Tengo ya algunos años de andar circulando este foro y hay algo que me gusta mucho hacer: escribir. Por ahi, si buscan, encontrarán algunas cosillas que he escrito por aca y por alla. La verdad es que ya casi no lo hago, no tengo mucho tiempo y usualmente ando como en otro mundo. Desafortunadamente lo 'comercial' inunda lo artístico puesto que bueno..., todos necesitamos comer de algo, no?
Quería abrir una sección del foro para que compartamos un poco el arte. En mi caso, escribir. Creo que necesitamos impulsar nuestros talentos y sacarles provecho, copartirlos con otros. Aca abro un espacio y espero poder inspirarlos a ustedes a hacer lo mismo.
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"...y el es Jose P..."
Esas fueron las últimas palabras que logré escuchar. Al escuchar su nombre entra en la habitación un joven alto, blanco. Su rostro radiante con una barba que decoraba los perfiles de su rostro, sus ojos oscuros; su mirada quemaba e imprimía en el fondo de mi ser sus lenguaje de fuego. No pude sostener su mirada, me sentía tan pequeño e insignificante frente a su perfecta e imponente figura. Frente a él yo no era más nada, solamente existía frente a este perfecta escultura que no era un hombre musculoso, no era un Adonis; sus líneas no eran las de un modelo, ni un nadador profesional, ni mucho menos un actor de los que todos quisieran poder tejer entre sus dedos. Sus líneas no eran perfectas, su sonrisa estaba un poquito torcida. Ahi entendí y vi con mis propios ojos que las cosas pequeñas y ordinarias es donde realmente se encuentra la perfección, en lo ordinario es donde se encuentra la real belleza. La forma de su boca, el olor de su piel, las arruguitas de sus ojo, su piel irritada por el maltrato de la rasurada, su mirada de 'perrito arrepentido'... Quizas por eso era que caía a sus pies rendido ante su bella imperfección, ante su belleza, ante simplemente él. Entendí que este flaco bello, este hermosísimo flaco, era el hombre que andaba buscando. Bello en la sencillez, despampanante en ser como cualquier otro, pero sin ser cualquier otro. Él era. No hizo falta una palabra de su boca para tenerme cautivado entre la maraña de sus dedos. Yo era suyo.
"Mucho gusto, soy Juan Carlos" - fueron las palabras que logré leer de sus perfectos labios. Para este momento aún no me recuperaba, no escuchaba mi alrededor, ya no sentía el olor del incienso, no escuchaba la música que sonaba de fondo. En mi cabeza solamente escuchaba el fuerte latir de mi corazón, solamente me quedaba atónito mirándolo, perpetrado frente a su imponente personalidad de ternura y dominación, frente a su cara de niño lindo y su diablo interior esperando a quien trajera la llave de su candado para dejar salir su fuerza dominante. Todo alrededor mío sucedía en cámara lenta, pude quedar contemplándolo por lo que sentía como más de una hora. Por un momento sentí que me ahogaba y fue ahi cuando logré reaccionar, salirme del enorme cautiverio donde estuve inmerso los últimos diez segundos y volver a mi propio cuerpo, mi propio ser y recordar que yo también necesitaba respirar.
"Hola, soy Mike" - Dicha esa frase pude ver su sonriza esbozada como trazos de acuarela que iluminan las ventanas del cielo e iluminan el alma. Su luz irradiaba los bordes de sus labios, sus dientes reflectores de aquel calor hipnotizante que nuevamente me llamaba por nombre a su fiesta de belleza y tranquilidad. Los bordes de su barba delineaban y bordeaban esos labios que hacía minutos me habían deborado a besos en mis pensamientos.
"Mucho gusto" - y con el mismo aire que entró salió de la habitación.
