¡Ay, Dios mío! La cosa se puso seria, fíjate tú. Jamaica está agarrada de un clavo con la llegada del huracán Melissa, categoría 5, y parece que vamos a ver unas escenas fuertes. El primo Holness, el premier, ya soltó la bomba diciendo que podría haber una devastación sin precedentes, y eso que él no acostumbra a exagerar, ¿sabes?
Esta Melissa, que vino creciendo como bola de nieve, está azotando la costa jamaicana con unos vientos de locura, casi 280 kilómetros por hora. Imagínate, ni te cuento. Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, la cosa va a empeorar durante la noche, con lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas que van a dejar a la isla hecha puré. Los expertos dicen que no hay infraestructura en la zona que pueda aguantar semejante golpe, así que nos esperan algunos bretes bien pesados.
El gobierno jamaicano no se quedó cruzado de brazos, claro que no. Activaron todos los planes de emergencia y abrieron más de 900 refugios pa’ la gente que tuvo que abandonar sus casas. Movilizaron equipos de rescate, recursos de emergencia y hasta sacaron del sombrero el Fondo Nacional para Riesgos de Desastres Naturales y el Fondo de Contingencia – vaya arepa – pa’ empezar a echarle mano a la reconstrucción una vez pase la tormenta. Además, tienen seguros complementarios y líneas de crédito especiales pa’ ayudar a los que más lo necesiten. Qué bueno que se previeron, porque esto pinta feo, muy feo.
Las zonas turísticas, esas que viven del turismo y le dan vida al país, son las que más riesgo corren: Negril, Montego Bay y Hanover. Ahí es donde se concentran los hoteles más lujosos, donde los extranjeros pagan fortunas para disfrutar del sol y la playa, y ahora están corriendo peligro. Fíjate la ironía... La Fuerza de Defensa de Jamaica, la JDF, y otros equipos especializados están listos para entrar en acción tan pronto como amaine la tormenta, pa' evaluar los daños y empezar a limpiar el desastre. Pero, ay, Dios mío, con estos vientos…
Y no solo Jamaica está sufriendo. Mira que Cuba también está en medio del ojo del huracán, aunque con un poco más de tiempo para prepararse. Pa’ eso, pidieron ayuda a la ONU, que activó un plan de Acción Anticipatoria pa’ enviar más de 100 toneladas de comida y material de emergencia a las provincias orientales de la isla. Que les alcance, porque Melissa no discrimina y está dispuesta a ponerlos a prueba a todos.
Mientras tanto, acá en Costa Rica, estamos rezando pa’ que Melissa cambie de rumbo y se vaya de allá nomás. Sabemos que nuestros vecinos están pasando por un momento difícil y nos da mucha pena verlos sufrir. Imagínate perderlo todo por culpa de una tormenta… Eso sí duele, fíjate tú. Y por supuesto, estamos atentos a cualquier información que puedan necesitar, pa’ coordinar ayuda solidaria si fuera necesario. Siempre hemos sido un pueblo solidariso, diay.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social está coordinando asistencia humanitaria y evaluando los daños junto con el ejército, mientras que el Ministerio de Agricultura está apoyando a los agricultores y pescadores, los que siempre son los más afectados en estas situaciones. Hasta el Ministerio de Salud está preparando medidas pa’ evitar brotes de dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos, porque la acumulación de agua estancada después de la lluvia puede convertirse en un problema de salud pública. Ya ven, que aquí nadie descansa.
En fin, Melissa llegó pa’ quedarse en los titulares y demostrarnos una vez más el poder implacable de la naturaleza. Esperemos que los daños sean mínimos y que nuestros hermanos jamaicanos y cubanos puedan salir adelante pronto. Pero dime, ¿crees que deberíamos estar invirtiendo más en sistemas de alerta temprana y adaptación al cambio climático para reducir la vulnerabilidad de nuestras islas del Caribe ante estos fenómenos cada vez más frecuentes y violentos?
Esta Melissa, que vino creciendo como bola de nieve, está azotando la costa jamaicana con unos vientos de locura, casi 280 kilómetros por hora. Imagínate, ni te cuento. Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, la cosa va a empeorar durante la noche, con lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas que van a dejar a la isla hecha puré. Los expertos dicen que no hay infraestructura en la zona que pueda aguantar semejante golpe, así que nos esperan algunos bretes bien pesados.
El gobierno jamaicano no se quedó cruzado de brazos, claro que no. Activaron todos los planes de emergencia y abrieron más de 900 refugios pa’ la gente que tuvo que abandonar sus casas. Movilizaron equipos de rescate, recursos de emergencia y hasta sacaron del sombrero el Fondo Nacional para Riesgos de Desastres Naturales y el Fondo de Contingencia – vaya arepa – pa’ empezar a echarle mano a la reconstrucción una vez pase la tormenta. Además, tienen seguros complementarios y líneas de crédito especiales pa’ ayudar a los que más lo necesiten. Qué bueno que se previeron, porque esto pinta feo, muy feo.
Las zonas turísticas, esas que viven del turismo y le dan vida al país, son las que más riesgo corren: Negril, Montego Bay y Hanover. Ahí es donde se concentran los hoteles más lujosos, donde los extranjeros pagan fortunas para disfrutar del sol y la playa, y ahora están corriendo peligro. Fíjate la ironía... La Fuerza de Defensa de Jamaica, la JDF, y otros equipos especializados están listos para entrar en acción tan pronto como amaine la tormenta, pa' evaluar los daños y empezar a limpiar el desastre. Pero, ay, Dios mío, con estos vientos…
Y no solo Jamaica está sufriendo. Mira que Cuba también está en medio del ojo del huracán, aunque con un poco más de tiempo para prepararse. Pa’ eso, pidieron ayuda a la ONU, que activó un plan de Acción Anticipatoria pa’ enviar más de 100 toneladas de comida y material de emergencia a las provincias orientales de la isla. Que les alcance, porque Melissa no discrimina y está dispuesta a ponerlos a prueba a todos.
Mientras tanto, acá en Costa Rica, estamos rezando pa’ que Melissa cambie de rumbo y se vaya de allá nomás. Sabemos que nuestros vecinos están pasando por un momento difícil y nos da mucha pena verlos sufrir. Imagínate perderlo todo por culpa de una tormenta… Eso sí duele, fíjate tú. Y por supuesto, estamos atentos a cualquier información que puedan necesitar, pa’ coordinar ayuda solidaria si fuera necesario. Siempre hemos sido un pueblo solidariso, diay.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social está coordinando asistencia humanitaria y evaluando los daños junto con el ejército, mientras que el Ministerio de Agricultura está apoyando a los agricultores y pescadores, los que siempre son los más afectados en estas situaciones. Hasta el Ministerio de Salud está preparando medidas pa’ evitar brotes de dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos, porque la acumulación de agua estancada después de la lluvia puede convertirse en un problema de salud pública. Ya ven, que aquí nadie descansa.
En fin, Melissa llegó pa’ quedarse en los titulares y demostrarnos una vez más el poder implacable de la naturaleza. Esperemos que los daños sean mínimos y que nuestros hermanos jamaicanos y cubanos puedan salir adelante pronto. Pero dime, ¿crees que deberíamos estar invirtiendo más en sistemas de alerta temprana y adaptación al cambio climático para reducir la vulnerabilidad de nuestras islas del Caribe ante estos fenómenos cada vez más frecuentes y violentos?
