¡Aguante, pura vida! Las exportaciones de Costa Rica le dieron un buen golpe al 2025, subiendo un 16% con respecto al año pasado. Eso significa que estamos moviendo unos $15 mil millones en bienes afuera, ¿eh? Una cifra que hasta hace temblar al vecino… y a nosotros mismos, porque hay que ver cómo se traduce eso en brete para el pueblo.
Según PROCOMER, el sector de equipos médicos y de precisión fue el que más ‘voló’, creciendo un 33%. Imagínate, eso quiere decir que los chuches que fabricamos acá, desde agujas hasta aparatos más complejos, están teniendo salida en el extranjero. No nos vamos a quejar, claro está, pero hay que ponerle atención a qué tan sostenibles son esos niveles de producción. Porque si nos vamos a jalar una torta pensando que esto va a durar así indefinidamente…
Y ni hablar del sector agrícola, que aunque no tuvo el mismo crecimiento explosivo (solo un 3%), sigue siendo importante. Café oro, frutas congeladas, piñas... ¡el combo perfecto para llevarle sabor al mundo! Pero ahí sí hay que estar ojo avizor con los precios internacionales y las condiciones climáticas. Un cambio brusco allá afuera y nos pueden caer encima, diay.
La industria alimentaria también dio sus frutos, con un humilde 2% de crecimiento, seguido por el sector químico-farmacéutico (14%), el eléctrico y electrónico (8%) y el pecuario y pesquero (2%). Vamos, todos tirando pa’ arriba, aunque algunos más que otros. Laura López, la encargada de PROCOMER, dijo que “el modelo exportador es sólido y diversificado”. Bueno, esperemos que sí, porque de eso depende mucho nuestro futuro económico.
Lo interesante es dónde estamos vendiendo todo esto. América del Norte sigue siendo nuestro patio trasero favorito, absorbiendo casi la mitad de nuestras exportaciones (¡un 51%! A ese ritmo, les vamos a llenar el supermercado de productos ticos). Europa también está comprando bastante, con un 17% de crecimiento, mientras que América Central e Asia también le están metiendo ganas. Lo único medio ‘salado’ fue América del Sur, donde tuvimos una pequeña caída del 5%. Ahí hay que investigar qué pasó, mae.
Si te fijas bien, los productos que están impulsando estas ventas son cosas como agujas y catéteres (sí, parece raro, pero la demanda médica global está alta), café oro (para los europeos que aman un buen cafecito) y manufacturas de metal precioso. Prácticamente, cualquier cosa que podamos fabricar bien y a buen precio tiene salida por ahí afuera. El secreto, como siempre, está en la calidad y en saber adaptarnos a las necesidades del mercado global.
Ahora, no todo es miel sobre hojuelas. Aunque las cifras sean alentadoras, hay que recordar que el contexto internacional sigue siendo retador. Guerras, inflación, recesión económica en varios países… Todo eso puede afectar nuestras exportaciones si no andamos con cuidado. Tenemos que seguir innovando, buscando nuevos mercados y fortaleciendo nuestra competitividad. Porque sino, nos podemos ir al traste muy rápido.
En fin, unas buenas noticias para celebrar, pero sin bajarnos la guardia. Las exportaciones van bien, pero tenemos que trabajar duro para mantener ese impulso y asegurarnos de que se traduzca en beneficios reales para todos los costarricenses. Entonces, dime tú: ¿crees que este crecimiento en las exportaciones será sostenible a largo plazo, o estamos viviendo un momento pasajero?
Según PROCOMER, el sector de equipos médicos y de precisión fue el que más ‘voló’, creciendo un 33%. Imagínate, eso quiere decir que los chuches que fabricamos acá, desde agujas hasta aparatos más complejos, están teniendo salida en el extranjero. No nos vamos a quejar, claro está, pero hay que ponerle atención a qué tan sostenibles son esos niveles de producción. Porque si nos vamos a jalar una torta pensando que esto va a durar así indefinidamente…
Y ni hablar del sector agrícola, que aunque no tuvo el mismo crecimiento explosivo (solo un 3%), sigue siendo importante. Café oro, frutas congeladas, piñas... ¡el combo perfecto para llevarle sabor al mundo! Pero ahí sí hay que estar ojo avizor con los precios internacionales y las condiciones climáticas. Un cambio brusco allá afuera y nos pueden caer encima, diay.
La industria alimentaria también dio sus frutos, con un humilde 2% de crecimiento, seguido por el sector químico-farmacéutico (14%), el eléctrico y electrónico (8%) y el pecuario y pesquero (2%). Vamos, todos tirando pa’ arriba, aunque algunos más que otros. Laura López, la encargada de PROCOMER, dijo que “el modelo exportador es sólido y diversificado”. Bueno, esperemos que sí, porque de eso depende mucho nuestro futuro económico.
Lo interesante es dónde estamos vendiendo todo esto. América del Norte sigue siendo nuestro patio trasero favorito, absorbiendo casi la mitad de nuestras exportaciones (¡un 51%! A ese ritmo, les vamos a llenar el supermercado de productos ticos). Europa también está comprando bastante, con un 17% de crecimiento, mientras que América Central e Asia también le están metiendo ganas. Lo único medio ‘salado’ fue América del Sur, donde tuvimos una pequeña caída del 5%. Ahí hay que investigar qué pasó, mae.
Si te fijas bien, los productos que están impulsando estas ventas son cosas como agujas y catéteres (sí, parece raro, pero la demanda médica global está alta), café oro (para los europeos que aman un buen cafecito) y manufacturas de metal precioso. Prácticamente, cualquier cosa que podamos fabricar bien y a buen precio tiene salida por ahí afuera. El secreto, como siempre, está en la calidad y en saber adaptarnos a las necesidades del mercado global.
Ahora, no todo es miel sobre hojuelas. Aunque las cifras sean alentadoras, hay que recordar que el contexto internacional sigue siendo retador. Guerras, inflación, recesión económica en varios países… Todo eso puede afectar nuestras exportaciones si no andamos con cuidado. Tenemos que seguir innovando, buscando nuevos mercados y fortaleciendo nuestra competitividad. Porque sino, nos podemos ir al traste muy rápido.
En fin, unas buenas noticias para celebrar, pero sin bajarnos la guardia. Las exportaciones van bien, pero tenemos que trabajar duro para mantener ese impulso y asegurarnos de que se traduzca en beneficios reales para todos los costarricenses. Entonces, dime tú: ¿crees que este crecimiento en las exportaciones será sostenible a largo plazo, o estamos viviendo un momento pasajero?
