esto lo escirbio un amigo del foro murphy Giorgio Bongiovanni, nacido en Italia, en 1963, afirma ser la reencarnación de uno de los niños videntes de Fátima, (Francisco, 1917), y a su vez de Elías y de Juan el Bautista.
Cuenta que en una peregrinación que hizo a Fátima en 1989, creyó tener una visión de la Virgen María, donde ella le revela su identidad como reencarnado y le encomienda una misión: “Difundir el tercer secreto de Fátima ocultado por la Iglesia, y revelar la verdad sobre los extraterrestres”. Entra en “éxtasis” y recibe los estigmas de Cristo en sus manos (2 de septiembre de 1989), como signo de su misión.
Acusa a la Iglesia católica y en particular a los Papas, de mentirosos por ocultar el tercer mensaje revelado por la Virgen a Lucía. La verdad es que la Iglesia ya lo ha revelado y explicado en el año 2000, pero Bongiovanni tiene una versión un tanto fantasiosa que agrega extraterrestres, castigos divinos y reencarnaciones.
Apoyado desde los 13 años por su “Padre Espiritual”, -el famoso ovnilatra italiano Eugenio Siragusa- Bongiovanni comienza su misión de divulgar por el mundo su mensaje, anunciando las grandes catástrofes que sobrevendrán a finales del siglo XX, y anuncia el fin del mundo para agosto de 1991, luego en 1993, y en 1996, pero nunca llegó ni el fin, ni un OVNI a rescatarlos. Solo llegó la policía a rescatar a los jovencitos que estaban refugiados con ellos esperando el fin. Ahora anuncia –además de las catástrofes- la entrada en la Nueva Era para el 31 de diciembre del 2012, y el retorno de Cristo en un plato volador. Dice que “será pronto”, pero no da fechas esta vez.
Desde 1990 Bongiovanni ha dejado grandes dudas cada vez que se le entrevista. Su miedo a ser investigado lo manifiesta con reacciones un tanto desconfiadas frente a las cámaras o grabadores. Nunca dejó que un médico, que no fuera el suyo, le tocara los estigmas “sagrados”. ¿alguien sabrá la razón de tal temor?
Si bien nadie dudó que él se crea lo que dice, quedó muy clara su poca coherencia en los fundamentos que utiliza para defender su mensaje, al igual que las poco creíbles “evidencias científicas” que maneja. Siempre afirma que posee “muchas evidencias”, pero nunca las muestra, ni las cita en concreto, lo cual da a entender una cierta exageración y desesperación por mostrar evidente lo que no lo es en verdad.
Su extraño estigma en la frente, de apariencia artificial, le ha desaparecido. Y según él, la virgen le ha concedido hacerlo invisible, aunque le duele igual.