¡Ay, pata! Aquí estamos, viendo cómo dicen que nuestros sueldos suben, pero al final del mes, parece que nos quitaron más que lo que ganamos. El tema es que, aunque la economía diga que va bien, la realidad en casa pinta diferente, ¿no?
Resulta que el Banco Central (BCCR) soltó el informe de Política Monetaria y ahí viene la bomba: sí, los salarios reales han ido creciendo, pero no al ritmo que necesitamos para realmente sentir la diferencia en nuestro bolsillo. Según los expertos, Vargas y Hernández, la cosa está más lenta pa’ los que menos tenemos.
Lo del ingreso real, pa' los que no andan muy allá, es que puedas comprar más cosas con lo que te paguen, luego de quitarle la influencia de la inflación. El otro día vimos que en agosto pasao, los sueldos iban 6,5% arriba, lo que suena lindo, pero ni raspao. Y ojo, que los del sector privado se llevaron la palma con un 5,8%, mientras que los del gobierno, ahí tranquilos con un 4,3%. Imagínate, como dice mi abu, “pa’l gobierno siempre sobra”.
Ahora, si revisamos por puestos, los que tienen trabajos de calificación media son los que más se han beneficiado, con un 6,9% de aumento. Los de calificación alta también van bien, con 6,7%, pero los de abajo, esos sí que están batallando, apenas un 3,5%. Ahí te queda claro que la cosa no está equitativa, chunche.
Pero lo peor de todo es que todavía no llegamos a donde estábamos antes de la bronca del COVID. Resulta que, aunque hubo mejoras en 2024 y ahora, todavía faltan casi 10% para recuperar lo que perdimos. ¡Qué lata!, como dicen por acá. Como si no fuera bastante con los problemas que ya traemos encima.
Y la explicación es simple, pero frustrante: los precios de las cosas esenciales, como la comida y el transporte, siguen subiendo. Vargas me comentaba que hace unos años, muchos hogares ya estaban luchando pa’ llegar a fin de mes, y con estos aumentos, se fueron al traste. Lo que ganamos, se va directo pa’ pagar lo básico. ¡Un brete!
Hernández agregó que la culpa no es solo de la inflación general, sino de una política cambiaria que está afectando a todo el país. Además, el crecimiento económico del sector privado, donde trabaja la mayoría de nosotros, va lento comparado con la zona franca. Esto significa menos oportunidades y menos salarios decentes para mucha gente. ¡Qué sal!
Al final, el Informe del Estado de la Nación 2025 dice que la cosa está mejorando poquito a poco, pero todavía hay mucho camino por recorrer. Y ni hablar de los alimentos, que siguen siendo carísimos. Entonces, digámoslo clarito: la vara sigue alta, y muchos seguimos luchando pa’ salir adelante. ¿Ustedes sienten que, pese a los aumentos salariales, su dinero rinde igual o menos que antes? Compartan sus experiencias en el foro y cuéntenme, ¿qué estrategias usan para ahorrar y sobrevivir en esta coyuntura económica?
Resulta que el Banco Central (BCCR) soltó el informe de Política Monetaria y ahí viene la bomba: sí, los salarios reales han ido creciendo, pero no al ritmo que necesitamos para realmente sentir la diferencia en nuestro bolsillo. Según los expertos, Vargas y Hernández, la cosa está más lenta pa’ los que menos tenemos.
Lo del ingreso real, pa' los que no andan muy allá, es que puedas comprar más cosas con lo que te paguen, luego de quitarle la influencia de la inflación. El otro día vimos que en agosto pasao, los sueldos iban 6,5% arriba, lo que suena lindo, pero ni raspao. Y ojo, que los del sector privado se llevaron la palma con un 5,8%, mientras que los del gobierno, ahí tranquilos con un 4,3%. Imagínate, como dice mi abu, “pa’l gobierno siempre sobra”.
Ahora, si revisamos por puestos, los que tienen trabajos de calificación media son los que más se han beneficiado, con un 6,9% de aumento. Los de calificación alta también van bien, con 6,7%, pero los de abajo, esos sí que están batallando, apenas un 3,5%. Ahí te queda claro que la cosa no está equitativa, chunche.
Pero lo peor de todo es que todavía no llegamos a donde estábamos antes de la bronca del COVID. Resulta que, aunque hubo mejoras en 2024 y ahora, todavía faltan casi 10% para recuperar lo que perdimos. ¡Qué lata!, como dicen por acá. Como si no fuera bastante con los problemas que ya traemos encima.
Y la explicación es simple, pero frustrante: los precios de las cosas esenciales, como la comida y el transporte, siguen subiendo. Vargas me comentaba que hace unos años, muchos hogares ya estaban luchando pa’ llegar a fin de mes, y con estos aumentos, se fueron al traste. Lo que ganamos, se va directo pa’ pagar lo básico. ¡Un brete!
Hernández agregó que la culpa no es solo de la inflación general, sino de una política cambiaria que está afectando a todo el país. Además, el crecimiento económico del sector privado, donde trabaja la mayoría de nosotros, va lento comparado con la zona franca. Esto significa menos oportunidades y menos salarios decentes para mucha gente. ¡Qué sal!
Al final, el Informe del Estado de la Nación 2025 dice que la cosa está mejorando poquito a poco, pero todavía hay mucho camino por recorrer. Y ni hablar de los alimentos, que siguen siendo carísimos. Entonces, digámoslo clarito: la vara sigue alta, y muchos seguimos luchando pa’ salir adelante. ¿Ustedes sienten que, pese a los aumentos salariales, su dinero rinde igual o menos que antes? Compartan sus experiencias en el foro y cuéntenme, ¿qué estrategias usan para ahorrar y sobrevivir en esta coyuntura económica?