¡Ay, Dios mío! Parece que nos estamos tragando un brete de estafas digitales. Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los timos online ya son la pesadilla diaria de miles de costarricenses, concentrando casi el 60% de todas las denuncias que reciben. ¡Una verdadera torta!
La jefa de la Oficina de Recepción de Denuncias, Pamela Corrales Cruz, soltó la bomba durante una conferencia de prensa. Con 14 años de experiencia viendo cómo nos quieren embaucar por internet, dice que cada día llegan entre 120 y 150 denuncias, y la mayoría tienen que ver con estas trampas cibernéticas. Hasta ahora, ¡ya van más de 26 mil denuncias este año! ¡Es un promedio considerable y nos da que pensar!
La señora Corrales, con toda la razón del mundo, destacó que muchos denunciantes llegan con poca información. “Eso nos dificulta el trabajo, ¡qué pena!”, comentó. Necesitan el número de cuenta, la tarjeta, el nombre del banco… ¡todo eso ayuda a moverle el chunche a los estafadores! Si tienen el estado de cuenta, aún mejor; así podemos saber si el movimiento fue acá adentro o nos quieren mandar pa’ fuera.
Lo bueno es que el OIJ trabaja las 24 horas, los siete días de la semana. Así que, si te agarraron con el once, puedes ir a cualquier sede del país a poner la denuncia. No importa dónde te hicieron el quite, ellos te atienden. Lo importante es no quedarse calladito y ayudar a atrapar a esos maeses inescrupulosos. ¡No hay que darle vía libre a estos delincuentes!
Pero parece que todavía tenemos un problema más grande: el miedo y el desconocimiento. Muchos ni siquiera denuncian porque les da vergüenza o piensan que no sirve de nada. ¡Eso es precisamente lo que quieren los estafadores! Quieren que nos quedemos callados para seguir engañando a más gente. El OIJ quiere cambiar esa idea: “Denunciar es sencillo”, insisten. Puedes hacerlo presencialmente o por internet, y cada denuncia se toma en serio.
Y ojo, porque se esperan peores tiempos. El OIJ estima que este año cerrarán con más de 38 mil denuncias, superando las 37 mil del año pasado. ¡Imagínate qué panorama! Esto demuestra que la educación digital es crucial para todos nosotros. Tenemos que aprender a protegernos y a identificar las señales de alerta antes de caer en sus redes.
Es evidente que la tecnología avanza a pasos gigantescos, pero la delincuencia también se adapta rápidamente. Ya no basta con tener antivirus en el teléfono; necesitamos estar pendientes de correos electrónicos sospechosos, enlaces extraños y llamadas inesperadas. ¡El conocimiento es el mejor escudo contra estos ataques!
En fin, la situación pinta complicada, pero no desesperemos. Sigamos informándonos, denunciando y exigiendo a las autoridades que tomen medidas contundentes. Pero dígame, ¿usted ha sido víctima alguna vez de una estafa digital? ¿Qué le hizo sentirse más inseguro y qué cree que podríamos hacer, como sociedad, para combatir este creciente flagelo?
La jefa de la Oficina de Recepción de Denuncias, Pamela Corrales Cruz, soltó la bomba durante una conferencia de prensa. Con 14 años de experiencia viendo cómo nos quieren embaucar por internet, dice que cada día llegan entre 120 y 150 denuncias, y la mayoría tienen que ver con estas trampas cibernéticas. Hasta ahora, ¡ya van más de 26 mil denuncias este año! ¡Es un promedio considerable y nos da que pensar!
La señora Corrales, con toda la razón del mundo, destacó que muchos denunciantes llegan con poca información. “Eso nos dificulta el trabajo, ¡qué pena!”, comentó. Necesitan el número de cuenta, la tarjeta, el nombre del banco… ¡todo eso ayuda a moverle el chunche a los estafadores! Si tienen el estado de cuenta, aún mejor; así podemos saber si el movimiento fue acá adentro o nos quieren mandar pa’ fuera.
Lo bueno es que el OIJ trabaja las 24 horas, los siete días de la semana. Así que, si te agarraron con el once, puedes ir a cualquier sede del país a poner la denuncia. No importa dónde te hicieron el quite, ellos te atienden. Lo importante es no quedarse calladito y ayudar a atrapar a esos maeses inescrupulosos. ¡No hay que darle vía libre a estos delincuentes!
Pero parece que todavía tenemos un problema más grande: el miedo y el desconocimiento. Muchos ni siquiera denuncian porque les da vergüenza o piensan que no sirve de nada. ¡Eso es precisamente lo que quieren los estafadores! Quieren que nos quedemos callados para seguir engañando a más gente. El OIJ quiere cambiar esa idea: “Denunciar es sencillo”, insisten. Puedes hacerlo presencialmente o por internet, y cada denuncia se toma en serio.
Y ojo, porque se esperan peores tiempos. El OIJ estima que este año cerrarán con más de 38 mil denuncias, superando las 37 mil del año pasado. ¡Imagínate qué panorama! Esto demuestra que la educación digital es crucial para todos nosotros. Tenemos que aprender a protegernos y a identificar las señales de alerta antes de caer en sus redes.
Es evidente que la tecnología avanza a pasos gigantescos, pero la delincuencia también se adapta rápidamente. Ya no basta con tener antivirus en el teléfono; necesitamos estar pendientes de correos electrónicos sospechosos, enlaces extraños y llamadas inesperadas. ¡El conocimiento es el mejor escudo contra estos ataques!
En fin, la situación pinta complicada, pero no desesperemos. Sigamos informándonos, denunciando y exigiendo a las autoridades que tomen medidas contundentes. Pero dígame, ¿usted ha sido víctima alguna vez de una estafa digital? ¿Qué le hizo sentirse más inseguro y qué cree que podríamos hacer, como sociedad, para combatir este creciente flagelo?