¡Ay, Dios mío! La bronca de Ivon Brenes es pa' llorar a mares. Esta madre, residente en San José, está pasando un brete tremendo porque el CCSS no le ha pagado la licencia de cuidado para atender a su hija de tres años, quien batalla contra una enfermedad crónica. Ya van más de un mes sin ver ni un colón, y la cosa pinta cada vez peor. ¿Dónde quedó la ayuda estatal, má?
Según relata Ivon, los atrasos no son novedad. Llevan varios meses arrastrando este problema, pero la gota que derramó el vaso fue la reciente suspensión del servicio eléctrico. "Me cortaron la luz, mae", cuenta con la voz quebrada. "Tuve que pedir prestado para poder comprarle leche a mi niña. ¿Cómo hago para mantenerla si no tengo ni pa' pagar los servicios básicos?". La situación es crítica, pura angustia y preocupación.
Y eso no es todo, el cuento se complica aún más. En la Caja dicen que el retraso se debe a que el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF) no ha liberado los fondos, pero desde FODESAF afirman lo contrario: ¡ya enviaron el dinerito! Este ping pong entre instituciones deja a la madre en medio de la pataleta, sin respuestas claras y sin el apoyo económico que necesita urgentemente. Claramente hay un maje que no está haciendo bien su trabajo, y eso afecta directamente a familias vulnerables.
Pero Ivon no está sola en esta torta. Asegura que existen miles de familias – calcula alrededor de 7,000 – en situaciones similares, atrapadas en el mismo limbo burocrático. Muchas, por miedo a represalias o simplemente por estar demasiado ocupadas cuidando a sus seres queridos enfermos, prefieren callar. "Estamos agobiados, sin saber qué hacer”, lamenta. “Es injusto que tengamos que pasar por esto mientras el Estado dice defender los derechos de las familias”.
La licencia de cuidado es un derecho, diay, una bendición para quienes necesitan estar al lado de sus hijos o familiares enfermos. Permite a madres y padres dedicarse tiempo completo al cuidado, sin tener que preocuparse tanto por el sustento económico. Pero cuando el Estado falla en cumplir con sus obligaciones, se convierte en una fuente de estrés y ansiedad. Es como si te dieran una mano arriba y te quitaran dos abajo, ¿me entienden?
Este caso pone en evidencia las fallas estructurales que aquejan al sistema de seguridad social costarricense. El CCSS y FODESAF parecen estar desconectados, generando demoras e incertidumbre para quienes más lo necesitan. No es suficiente con aprobar leyes y programas sociales; es fundamental garantizar su correcta implementación y ejecución. Las promesas quedan vacías si no hay voluntad política y compromiso genuino para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Ante esta difícil situación, la diputada Marcela Guerrero presentó una moción urgente en la Asamblea Legislativa para investigar estos atrasos y exigir responsabilidades a las autoridades competentes. “Es inaceptable que familias enteras estén sufriendo por culpa de la ineficiencia burocrática”, declaró. Se espera que la comisión parlamentaria convoque a representantes del CCSS y FODESAF para esclarecer los hechos y encontrar soluciones rápidas y efectivas. ¡Que les den duro a esos funcionarios!”, exclamó Guerrero.
La historia de Ivon y tantas otras familias afectadas es un llamado de atención a todos los actores involucrados. Es hora de dejar de echarle la culpa a otros y asumir la responsabilidad de resolver este problema. ¿Ustedes creen que el gobierno debería implementar medidas más estrictas para evitar futuros atrasos en el pago de licencias de cuidado, o sería mejor reformar todo el sistema de seguridad social?
Según relata Ivon, los atrasos no son novedad. Llevan varios meses arrastrando este problema, pero la gota que derramó el vaso fue la reciente suspensión del servicio eléctrico. "Me cortaron la luz, mae", cuenta con la voz quebrada. "Tuve que pedir prestado para poder comprarle leche a mi niña. ¿Cómo hago para mantenerla si no tengo ni pa' pagar los servicios básicos?". La situación es crítica, pura angustia y preocupación.
Y eso no es todo, el cuento se complica aún más. En la Caja dicen que el retraso se debe a que el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF) no ha liberado los fondos, pero desde FODESAF afirman lo contrario: ¡ya enviaron el dinerito! Este ping pong entre instituciones deja a la madre en medio de la pataleta, sin respuestas claras y sin el apoyo económico que necesita urgentemente. Claramente hay un maje que no está haciendo bien su trabajo, y eso afecta directamente a familias vulnerables.
Pero Ivon no está sola en esta torta. Asegura que existen miles de familias – calcula alrededor de 7,000 – en situaciones similares, atrapadas en el mismo limbo burocrático. Muchas, por miedo a represalias o simplemente por estar demasiado ocupadas cuidando a sus seres queridos enfermos, prefieren callar. "Estamos agobiados, sin saber qué hacer”, lamenta. “Es injusto que tengamos que pasar por esto mientras el Estado dice defender los derechos de las familias”.
La licencia de cuidado es un derecho, diay, una bendición para quienes necesitan estar al lado de sus hijos o familiares enfermos. Permite a madres y padres dedicarse tiempo completo al cuidado, sin tener que preocuparse tanto por el sustento económico. Pero cuando el Estado falla en cumplir con sus obligaciones, se convierte en una fuente de estrés y ansiedad. Es como si te dieran una mano arriba y te quitaran dos abajo, ¿me entienden?
Este caso pone en evidencia las fallas estructurales que aquejan al sistema de seguridad social costarricense. El CCSS y FODESAF parecen estar desconectados, generando demoras e incertidumbre para quienes más lo necesitan. No es suficiente con aprobar leyes y programas sociales; es fundamental garantizar su correcta implementación y ejecución. Las promesas quedan vacías si no hay voluntad política y compromiso genuino para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Ante esta difícil situación, la diputada Marcela Guerrero presentó una moción urgente en la Asamblea Legislativa para investigar estos atrasos y exigir responsabilidades a las autoridades competentes. “Es inaceptable que familias enteras estén sufriendo por culpa de la ineficiencia burocrática”, declaró. Se espera que la comisión parlamentaria convoque a representantes del CCSS y FODESAF para esclarecer los hechos y encontrar soluciones rápidas y efectivas. ¡Que les den duro a esos funcionarios!”, exclamó Guerrero.
La historia de Ivon y tantas otras familias afectadas es un llamado de atención a todos los actores involucrados. Es hora de dejar de echarle la culpa a otros y asumir la responsabilidad de resolver este problema. ¿Ustedes creen que el gobierno debería implementar medidas más estrictas para evitar futuros atrasos en el pago de licencias de cuidado, o sería mejor reformar todo el sistema de seguridad social?