica. De verdad, suena a tarea titánica.
Y es que la CCSS, como bien sabemos, arrastra problemas históricos que han contribuido a agravar las listas de espera. La falta de inversión en infraestructura, la obsolescencia de equipos y la escasez de personal médico especializado son algunos de los factores que dificultan la prestación oportuna de los servicios de salud. Resolver estos problemas requiere un esfuerzo conjunto del gobierno, los trabajadores de la salud y la sociedad civil en general. No es una varita mágica, diay.
Ahora bien, con todo este panorama, queda la gran pregunta: ¿Es posible transformar radicalmente el modelo de gobernanza del CCSS sin generar controversias políticas y resistencias internas? ¿Cree usted que la solución a las listas de espera está en cambiar la administración actual o en abordar problemas mucho más profundos y arraigados en nuestra sociedad? Comparta su opinión en el foro, ¡queremos saber qué piensa!
La exdirectora del Sistema General de Salud (SIGSA), en entrevista exclusiva con Diario Extra, lanzó una bomba que resonó por todos lados. Fernández argumenta que la promesa de acabar con las filas interminables de pacientes es un espejismo político, una estrategia para ganarse el cariño del pueblo sin tocar realmente el problema. Como dicen por ahí, fácil hablar, difícil cumplir.
Según ella, la raíz del problema no está en la voluntad política del presidente, sino en un modelo de gobernanza de la CCSS que es un verdadero brete. Lo que necesita, según explica, son cambios estructurales profundos, no simples anuncios mediáticos. 'El presidente tiene solo al presidente ejecutivo, que es un voto en la junta directiva', sentenció, dejando claro que el poder reside en otros lugares y no en el Palacio Nacional.
Fernández hizo énfasis en que la Junta Directiva del CCSS debería estar conformada por profesionales con conocimientos técnicos sólidos, casi como si fueran CEOs de empresas privadas. 'En muchas ocasiones llegan personas que no están aptas para ser directivos de la empresa más grande de Centroamérica', criticó contundentemente. Parece que la falta de experiencia y visión técnica es el talón de Aquiles de este gigante de la salud pública.
La propuesta de Fernández es clara: dejar atrás las promesas vacías y enfocarse en reformas concretas. Se trata de profesionalizar la gestión del CCSS, dotándola de recursos humanos capacitados y procesos eficientes. Esto implica revisar la forma en que se toman decisiones, quiénes las toman y cómo se evalúa su impacto en la calidad de la atención médica.
Pero, ¿qué significa esto en la práctica? Según expertos consultados, implicaría mayor transparencia en la asignación de recursos, optimización de la utilización de equipos médicos y una mejor coordinación entre los diferentes niveles de atención. También requeriría fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones y garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud para todos los costarricenses, sin importar dónde vivan o cuál sea su condición socioeconómica. De verdad, suena a tarea titánica.
Y es que la CCSS, como bien sabemos, arrastra problemas históricos que han contribuido a agravar las listas de espera. La falta de inversión en infraestructura, la obsolescencia de equipos y la escasez de personal médico especializado son algunos de los factores que dificultan la prestación oportuna de los servicios de salud. Resolver estos problemas requiere un esfuerzo conjunto del gobierno, los trabajadores de la salud y la sociedad civil en general. No es una varita mágica, diay.
Ahora bien, con todo este panorama, queda la gran pregunta: ¿Es posible transformar radicalmente el modelo de gobernanza del CCSS sin generar controversias políticas y resistencias internas? ¿Cree usted que la solución a las listas de espera está en cambiar la administración actual o en abordar problemas mucho más profundos y arraigados en nuestra sociedad? Comparta su opinión en el foro, ¡queremos saber qué piensa!
