¡Ay, patitos! Aquí la cosa se pone interesante. Laura Fernández, la exministra que ahora anda buscando chambear como presidenta, soltó la bomba de que quiere acabar con las pensiones de lujo, esos dinerazos que se llevan algunos señores que, pa' colmo, ni se fajaron bien en su momento. Dice que le tienen 'sus días contados', ¡y vaya que sí tienen!
Para ponerle contexto al brete, estas pensiones especiales han sido un dolor de cabeza nacional por años. Son unos beneficios que reciben funcionarios públicos retirados, especialmente del Poder Judicial, el Magisterio y algunas jubilaciones que salen directo del erario. La bronca es que algunos montos son… ¡ufff!, desproporcionados, digámoslo así. Tenemos ejemplos de gente cobrando cifras astronómicas mientras otros laburantes luchan por llegar a fin de mes.
Fernández, recordamos, ya había presentado un proyecto de ley hace tiempo, el 24.786, tratando de meterle mano a esto. Pero la onda es que nunca llegó a ningún lado, se quedó varado en la Asamblea Legislativa. Parece que hay intereses muy fuertes cuidando estas pensiones; unos 'amigotes', como dice ella, que no quieren que nadie les quite sus juguitos. Claro, el tema es que esos juguitos salen del bolsillo de todos los costarricenses, ¡una verdadera torta!
Y hablando de dinero, la exministra puso un dato que te hace pensar: con el costo de las 10 pensiones más altas, podríamos estar pagando unas 1509 pensiones normales para la gente trabajadora de la CCSS. ¡Eso es pa’ hacerse bolas! Imagínate, tanta plata desperdiciada en unos pocos privilegiados mientras miles de familias tienen problemas para acceder a una atención médica digna.
Ahora, claro, la promesa suena chivísima. Nadie quiere ver cómo unos pocos se enriquecen a costa del esfuerzo de muchos. Pero también sabemos que quitar estas pensiones no va a ser pan comido. La oposición seguramente levantará la bandera de defender los derechos adquiridos, aunque muchos de esos derechos son producto de normativas antiguas y, francamente, injustas. Será una pelea dura, mae, ¡pero vale la pena llevarla adelante!
Además, tenemos que ser conscientes de que este tema es mucho más profundo de lo que parece. No se trata solo de cortar pensiones, sino de reformar todo el sistema de seguridad social para hacerlo más justo y sostenible. Tenemos que revisar cómo se otorgan los beneficios, quiénes son los verdaderos merecedores y cómo evitar que se siga abusando del sistema.
Y ojo, que Fernández no es la única política que ha tocado el tema. Otros candidatos también han prometido tomar medidas contra las pensiones de lujo, pero ninguno con la misma vehemencia y el mismo discurso frontal que ella. Eso sí, habrá que ver si realmente cumplen sus promesas una vez que lleguen al poder. En Costa Rica, a veces las palabras valen menos que el humo de un braseiro.
En fin, la pelota está en el tejado de los diputados y del próximo gobierno. Laura Fernández ha encendido la polémica y ha puesto el tema sobre la mesa. Pero la pregunta que nos queda es esta: ¿Serán capaces nuestros representantes de hacer lo correcto y quitarle las pensiones de lujo a los jeques del Estado, o seguirán protegiendo sus propios intereses y permitiendo que sigamos viendo cómo se roba el futuro de nuestro país?
Para ponerle contexto al brete, estas pensiones especiales han sido un dolor de cabeza nacional por años. Son unos beneficios que reciben funcionarios públicos retirados, especialmente del Poder Judicial, el Magisterio y algunas jubilaciones que salen directo del erario. La bronca es que algunos montos son… ¡ufff!, desproporcionados, digámoslo así. Tenemos ejemplos de gente cobrando cifras astronómicas mientras otros laburantes luchan por llegar a fin de mes.
Fernández, recordamos, ya había presentado un proyecto de ley hace tiempo, el 24.786, tratando de meterle mano a esto. Pero la onda es que nunca llegó a ningún lado, se quedó varado en la Asamblea Legislativa. Parece que hay intereses muy fuertes cuidando estas pensiones; unos 'amigotes', como dice ella, que no quieren que nadie les quite sus juguitos. Claro, el tema es que esos juguitos salen del bolsillo de todos los costarricenses, ¡una verdadera torta!
Y hablando de dinero, la exministra puso un dato que te hace pensar: con el costo de las 10 pensiones más altas, podríamos estar pagando unas 1509 pensiones normales para la gente trabajadora de la CCSS. ¡Eso es pa’ hacerse bolas! Imagínate, tanta plata desperdiciada en unos pocos privilegiados mientras miles de familias tienen problemas para acceder a una atención médica digna.
Ahora, claro, la promesa suena chivísima. Nadie quiere ver cómo unos pocos se enriquecen a costa del esfuerzo de muchos. Pero también sabemos que quitar estas pensiones no va a ser pan comido. La oposición seguramente levantará la bandera de defender los derechos adquiridos, aunque muchos de esos derechos son producto de normativas antiguas y, francamente, injustas. Será una pelea dura, mae, ¡pero vale la pena llevarla adelante!
Además, tenemos que ser conscientes de que este tema es mucho más profundo de lo que parece. No se trata solo de cortar pensiones, sino de reformar todo el sistema de seguridad social para hacerlo más justo y sostenible. Tenemos que revisar cómo se otorgan los beneficios, quiénes son los verdaderos merecedores y cómo evitar que se siga abusando del sistema.
Y ojo, que Fernández no es la única política que ha tocado el tema. Otros candidatos también han prometido tomar medidas contra las pensiones de lujo, pero ninguno con la misma vehemencia y el mismo discurso frontal que ella. Eso sí, habrá que ver si realmente cumplen sus promesas una vez que lleguen al poder. En Costa Rica, a veces las palabras valen menos que el humo de un braseiro.
En fin, la pelota está en el tejado de los diputados y del próximo gobierno. Laura Fernández ha encendido la polémica y ha puesto el tema sobre la mesa. Pero la pregunta que nos queda es esta: ¿Serán capaces nuestros representantes de hacer lo correcto y quitarle las pensiones de lujo a los jeques del Estado, o seguirán protegiendo sus propios intereses y permitiendo que sigamos viendo cómo se roba el futuro de nuestro país?
