Bueno, parece que todo mundo la agarró contra el mensajero, el tono puede estar pasado pero dice la verdad, eso es el PLN en la actualidad es una camarilla de bombetas como este Villanueva o Risitas, ni que decir de Viquez el peon arista, todavia salen diciendo que renunciaron para hacerle un favor al pais. Que dicha que los sacaron, no quiero que estos mafiosos hagan ninguna ley.
Es gente que no tiene verguenza de mentirle descaradamente al pais, el cuento del voto secreto parece haber perdido todo sustento, hoy sale en la Nacion un articulo al respecto.
Cuál artículo? Ese que se llama "Se me chispotéo", de Armando González?
Si hay algo más ridículo que poner la fe en un político, es ponerla en un periodista. Y más uno que se las tira de eminencia legal, cuando ni sabe donde está parado.
La cuestión es muy fácil: Primero, y como ha confirmado la Sala IV, aparte de las limitaciones establecidas en la Constitución, la Asamblea Legislativa se administra como ella lo considera conveniente, según su reglamento interno. Reglamento que puede ser modificado por la misma Asamblea, sin que ningún otro poder de la república se inmiscuya.
Dentro de estas disposiciones, está la forma de elegir su directorio. La Asamblea puede definir, con 2/3 de la misma, el mecanismo que considere más conveniente: podría hacerlo por votación secreta, nominal, pública, aclamación, etc. Puede incluso hacer un concurso de lagartijas, una olimpiada de matemáticas; o incluso un torneo de gladiadores (lo cual sería espectacular y menos aburrido de lo que pasa ahora).
El mecanismo de elección del directorio no parece estar explícitamente delineado en el reglamento. El caso que más se le acerca es el de nombramientos, cuando el diputado debe elgir entre varios candidatos a un puesto en particular. En ese caso, el diputado marca (pero no firma) su boleta. El Secretario de la Asamblea recoge las boletas; se asegura que correspondan al número de diputados presentes, y procede a contar los votos para cada candidato. Gana el candidato que recibe una mayoría de los votos válidos.
Además, durante el proceso de votación, si hay diputados que no votan, o salen del recinto, sus votos serán nulos y se sumarán al que recibe mayor número de votos. Eso es decir simplemetne que los nulos son mantequilla, pero al estar presentes los diputados, se contabilizan como quórum. Salir destempladamente del plenario durante una votación fue una falta gravísima y un berrinche estúpido de la oposición que dió por un momento la Presidencia, en forma legítima, al PLN.
Diciendo esto, la elección del directorio no es necesariametne secreta. Si bien el artículo 201 dice que la boleta no se firma, no es necesariamente concluyente. La diferencia con el artículo 201 es que en principio, no existe un número predeterminado de candidatos. La boleta es un papel blanco, donde el diputado debe poner el nombre del diputado que apoya para el puesto específico del directorio: puede incluso votar por sí mismo.
El mecanismo de elección del Directorio vigente hace la votación más fluída y para efectos prácticos, más ordenada. La votación nominal para las Leyes no puede aplicarse acá, porque dicha votación es un Sí o No. el equivlaente en el DIrectorio sería ir preguntando cuántos candidatos hay al puesto de directorio, y luego preguntar para cada uno quén vota sí o no. El trámite sería larguísimo, o una ridícula procesión de diputados sentándose o parándose de sus curules en forma interminable.
Si se implantara el sistema "transparente" del voto público, como la plana editorial de la Nación y algunos pseudo aprendices de politólogos quieren, el resultado será no más transparencia, sino un trámite más engorroso.
El sistema actual incluso no descarta la elección por aclamación, para desatorar elecciones donde no hay un cnadidato dominante. En este sentido, la elección de Directorio se parece mucho al cónclave Papal: es un cuerpo colegiado (Colegio Cardenalicio) que elige a uno de sus miembros para ser "primus inter pares". Todos en principio cumplen los requisitos para el puesto. Y tienen derecho a ser considerados como candidatos.
El voto [transparente[ que tantos quieren empeoraría la politiquería, al tener que formar papeletas y alianzas en forma más explícita días antes de la elección, con lo favoritismos que eso lleva.
Lo que la Oposición debió hacer era poner a diputados que desconfiaban su voto cerca de los jefes de fracción. El hecho que tuvieran que requerir del cuerpo de asesores para sapearse da cuenta de que tal alianza no es tan sólida como se pensaba.