Siguieron más nombres y más hombres entrando y saliendo del aposento mientras era presentado a cada uno de ellos, sin embargo la decisión ya había sido hecha desde que se pronunció el primer nombre de la lista, "JP". Desde el inicio ya estaba destinado, solamente su nombre ya me había hecho cautivo de sus brazos.
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Quería abrir una sección del foro para que compartamos un poco el arte. En mi caso, escribir. Creo que necesitamos impulsar nuestros talentos y sacarles provecho, copartirlos con otros. Aca abro un espacio y espero poder inspirarlos a ustedes a hacer lo mismo.
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"...y el es Jose P..."
Esas fueron las últimas palabras que logré escuchar. Al escuchar su nombre entra en la habitación un joven alto, blanco. Su rostro radiante con una barba que decoraba los perfiles de su rostro, sus ojos oscuros; su mirada quemaba e imprimía en el fondo de mi ser sus lenguaje de fuego. No pude sostener su mirada, me sentía tan pequeño e insignificante frente a su perfecta e imponente figura. Frente a él yo no era más nada, solamente existía frente a este perfecta escultura que no era un hombre musculoso, no era un Adonis; sus líneas no eran las de un modelo, ni un nadador profesional, ni mucho menos un actor de los que todos quisieran poder tejer entre sus dedos. Sus líneas no eran perfectas, su sonrisa estaba un poquito torcida. Ahi entendí y vi con mis propios ojos que las cosas pequeñas y ordinarias es donde realmente se encuentra la perfección, en lo ordinario es donde se encuentra la real belleza. La forma de su boca, el olor de su piel, las arruguitas de sus ojo, su piel irritada por el maltrato de la rasurada, su mirada de 'perrito arrepentido'... Quizas por eso era que caía a sus pies rendido ante su bella imperfección, ante su belleza, ante simplemente él. Entendí que este flaco bello, este hermosísimo flaco, era el hombre que andaba buscando. Bello en la sencillez, despampanante en ser como cualquier otro, pero sin ser cualquier otro. Él era. No hizo falta una palabra de su boca para tenerme cautivado entre la maraña de sus dedos. Yo era suyo.
"Mucho gusto, soy Juan Carlos" - fueron las palabras que logré leer de sus perfectos labios. Para este momento aún no me recuperaba, no escuchaba mi alrededor, ya no sentía el olor del incienso, no escuchaba la música que sonaba de fondo. En mi cabeza solamente escuchaba el fuerte latir de mi corazón, solamente me quedaba atónito mirándolo, perpetrado frente a su imponente personalidad de ternura y dominación, frente a su cara de niño lindo y su diablo interior esperando a quien trajera la llave de su candado para dejar salir su fuerza dominante. Todo alrededor mío sucedía en cámara lenta, pude quedar contemplándolo por lo que sentía como más de una hora. Por un momento sentí que me ahogaba y fue ahi cuando logré reaccionar, salirme del enorme cautiverio donde estuve inmerso los últimos diez segundos y volver a mi propio cuerpo, mi propio ser y recordar que yo también necesitaba respirar.
"Hola, soy Mike" - Dicha esa frase pude ver su sonriza esbozada como trazos de acuarela que iluminan las ventanas del cielo e iluminan el alma. Su luz irradiaba los bordes de sus labios, sus dientes reflectores de aquel calor hipnotizante que nuevamente me llamaba por nombre a su fiesta de belleza y tranquilidad. Los bordes de su barba delineaban y bordeaban esos labios que hacía minutos me habían deborado a besos en mis pensamientos.
"Mucho gusto" - y con el mismo aire que entró salió de la habitación.
Siguieron más nombres y más hombres entrando y saliendo del aposento mientras era presentado a cada uno de ellos, sin embargo la decisión ya había sido hecha desde que se pronunció el primer nombre de la lista, "JP". Desde el inicio ya estaba destinado, solamente su nombre ya me había hecho cautivo de sus brazos.
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Última edición:
Voy a ver si después me dejan editarlo porque ahorita ya no me dejó....
