¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez... Parece que nuestra tradición lechera, esa que nos identifica como ticos y nos recuerda las mañanas frescas en Monteverde, está tambaleándose peligrosamente. Fernando Zamora, del Partido Nueva Generación, encendió las alarmas con una denuncia contundente: más de cincuenta familias productoras de leche han tenido que dejar el sistema de compras por culpa de unas políticas gubernamentales que, según él, están dejando abierta la puerta a las importaciones.
Zamora no anduvo con rodeos. Pintó un panorama sombrío, hablando de una “tragedia silenciosa” que se desarrolla a nuestras espaldas. Nos recordó que estas familias, trabajadoras incansables de Monteverde y sus alrededores, se enfrentan ahora a la incertidumbre, a la posibilidad de perder todo lo que construyeron con sudor y sacrificio. ¿Se imaginan la angustia de tener que decirle adiós a años de esfuerzo?
Y lo peor de todo, según el candidato presidencial, es que el gobierno parece hacer caso omiso de la situación. Se queda mirando, ¡con las manos atadas!, mientras la leche extranjera inunda nuestros supermercados a precios mucho más bajos. Eso sí, subsidios de otros países, claro. ¡Un despropicio pa’ nosotros!
"Lo grave no es solo que Sigma haya retirado estos contratos," recalcó Zamora, "sino que el Gobierno no haya hecho absolutamente nada para defender a estas familias, ni para regular un mercado que hoy está siendo inundado de leche extranjera." Ahí lo tienen, directo y sin tapujos. Un llamado de atención bien fuerte para aquellos que toman las decisiones desde arriba.
Pero la cosa no termina ahí, chunches. Zamora también señaló que esta situación beneficia a unos pocos importadores multimillonarios, quienes no tienen que lidiar con los costos laborales y las cargas sociales que sí enfrentamos nosotros, los productores locales. Esto les da una ventaja injusta, permitiéndoles desplazar la producción nacional sin remordimientos. ¡Un robo a mano armada, vamos!
“El país está arrodillado ante los importadores,” sentenció Zamora, con una mezcla de frustración y rabia. Pero no todo está perdido. Él promete defender a quienes trabajan duro, a los que madrugan para traer alimentos a la mesa de todos los costarricenses. “Costa Rica no puede seguir importando pobreza y cerrando fincas nacionales,” advirtió, mostrando así su compromiso con el desarrollo sostenible y la economía local.
Nueva Generación, por supuesto, trae consigo algunas propuestas para darle un respiro a este sector crucial. Hablan de fomentar la competencia justa frente a las importaciones subsidiadas, ofrecer financiamiento a las pymes lecheras, impulsar el apoyo tecnológico y la industrialización nacional. También mencionaron la necesidad de abrirnos nuevos mercados internacionales y crear un programa nacional de rescate productivo. Suena prometedor, pero habrá que ver si cumplen lo que dicen, diay.
En fin, la situación es crítica, y necesita toda nuestra atención. ¿Ustedes qué piensan? Con tanta leche importada barata, ¿cree que estamos perdiendo nuestra identidad como país productor o simplemente se trata de un ajuste inevitable en el mercado global? Dejen sus opiniones abajo, ¡queremos saber qué opina el Foro sobre esto!
Zamora no anduvo con rodeos. Pintó un panorama sombrío, hablando de una “tragedia silenciosa” que se desarrolla a nuestras espaldas. Nos recordó que estas familias, trabajadoras incansables de Monteverde y sus alrededores, se enfrentan ahora a la incertidumbre, a la posibilidad de perder todo lo que construyeron con sudor y sacrificio. ¿Se imaginan la angustia de tener que decirle adiós a años de esfuerzo?
Y lo peor de todo, según el candidato presidencial, es que el gobierno parece hacer caso omiso de la situación. Se queda mirando, ¡con las manos atadas!, mientras la leche extranjera inunda nuestros supermercados a precios mucho más bajos. Eso sí, subsidios de otros países, claro. ¡Un despropicio pa’ nosotros!
"Lo grave no es solo que Sigma haya retirado estos contratos," recalcó Zamora, "sino que el Gobierno no haya hecho absolutamente nada para defender a estas familias, ni para regular un mercado que hoy está siendo inundado de leche extranjera." Ahí lo tienen, directo y sin tapujos. Un llamado de atención bien fuerte para aquellos que toman las decisiones desde arriba.
Pero la cosa no termina ahí, chunches. Zamora también señaló que esta situación beneficia a unos pocos importadores multimillonarios, quienes no tienen que lidiar con los costos laborales y las cargas sociales que sí enfrentamos nosotros, los productores locales. Esto les da una ventaja injusta, permitiéndoles desplazar la producción nacional sin remordimientos. ¡Un robo a mano armada, vamos!
“El país está arrodillado ante los importadores,” sentenció Zamora, con una mezcla de frustración y rabia. Pero no todo está perdido. Él promete defender a quienes trabajan duro, a los que madrugan para traer alimentos a la mesa de todos los costarricenses. “Costa Rica no puede seguir importando pobreza y cerrando fincas nacionales,” advirtió, mostrando así su compromiso con el desarrollo sostenible y la economía local.
Nueva Generación, por supuesto, trae consigo algunas propuestas para darle un respiro a este sector crucial. Hablan de fomentar la competencia justa frente a las importaciones subsidiadas, ofrecer financiamiento a las pymes lecheras, impulsar el apoyo tecnológico y la industrialización nacional. También mencionaron la necesidad de abrirnos nuevos mercados internacionales y crear un programa nacional de rescate productivo. Suena prometedor, pero habrá que ver si cumplen lo que dicen, diay.
En fin, la situación es crítica, y necesita toda nuestra atención. ¿Ustedes qué piensan? Con tanta leche importada barata, ¿cree que estamos perdiendo nuestra identidad como país productor o simplemente se trata de un ajuste inevitable en el mercado global? Dejen sus opiniones abajo, ¡queremos saber qué opina el Foro sobre esto!