Ay, pura vida, compas. Este fin de semana nos cayó un chaparrón de esos que te dejan boquiabierto. Pero no solo eso, parece que la Madre Naturaleza decidió jugarnos una mala pasada, afectando gravemente varias vías en nuestros queridos Moravia y Tibás. Las cosas quedaron feas, mándale fe.
Según reportes preliminares, el sector conocido como “El Raicero”, justo en la frontera entre Tibás y Moravia, sufrió un deslizamiento importante. Esto dejó prácticamente inutilizable un carril de la ruta nacional, generando un tremendo cuello de botella y poniendo en riesgo la seguridad de los conductores. Imagínate el tráfico, diay… ¡Un verdadero relajo!
Diego López, nuestro alcalde de Moravia, no tardó en ponerle pausa al asunto y salió a dar declaraciones. Al parecer, ya se comunicó directamente con Efraín Zeledón, el ministro de transportes, dado que se trata de una vía de importancia nacional. Lo bueno es que hay movilización, aunque la solución a este problema va a tomar tiempo, eso seguro. Esperemos que no se tarde mucho en echarle mano, porque la gente está harta de esperar.
Pero no solo ahí terminó la cosa, mae. En el barrio El Socorro, camino a la ruta 32 desde Santo Domingo, los carros andaban pasando encima de un montón de barro. Un panorama poco alentador, la verdad. Muchos choferes tuvieron que ir muy lentitos para evitar resbalones y accidentes. ¡Menos mal que nadie resultó herido, eso sí es qué alivio!
Ahora, analizando la situación, uno piensa en cómo estas lluvias intensas son cada vez más frecuentes. ¿Será el cambio climático echándole ganas o simplemente ciclos naturales? Lo cierto es que nuestra infraestructura vial necesita urgentemente mejoras y mantenimiento preventivo, para poder soportar estos embates climáticos. No podemos seguir esperando a que ocurran tragedias para reaccionar, ¿verdad?
Y hablando de reacciones, varios vecinos han expresado su preocupación por la falta de señalización adecuada en zonas propensas a deslizamientos. Dicen que deberían colocar letreros claros y visibles, así como mejorar el sistema de drenaje pluvial. Total, la idea es prevenir, antes que lamentar. Porque luego, ¡qué torta! Uno se queda varato tratando de arreglar las consecuencias.
La Municipalidad de Moravia ha informado que están trabajando en conjunto con el Ministerio de Transporte para evaluar los daños y elaborar un plan de reparación urgente. Además, se recomienda a los conductores tomar rutas alternativas mientras duren las labores de limpieza y reconstrucción. Mejor prevenir y llegar tarde, que arriesgarse a sufrir algún percance. Recuérdenlo, maes.
En fin, esta situación nos pone a reflexionar sobre la vulnerabilidad de nuestras comunidades ante los fenómenos meteorológicos extremos. ¿Será que estamos haciendo lo suficiente para adaptarnos al nuevo clima y proteger nuestra infraestructura? Compas, les pregunto: ¿cuáles creen que serían las medidas más efectivas a largo plazo para fortalecer nuestra resiliencia frente a estos desafíos ambientales?
Según reportes preliminares, el sector conocido como “El Raicero”, justo en la frontera entre Tibás y Moravia, sufrió un deslizamiento importante. Esto dejó prácticamente inutilizable un carril de la ruta nacional, generando un tremendo cuello de botella y poniendo en riesgo la seguridad de los conductores. Imagínate el tráfico, diay… ¡Un verdadero relajo!
Diego López, nuestro alcalde de Moravia, no tardó en ponerle pausa al asunto y salió a dar declaraciones. Al parecer, ya se comunicó directamente con Efraín Zeledón, el ministro de transportes, dado que se trata de una vía de importancia nacional. Lo bueno es que hay movilización, aunque la solución a este problema va a tomar tiempo, eso seguro. Esperemos que no se tarde mucho en echarle mano, porque la gente está harta de esperar.
Pero no solo ahí terminó la cosa, mae. En el barrio El Socorro, camino a la ruta 32 desde Santo Domingo, los carros andaban pasando encima de un montón de barro. Un panorama poco alentador, la verdad. Muchos choferes tuvieron que ir muy lentitos para evitar resbalones y accidentes. ¡Menos mal que nadie resultó herido, eso sí es qué alivio!
Ahora, analizando la situación, uno piensa en cómo estas lluvias intensas son cada vez más frecuentes. ¿Será el cambio climático echándole ganas o simplemente ciclos naturales? Lo cierto es que nuestra infraestructura vial necesita urgentemente mejoras y mantenimiento preventivo, para poder soportar estos embates climáticos. No podemos seguir esperando a que ocurran tragedias para reaccionar, ¿verdad?
Y hablando de reacciones, varios vecinos han expresado su preocupación por la falta de señalización adecuada en zonas propensas a deslizamientos. Dicen que deberían colocar letreros claros y visibles, así como mejorar el sistema de drenaje pluvial. Total, la idea es prevenir, antes que lamentar. Porque luego, ¡qué torta! Uno se queda varato tratando de arreglar las consecuencias.
La Municipalidad de Moravia ha informado que están trabajando en conjunto con el Ministerio de Transporte para evaluar los daños y elaborar un plan de reparación urgente. Además, se recomienda a los conductores tomar rutas alternativas mientras duren las labores de limpieza y reconstrucción. Mejor prevenir y llegar tarde, que arriesgarse a sufrir algún percance. Recuérdenlo, maes.
En fin, esta situación nos pone a reflexionar sobre la vulnerabilidad de nuestras comunidades ante los fenómenos meteorológicos extremos. ¿Será que estamos haciendo lo suficiente para adaptarnos al nuevo clima y proteger nuestra infraestructura? Compas, les pregunto: ¿cuáles creen que serían las medidas más efectivas a largo plazo para fortalecer nuestra resiliencia frente a estos desafíos ambientales?
