Diay, a veces uno se mete a leer noticias y termina con ganas de apagar el celular y hacerse un ovillo. Que la gasolina, que los pleitos en la Asamblea, que el dólar... la misma vara de siempre. Pero de vez en cuando, mae, uno se topa con una nota que le reinicia el sistema y le recuerda que en este país hay un talento descomunal. Y esta es una de esas. Resulta que este finde que pasó se armó la XV Olimpiada Nacional de Robótica en el IICA, allá en Coronado, y vieran qué nivel de evento. Entre un montón de cables, piezas y una imaginación que ya quisiéramos muchos, un montón de güilas se pusieron a crear los robots del futuro. ¡Qué carga de noticia!
La vara es que esto no era solo un juego de armar y desarmar chunches. El tema era "El Futuro de los Robots", y los participantes tenían que tirarse a pista con soluciones robóticas para tareas que hoy ni nos imaginamos. O sea, mientras uno con costos logra que el asistente de voz ponga la canción correcta, estos maes ya están diseñando el futuro. Y aquí viene lo más chiva: los equipos que se coronaron campeones en sus categorías no solo se llevaron el aplauso y el trofeo, sino el tiquete para ir a representar a Costa Rica en la Olimpiada Mundial de Robótica. ¿Adivinen dónde? Nada más y nada menos que en Singapur. ¡Singapur, mae! Un viaje al futuro para los que están construyendo el futuro.
Ahora, hablemos de los que se fajaron. Los ganadores son la prueba de que el brete duro paga. En la categoría de innovadores, por ejemplo, tenemos a los equipos Pollibots, Team Rosario Junior y Sprout, cada uno en su nivel de edad. Con nombres así, uno sabe que la creatividad sobraba. Y en las misiones de robots (RoboMission), los equipos de la Muni de Cartago, Discovery y Plantoms, se lucieron, demostrando que desde la Vieja Metrópoli se está cocinando tecnología de punta. ¡Un aplauso para la Muni de Cartago, por cierto, qué nivel de apoyo! A ellos se suman los Gear Heads en la categoría senior y el equipo Kronos en la de deportes robóticos. En resumen: tenemos una selección nacional de cerebritos lista para comerse el mundo.
Pero más allá de los nombres y los premios, lo que de verdad importa es el mensaje. Este evento es un semillero de habilidades que van mucho más allá de programar un chunche para que se mueva. Estamos hablando de resolución de problemas, de trabajo en equipo, de no frustrarse cuando una pieza no calza o el código da error. Es enseñarles a estos güilas a pensar de forma crítica y creativa, herramientas que les van a servir para toda la vida, se dediquen a la robótica o a hacer el mejor gallo pinto del país. Es la prueba de que cuando se invierte en educación, en ciencia y en tecnología, los resultados hablan por sí solos y nos ponen en el mapa por las razones correctas.
Así que mae, toda la buena vibra para estos equipos que se van para Singapur en noviembre. Son unos cargas y ya son un orgullo para todo el país, sin importar el resultado que traigan. Noticias como esta son un tanque de oxígeno y nos recuerdan que el futuro de Tiquicia se ve brillante, con luces LED y programado para el éxito. Más allá de solo felicitarlos, me queda una pregunta para todos en el foro: ¿Qué creen que nos falta como país para que este tipo de talento no sea la excepción, sino la norma? ¿Es un tema de más inversión, de cambiar el enfoque en los coles, o de que los mismos ticos nos creamos el cuento de que sí podemos competir al más alto nivel?
La vara es que esto no era solo un juego de armar y desarmar chunches. El tema era "El Futuro de los Robots", y los participantes tenían que tirarse a pista con soluciones robóticas para tareas que hoy ni nos imaginamos. O sea, mientras uno con costos logra que el asistente de voz ponga la canción correcta, estos maes ya están diseñando el futuro. Y aquí viene lo más chiva: los equipos que se coronaron campeones en sus categorías no solo se llevaron el aplauso y el trofeo, sino el tiquete para ir a representar a Costa Rica en la Olimpiada Mundial de Robótica. ¿Adivinen dónde? Nada más y nada menos que en Singapur. ¡Singapur, mae! Un viaje al futuro para los que están construyendo el futuro.
Ahora, hablemos de los que se fajaron. Los ganadores son la prueba de que el brete duro paga. En la categoría de innovadores, por ejemplo, tenemos a los equipos Pollibots, Team Rosario Junior y Sprout, cada uno en su nivel de edad. Con nombres así, uno sabe que la creatividad sobraba. Y en las misiones de robots (RoboMission), los equipos de la Muni de Cartago, Discovery y Plantoms, se lucieron, demostrando que desde la Vieja Metrópoli se está cocinando tecnología de punta. ¡Un aplauso para la Muni de Cartago, por cierto, qué nivel de apoyo! A ellos se suman los Gear Heads en la categoría senior y el equipo Kronos en la de deportes robóticos. En resumen: tenemos una selección nacional de cerebritos lista para comerse el mundo.
Pero más allá de los nombres y los premios, lo que de verdad importa es el mensaje. Este evento es un semillero de habilidades que van mucho más allá de programar un chunche para que se mueva. Estamos hablando de resolución de problemas, de trabajo en equipo, de no frustrarse cuando una pieza no calza o el código da error. Es enseñarles a estos güilas a pensar de forma crítica y creativa, herramientas que les van a servir para toda la vida, se dediquen a la robótica o a hacer el mejor gallo pinto del país. Es la prueba de que cuando se invierte en educación, en ciencia y en tecnología, los resultados hablan por sí solos y nos ponen en el mapa por las razones correctas.
Así que mae, toda la buena vibra para estos equipos que se van para Singapur en noviembre. Son unos cargas y ya son un orgullo para todo el país, sin importar el resultado que traigan. Noticias como esta son un tanque de oxígeno y nos recuerdan que el futuro de Tiquicia se ve brillante, con luces LED y programado para el éxito. Más allá de solo felicitarlos, me queda una pregunta para todos en el foro: ¿Qué creen que nos falta como país para que este tipo de talento no sea la excepción, sino la norma? ¿Es un tema de más inversión, de cambiar el enfoque en los coles, o de que los mismos ticos nos creamos el cuento de que sí podemos competir al más alto nivel?