¡Ay, Dios mío! Resulta que el MAG soltó otro sondeo de precios de los insumos que necesita el campesino pa' mantener el rancho funcionando. Ya van dos años haciendo esto, tratando de ponerle orden al inventario y así evitar que nos agarre frío a los productores. Pero bueno, como siempre pasa en estas cosas, la realidad es más complicada que un plato de gallo pinto sin cilantro.
Según el estudio que hicieron en agosto de este año, revisando 44 productos en 37 agroservicios repartidos por toda la geografía tica, hay cosas buenas y malas. Lo positivo es que casi la mitad –el 55%, pa’ ser exactos– de los plaguicidas, esos que usamos pa' matar malezas, hongos y bichos malos, han bajado de precio. Dicen que tanto herbicidas, fungicidas como insecticidas se movieron entre un 1,2% y un 2,6% hacia abajo. Una bocanada de aire fresco, sí señor, porque estos insumos pesan mucho en el bolsillo del agricultor.
Pero claro, la vida nunca va a ser tan fácil, ¿verdad? Resulta que los fertilizantes, esos que le dan ‘chévere’ a la tierra pa' producir bien, se han encarecido. Esto tiene que ver con el precio del nitrógeno y el fosfato diamónico allá afuera, en el extranjero. Como ya saben, aquí nosotros no producimos esas materias primas, entonces dependemos totalmente de lo que pase en otros países. Y si allá arriba los precios suben, aquí también nos toca pagarlos más caros, ¡qué sal!
Ahora, hay que darle crédito a los fertilizantes foliares, que sí se mantienen en una tendencia positiva. Han ido bajando poco a poco, ya llevan dos cuatrimestres consecutivos mostrándose más amigables con la billetera. En abril estaban en tal cifra y ahora bajan un poquito más. Si seguimos así, quizás podamos respirar tranquilos un rato.
Y ni hablar de los alimentos balanceados para el ganado. Ahí sí que hubo alegrías, ¡qué chiva! El 78% de las presentaciones que revisaron bajaron de precio. Especialmente el alimento pa' el ganado gordo y pa' las vacas lecheras, que sufrieron una reducción significativa. Esto se atribuye a la caída de los precios del trigo y el maíz en el mercado internacional, los ingredientes principales de esos alimentos. Al parecer, ahí sí nos tocó bailar mambo.
El ministro Víctor Carvajal Porras, quien salió a hablar del tema, dijo que ellos andan ojo avizor con los precios y que tratan de hacer todo lo posible para informar a los productores. Él enfatizó que los cambios en los precios dependen mucho de factores externos, como los precios internacionales de las materias primas. 'Somos conscientes del impacto que los precios de insumos tienen sobre la producción agropecuaria,' afirmó. Vaya, pues díganos algo que no sepamos, mi pana.
Analizando los datos con lupa, vemos que los controladores biológicos, esos que usan métodos naturales para combatir plagas, subieron bastante, alrededor de un 31,5%. También los fertilizantes de uso común, pero no tanto. Las vitaminas y minerales bajaron fuerte, ¡una ganga!, mientras que los antibióticos se pusieron más caritos. Un panorama variado, imagínate. Y las marcas originales de plaguicidas siguen siendo un robo, cuestan hasta un 9% más que las genéricas. ¡Qué torta!
Entonces, amigos productores, ¿hasta dónde aguantaremos con estos altibajos de precios? Con tanta volatilidad en el mercado internacional, ¿cómo podemos planificar a largo plazo y asegurar la seguridad alimentaria del país? ¿Creen que el gobierno debería intervenir más directamente para estabilizar los precios de los insumos agrícolas, o prefieren dejar que el mercado siga dictando las reglas?
Según el estudio que hicieron en agosto de este año, revisando 44 productos en 37 agroservicios repartidos por toda la geografía tica, hay cosas buenas y malas. Lo positivo es que casi la mitad –el 55%, pa’ ser exactos– de los plaguicidas, esos que usamos pa' matar malezas, hongos y bichos malos, han bajado de precio. Dicen que tanto herbicidas, fungicidas como insecticidas se movieron entre un 1,2% y un 2,6% hacia abajo. Una bocanada de aire fresco, sí señor, porque estos insumos pesan mucho en el bolsillo del agricultor.
Pero claro, la vida nunca va a ser tan fácil, ¿verdad? Resulta que los fertilizantes, esos que le dan ‘chévere’ a la tierra pa' producir bien, se han encarecido. Esto tiene que ver con el precio del nitrógeno y el fosfato diamónico allá afuera, en el extranjero. Como ya saben, aquí nosotros no producimos esas materias primas, entonces dependemos totalmente de lo que pase en otros países. Y si allá arriba los precios suben, aquí también nos toca pagarlos más caros, ¡qué sal!
Ahora, hay que darle crédito a los fertilizantes foliares, que sí se mantienen en una tendencia positiva. Han ido bajando poco a poco, ya llevan dos cuatrimestres consecutivos mostrándose más amigables con la billetera. En abril estaban en tal cifra y ahora bajan un poquito más. Si seguimos así, quizás podamos respirar tranquilos un rato.
Y ni hablar de los alimentos balanceados para el ganado. Ahí sí que hubo alegrías, ¡qué chiva! El 78% de las presentaciones que revisaron bajaron de precio. Especialmente el alimento pa' el ganado gordo y pa' las vacas lecheras, que sufrieron una reducción significativa. Esto se atribuye a la caída de los precios del trigo y el maíz en el mercado internacional, los ingredientes principales de esos alimentos. Al parecer, ahí sí nos tocó bailar mambo.
El ministro Víctor Carvajal Porras, quien salió a hablar del tema, dijo que ellos andan ojo avizor con los precios y que tratan de hacer todo lo posible para informar a los productores. Él enfatizó que los cambios en los precios dependen mucho de factores externos, como los precios internacionales de las materias primas. 'Somos conscientes del impacto que los precios de insumos tienen sobre la producción agropecuaria,' afirmó. Vaya, pues díganos algo que no sepamos, mi pana.
Analizando los datos con lupa, vemos que los controladores biológicos, esos que usan métodos naturales para combatir plagas, subieron bastante, alrededor de un 31,5%. También los fertilizantes de uso común, pero no tanto. Las vitaminas y minerales bajaron fuerte, ¡una ganga!, mientras que los antibióticos se pusieron más caritos. Un panorama variado, imagínate. Y las marcas originales de plaguicidas siguen siendo un robo, cuestan hasta un 9% más que las genéricas. ¡Qué torta!
Entonces, amigos productores, ¿hasta dónde aguantaremos con estos altibajos de precios? Con tanta volatilidad en el mercado internacional, ¿cómo podemos planificar a largo plazo y asegurar la seguridad alimentaria del país? ¿Creen que el gobierno debería intervenir más directamente para estabilizar los precios de los insumos agrícolas, o prefieren dejar que el mercado siga dictando las reglas?
