¡Ay, Dios mío! Parece que los vándalos están festejando y el Instituto Nacional de Seguros (INS) pagando la cuenta. Resulta que, en los primeros seis meses de este año, la institución ya le ha metido mano a más de mil doscientos millones de colones por vehículos robados. Un mazo de plata que, entre nos, podría ir para mejorar nuestras carreteras o quizás echarle una manito a los hospitales. Pero bueno, ahí va la bronca…
Según datos oficiales, el INS tuvo que indemnizar a 123 dueños de automóviles que les tocaron reportar sus carros como hurtados bajo la famosa cobertura F –la que te salva si te lo clavan. Además, otros 80 pobres diablos perdieron radios, aros, llantas… ¡un chunche! Eso sumó unos 274 millones extra, pa’ completar el desmadre.
Lo curioso es que la situación no pinta mejor si miramos atrás. En 2024, la cifra total de indemnizaciones llegó a casi dos mil millones de colones, con 300 incidentes registrados. Se nota que esto no es cosa de broma ni un brete pasajero. Tenemos un problema serio con la seguridad vehicular en Costa Rica, y eso a nadie le gusta. Es decir, estamos hablando de un aumento significativo en comparación con años anteriores, lo cual debería encender todas las alarmas en el gobierno y en el INS.
Para ponerlo en perspectiva, la prima anual para asegurar un carro común, digamos uno de esos Toyotas Corolla que andan por todos lados, rondará los 9000 colones más IVA. Con toda esta guita que se está perdiendo en robos, sería interesante ver si el INS piensa revisar sus políticas de seguros, o cómo piensan hacer para frenar esta ola de robos. Porque a este paso, vamos a estar pagando más por el seguro que por el carro mismo, ¡qué torta!
Y claro, no podemos olvidarnos de qué significa esto para nosotros, los ciudadanos. No solo es el dinero que perdemos, sino también la sensación de inseguridad que se vive. Ya nadie se siente tranquilo dejando su carro estacionado en la calle. Y aunque el INS ofrece beneficios como la indemnización del deducible o la exoneración del mismo, al final siempre queda el sabor amargo de haber sido víctima de un delito.
Si nos ponemos a pensar bien, la cobertura del Seguro de Autos del INS es bastante completa, incluyendo desde la lesión o muerte de pasajeros hasta gastos legales. También tienen la multiasistencia automovilística para cuando te quedas varado en medio de la carretera. Pero todo esto tiene un costo, y ese costo lo asumimos nosotros, los contribuyentes. Habrá que analizar si realmente vale la pena tener todas esas coberturas o si es mejor optar por opciones más económicas, aunque signifiquen renunciar a algunos beneficios.
Ahora bien, hay que aclarar que si el carro robado aparece después de haber recibido la indemnización, legalmente pasa a ser propiedad del INS. Imagínate la escena: recibes la guita, te compras otro carro, y luego resulta que el tuyo original reaparece como agua de mayo. Pues ahí te quedas sin él y con la pena de haber perdido tu fiel compañero. Una verdadera salada, diay. Eso sí, si el carro regresa dañado, el INS cubre los arreglos, así que aún hay esperanza.
Entonces, ¿qué hacemos con este panorama? ¿Es hora de exigir más controles policiales, endurecer las penas para los ladrones de autos, o tal vez el INS debería invertir en tecnología de rastreo para recuperar los vehículos robados? Yo quiero saber qué piensas tú, ¿crees que el gobierno y el INS están haciendo lo suficiente para combatir este flagelo o deberíamos esperar lo peor? ¡Déjame tu comentario abajo!
Según datos oficiales, el INS tuvo que indemnizar a 123 dueños de automóviles que les tocaron reportar sus carros como hurtados bajo la famosa cobertura F –la que te salva si te lo clavan. Además, otros 80 pobres diablos perdieron radios, aros, llantas… ¡un chunche! Eso sumó unos 274 millones extra, pa’ completar el desmadre.
Lo curioso es que la situación no pinta mejor si miramos atrás. En 2024, la cifra total de indemnizaciones llegó a casi dos mil millones de colones, con 300 incidentes registrados. Se nota que esto no es cosa de broma ni un brete pasajero. Tenemos un problema serio con la seguridad vehicular en Costa Rica, y eso a nadie le gusta. Es decir, estamos hablando de un aumento significativo en comparación con años anteriores, lo cual debería encender todas las alarmas en el gobierno y en el INS.
Para ponerlo en perspectiva, la prima anual para asegurar un carro común, digamos uno de esos Toyotas Corolla que andan por todos lados, rondará los 9000 colones más IVA. Con toda esta guita que se está perdiendo en robos, sería interesante ver si el INS piensa revisar sus políticas de seguros, o cómo piensan hacer para frenar esta ola de robos. Porque a este paso, vamos a estar pagando más por el seguro que por el carro mismo, ¡qué torta!
Y claro, no podemos olvidarnos de qué significa esto para nosotros, los ciudadanos. No solo es el dinero que perdemos, sino también la sensación de inseguridad que se vive. Ya nadie se siente tranquilo dejando su carro estacionado en la calle. Y aunque el INS ofrece beneficios como la indemnización del deducible o la exoneración del mismo, al final siempre queda el sabor amargo de haber sido víctima de un delito.
Si nos ponemos a pensar bien, la cobertura del Seguro de Autos del INS es bastante completa, incluyendo desde la lesión o muerte de pasajeros hasta gastos legales. También tienen la multiasistencia automovilística para cuando te quedas varado en medio de la carretera. Pero todo esto tiene un costo, y ese costo lo asumimos nosotros, los contribuyentes. Habrá que analizar si realmente vale la pena tener todas esas coberturas o si es mejor optar por opciones más económicas, aunque signifiquen renunciar a algunos beneficios.
Ahora bien, hay que aclarar que si el carro robado aparece después de haber recibido la indemnización, legalmente pasa a ser propiedad del INS. Imagínate la escena: recibes la guita, te compras otro carro, y luego resulta que el tuyo original reaparece como agua de mayo. Pues ahí te quedas sin él y con la pena de haber perdido tu fiel compañero. Una verdadera salada, diay. Eso sí, si el carro regresa dañado, el INS cubre los arreglos, así que aún hay esperanza.
Entonces, ¿qué hacemos con este panorama? ¿Es hora de exigir más controles policiales, endurecer las penas para los ladrones de autos, o tal vez el INS debería invertir en tecnología de rastreo para recuperar los vehículos robados? Yo quiero saber qué piensas tú, ¿crees que el gobierno y el INS están haciendo lo suficiente para combatir este flagelo o deberíamos esperar lo peor? ¡Déjame tu comentario abajo!