¡Ay, Dios mío! Parrita amaneció con la mosca detrás de la oreja, pues en menos de un día tuvimos dos tragedias que dejaron a todos boquiabiertos. El OIJ anda buscando pistas a toda máquina, tratando de entender qué pasó en este brete que nos cayó encima.
Todo empezó el miércoles pasado, allá por Isla Damas. Vecinos que andaban echando el hamaquillo encontraron el cuerpo de don Mata, un señor de unos 61 años. Parece que se fue al agua y no regresó, una verdadera lástima. Los judiciales tuvieron que sacarle del agua y ahora lo tienen en la morgue judicial, esperando a que le hagan la autopsia para saber con exactitud cómo terminó todo esto. Uno nunca sabe, ¿verdad?
Pero eso no era todo, porque la noche apenas empezaba. Horas después, casi al amanecer de este jueves, encontramos otro cuerpo, esta vez en Playón Sur. Era don Astúa, un mae de 41 años que lamentablemente recibió varios disparos. ¡A sus cuatro!, como dicen por acá. Lo encontraron tirado en la calle, como abandonado, y los vecinos fueron los que avisaron a las autoridades, obviamente, estaban bien consternados viendo esa escena.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ha movilizado a todo su personal para investigar estos dos casos. Están entrevistando a vecinos, revisando cámaras de seguridad, haciendo el fequísimo que puedan para ver si logran armar el rompecabezas y descubrir quiénes estuvieron involucrados en estas terribles situaciones. La verdad, huele raro, y nadie entiende cómo pudo pasar esto tan cerca uno del otro.
Esta vara es complicada, señores. Parrita siempre ha sido un lugar tranquilo, lleno de gente sencilla y trabajadora. Que pasen estas cosas de pronto así, perturba mucho a la comunidad. Ya la gente anda comentando y especulando sobre qué podría haber detonado esto, si tiene que ver con negocios turbios, venganzas personales o simplemente mala suerte. Pero claro, eso son solo habladurías de esquina hasta que el OIJ diga algo concreto.
Lo que sí es seguro es que estos dos hechos han puesto a la comunidad en alerta máxima. Ahora la gente mira con recelo a cualquier desconocido que pase por la calle, y muchos se sienten inseguros de andar solos por la noche. Aunque Parrita es un cantón pequeño, la sensación de seguridad que teníamos antes se ha esfumado, y eso es algo preocupante.
Algunos analistas ya están hablando de un posible aumento en la criminalidad en la provincia de Puntarenas, y vinculan estos incidentes con otros hechos similares que se han registrado en otras zonas costeras. Dicen que la influencia de organizaciones ilegales está creciendo y que eso está afectando la tranquilidad de nuestros pueblos. Ya ni qué decir, si esto sigue así, ¡nos vamos pa’l muere!
En fin, estas tragedias nos dejan una gran tristeza y muchas preguntas sin respuesta. ¿Será que estamos perdiendo el control de nuestra propia seguridad? ¿Podrá el OIJ resolver estos casos y llevar a los responsables ante la justicia? ¿Deberíamos exigir mayores medidas de prevención y vigilancia en nuestras comunidades? ¿Ustedes qué opinan, paisanos? Compartan sus ideas en los comentarios y veamos si juntos podemos encontrar soluciones para recuperar la paz en Parrita y en todo nuestro país.
Todo empezó el miércoles pasado, allá por Isla Damas. Vecinos que andaban echando el hamaquillo encontraron el cuerpo de don Mata, un señor de unos 61 años. Parece que se fue al agua y no regresó, una verdadera lástima. Los judiciales tuvieron que sacarle del agua y ahora lo tienen en la morgue judicial, esperando a que le hagan la autopsia para saber con exactitud cómo terminó todo esto. Uno nunca sabe, ¿verdad?
Pero eso no era todo, porque la noche apenas empezaba. Horas después, casi al amanecer de este jueves, encontramos otro cuerpo, esta vez en Playón Sur. Era don Astúa, un mae de 41 años que lamentablemente recibió varios disparos. ¡A sus cuatro!, como dicen por acá. Lo encontraron tirado en la calle, como abandonado, y los vecinos fueron los que avisaron a las autoridades, obviamente, estaban bien consternados viendo esa escena.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ha movilizado a todo su personal para investigar estos dos casos. Están entrevistando a vecinos, revisando cámaras de seguridad, haciendo el fequísimo que puedan para ver si logran armar el rompecabezas y descubrir quiénes estuvieron involucrados en estas terribles situaciones. La verdad, huele raro, y nadie entiende cómo pudo pasar esto tan cerca uno del otro.
Esta vara es complicada, señores. Parrita siempre ha sido un lugar tranquilo, lleno de gente sencilla y trabajadora. Que pasen estas cosas de pronto así, perturba mucho a la comunidad. Ya la gente anda comentando y especulando sobre qué podría haber detonado esto, si tiene que ver con negocios turbios, venganzas personales o simplemente mala suerte. Pero claro, eso son solo habladurías de esquina hasta que el OIJ diga algo concreto.
Lo que sí es seguro es que estos dos hechos han puesto a la comunidad en alerta máxima. Ahora la gente mira con recelo a cualquier desconocido que pase por la calle, y muchos se sienten inseguros de andar solos por la noche. Aunque Parrita es un cantón pequeño, la sensación de seguridad que teníamos antes se ha esfumado, y eso es algo preocupante.
Algunos analistas ya están hablando de un posible aumento en la criminalidad en la provincia de Puntarenas, y vinculan estos incidentes con otros hechos similares que se han registrado en otras zonas costeras. Dicen que la influencia de organizaciones ilegales está creciendo y que eso está afectando la tranquilidad de nuestros pueblos. Ya ni qué decir, si esto sigue así, ¡nos vamos pa’l muere!
En fin, estas tragedias nos dejan una gran tristeza y muchas preguntas sin respuesta. ¿Será que estamos perdiendo el control de nuestra propia seguridad? ¿Podrá el OIJ resolver estos casos y llevar a los responsables ante la justicia? ¿Deberíamos exigir mayores medidas de prevención y vigilancia en nuestras comunidades? ¿Ustedes qué opinan, paisanos? Compartan sus ideas en los comentarios y veamos si juntos podemos encontrar soluciones para recuperar la paz en Parrita y en todo nuestro país.
