¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, otra vez con ondas tropicales encima. Esta vez nos trae la número 40, y parece que no viene pa' bromear. El INM nos tiene pegao’ a la pantalla, esperando a ver qué onda con esto. Según dicen, todavía anda dando vueltas por las Antillas Menores, pero ya le pone ojos a nosotros.
La verdad, da un poquito de cosita escuchar que hay un 60% de probabilidad de que esto evolucione a depresión tropical. ¡Un 60%! Eso sí que es cargarle al miedo, ¿verdad, maes? Pero bueno, el INM está ahí echándole ojo, basados en lo que les mandan desde el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Así que, aunque todavía no estén seguros de dónde va a caer eso, al menos sabemos que la están siguiendo de cerca.
Lo que pinta feo es que se está moviendo dentro del mar Caribe, y la zona donde más posibilidades hay de que se desarrolle está bien cerquita de nosotros, al este. Afortunadamente, hasta ahora no parece que vaya a afectarnos directamente, pero créeme, con estas ondas nunca se sabe. Uno día estás relajado pensando que todo estará bien y al otro... ¡boom!, te sacude un chaparrón de esos que te dejan empapado de pies a cabeza.
Y claro, el INM nos recuerda que la incertidumbre es alta. Dicen que no saben bien cómo va a evolucionar, qué tan fuerte puede llegar a ser ni hacia dónde va a ir finalmente. ¡Menuda vara! Una cosa es tenerla presente, otra muy distinta es no saber qué esperar. Por eso, ellos prometen que van a estar dándonos actualizaciones constantemente, así que mejor estar pendientes y no confiarse demasiado.
Ahora, miren nomás, entre tanta preocupación climática, me hace pensar en todos esos que viven en zonas vulnerables. Las quebradas que se desbordan, las casas que se inundan… Es una pena ver cómo el clima nos juega sucio así. Ojalá que el gobierno estuviera más preparado para ayudar a esas personas, porque no es justo que tengan que sufrir así cada vez que sale una onda tropical.
Me acuerdo de aquella vez que la colonia Vargas se fue al traste por las lluvias torrenciales. Un desastre, diay. Familias enteras perdieron todo lo que tenían. Hay que aprender de estos sucesos y fortalecer nuestra infraestructura, invertir en sistemas de alerta temprana y apoyar a las comunidades más necesitadas. Porque al final, todos somos vecinos y nos tenemos que proteger unos a otros.
Pero hablando de preparativos personales, ¿qué andamos haciendo nosotros, la gente común? ¿Estamos revisando nuestros techos? ¿Limpiando canaletas? ¿Tenemos un plan de emergencia básico en casa? Me preocupa que muchos sigamos tomándolo a jala, pensando que “eso no me va a pasar”. ¡Uy, qué sal! Porque la naturaleza no discrimina, maes. A cualquiera le puede tocar.
Así que ya saben, estemos atentos a las indicaciones del INM, preparemos nuestras casas y familias, y crucemos los dedos para que esta onda tropical se calme antes de causarnos problemas graves. Ahora dime, ¿tú crees que estamos realmente listos para enfrentar los efectos del cambio climático en Costa Rica? ¿Qué medidas piensas tomar tú y tu familia para protegerse?
La verdad, da un poquito de cosita escuchar que hay un 60% de probabilidad de que esto evolucione a depresión tropical. ¡Un 60%! Eso sí que es cargarle al miedo, ¿verdad, maes? Pero bueno, el INM está ahí echándole ojo, basados en lo que les mandan desde el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Así que, aunque todavía no estén seguros de dónde va a caer eso, al menos sabemos que la están siguiendo de cerca.
Lo que pinta feo es que se está moviendo dentro del mar Caribe, y la zona donde más posibilidades hay de que se desarrolle está bien cerquita de nosotros, al este. Afortunadamente, hasta ahora no parece que vaya a afectarnos directamente, pero créeme, con estas ondas nunca se sabe. Uno día estás relajado pensando que todo estará bien y al otro... ¡boom!, te sacude un chaparrón de esos que te dejan empapado de pies a cabeza.
Y claro, el INM nos recuerda que la incertidumbre es alta. Dicen que no saben bien cómo va a evolucionar, qué tan fuerte puede llegar a ser ni hacia dónde va a ir finalmente. ¡Menuda vara! Una cosa es tenerla presente, otra muy distinta es no saber qué esperar. Por eso, ellos prometen que van a estar dándonos actualizaciones constantemente, así que mejor estar pendientes y no confiarse demasiado.
Ahora, miren nomás, entre tanta preocupación climática, me hace pensar en todos esos que viven en zonas vulnerables. Las quebradas que se desbordan, las casas que se inundan… Es una pena ver cómo el clima nos juega sucio así. Ojalá que el gobierno estuviera más preparado para ayudar a esas personas, porque no es justo que tengan que sufrir así cada vez que sale una onda tropical.
Me acuerdo de aquella vez que la colonia Vargas se fue al traste por las lluvias torrenciales. Un desastre, diay. Familias enteras perdieron todo lo que tenían. Hay que aprender de estos sucesos y fortalecer nuestra infraestructura, invertir en sistemas de alerta temprana y apoyar a las comunidades más necesitadas. Porque al final, todos somos vecinos y nos tenemos que proteger unos a otros.
Pero hablando de preparativos personales, ¿qué andamos haciendo nosotros, la gente común? ¿Estamos revisando nuestros techos? ¿Limpiando canaletas? ¿Tenemos un plan de emergencia básico en casa? Me preocupa que muchos sigamos tomándolo a jala, pensando que “eso no me va a pasar”. ¡Uy, qué sal! Porque la naturaleza no discrimina, maes. A cualquiera le puede tocar.
Así que ya saben, estemos atentos a las indicaciones del INM, preparemos nuestras casas y familias, y crucemos los dedos para que esta onda tropical se calme antes de causarnos problemas graves. Ahora dime, ¿tú crees que estamos realmente listos para enfrentar los efectos del cambio climático en Costa Rica? ¿Qué medidas piensas tomar tú y tu familia para protegerse?
