¡Ay, Dios mío! ¿Se han dado cuenta de que ya no somos los mismos cuando nos quitamos los audífonos? Antes chillábamos pa' ponernos al día con los chismes, ahora nos sentimos como si nos hubieran sacado la olla del cerebro. Resulta que hay un brete nuevo que nos está afectando a todos los conectados: el oído cansado, o fatiga auditiva, como dicen los doctores. Dicen que es porque estamos pegados a pantallas, videollamadas y el ruido infernal de la ciudad, y nuestro oído ya no da más.
Lo del 'oído cansado' no está en los libros de medicina todavía, pero ya varios especialistas lo están reconociendo. Imaginen, el pobre oído, trabajando sin parar, tratando de filtrar todo ese barullo. Según el audiólogo Mauricio Aguilar, nuestro sistema auditivo está hecho para procesar sonidos, sí señor, pero no sin parar. Ahí es donde nos empezamos a meter en problemas, porque le exigimos al oído que trabaje a marchas forzadas, y claro, se satura. ¡Qué despache!
Y ojo, que esto no es cuento. No solo te sientes cansado, también puedes estar irritable, tener problemas pa’ concentrarte y sentir como si tuvieras algodón en los oídos al final del día. Algunos incluso tienen zumbidos, necesitan subirle al volumen constantemente –¡qué carga!– y les cuesta entender cuando la gente habla. En fin, un bajón total, mae. Uno se siente como si le hubieran apagado el motor.
¿Por dónde entra este problemón? Pues por todas partes. Usar audífonos por horas, trabajar desde casa pegado a Zoom, recibir notificaciones a cada rato y vivir rodeado del ruido de San José... ¡Es una combinación explosiva! Ya ni siquiera disfrutamos del silencio. Uno quiere irse a Villa Quesada a buscar paz, diay, pero hasta ahí te persiguen los carros y los altavoces.
Pero no todo está perdido, ¡claro que no! Los expertos nos dan algunas recomendaciones para evitar llegar al límite. Lo primero es la regla 60/60: escuchar música o podcasts a un 60% del volumen, máximo, durante 60 minutos seguidos. Suena simple, pero créeme, hace la diferencia. También es bueno tomarse unos descansos de 5 a 10 minutos cada hora, dejar que el oído respire un poquito. ¡Un cafecito bien cargado ayuda bastante!
Además, reducir las alertas del celular, poner el correo electrónico en silencio y tratar de buscar espacios tranquilos en casa. ¿Y saben qué más? Chequear nuestros oídos de vez en cuando, como hacemos con la vista o la presión arterial. Un buen otorrinolaringólogo puede detectar problemas a tiempo y darnos algunos consejos personalizados. ¡No esperar a que se vaya al traste el oído!
Pero más allá de cuidar el oído, toca cuidarnos mentalmente. A veces necesitamos desconectarnos de todo, meternos en un cuarto oscuro y simplemente respirar hondo. Ese silencio es vital para que nuestro cerebro se recupere, para reducir el estrés y mejorar nuestra capacidad de concentración. Un momento de calma vale oro, especialmente en estos tiempos de locura digital. Uno necesita encontrar su oasis, mángue, o lo que sea, para poder recargar energías.
Así que, mi gente, díganme, ¿ustedes sienten que sus oídos están cansados? ¿Han notado alguna señal de alerta? ¿Qué medidas toman ustedes para proteger su salud auditiva y mental en este mundo lleno de ruidos y pantallas? ¡Vamos a charlar sobre esto en el foro, porque este tema nos concierne a todos!
Lo del 'oído cansado' no está en los libros de medicina todavía, pero ya varios especialistas lo están reconociendo. Imaginen, el pobre oído, trabajando sin parar, tratando de filtrar todo ese barullo. Según el audiólogo Mauricio Aguilar, nuestro sistema auditivo está hecho para procesar sonidos, sí señor, pero no sin parar. Ahí es donde nos empezamos a meter en problemas, porque le exigimos al oído que trabaje a marchas forzadas, y claro, se satura. ¡Qué despache!
Y ojo, que esto no es cuento. No solo te sientes cansado, también puedes estar irritable, tener problemas pa’ concentrarte y sentir como si tuvieras algodón en los oídos al final del día. Algunos incluso tienen zumbidos, necesitan subirle al volumen constantemente –¡qué carga!– y les cuesta entender cuando la gente habla. En fin, un bajón total, mae. Uno se siente como si le hubieran apagado el motor.
¿Por dónde entra este problemón? Pues por todas partes. Usar audífonos por horas, trabajar desde casa pegado a Zoom, recibir notificaciones a cada rato y vivir rodeado del ruido de San José... ¡Es una combinación explosiva! Ya ni siquiera disfrutamos del silencio. Uno quiere irse a Villa Quesada a buscar paz, diay, pero hasta ahí te persiguen los carros y los altavoces.
Pero no todo está perdido, ¡claro que no! Los expertos nos dan algunas recomendaciones para evitar llegar al límite. Lo primero es la regla 60/60: escuchar música o podcasts a un 60% del volumen, máximo, durante 60 minutos seguidos. Suena simple, pero créeme, hace la diferencia. También es bueno tomarse unos descansos de 5 a 10 minutos cada hora, dejar que el oído respire un poquito. ¡Un cafecito bien cargado ayuda bastante!
Además, reducir las alertas del celular, poner el correo electrónico en silencio y tratar de buscar espacios tranquilos en casa. ¿Y saben qué más? Chequear nuestros oídos de vez en cuando, como hacemos con la vista o la presión arterial. Un buen otorrinolaringólogo puede detectar problemas a tiempo y darnos algunos consejos personalizados. ¡No esperar a que se vaya al traste el oído!
Pero más allá de cuidar el oído, toca cuidarnos mentalmente. A veces necesitamos desconectarnos de todo, meternos en un cuarto oscuro y simplemente respirar hondo. Ese silencio es vital para que nuestro cerebro se recupere, para reducir el estrés y mejorar nuestra capacidad de concentración. Un momento de calma vale oro, especialmente en estos tiempos de locura digital. Uno necesita encontrar su oasis, mángue, o lo que sea, para poder recargar energías.
Así que, mi gente, díganme, ¿ustedes sienten que sus oídos están cansados? ¿Han notado alguna señal de alerta? ¿Qué medidas toman ustedes para proteger su salud auditiva y mental en este mundo lleno de ruidos y pantallas? ¡Vamos a charlar sobre esto en el foro, porque este tema nos concierne a todos!