Ay, wey, qué emoción nos ha dado este caso que llegó directo al Foro. Imagínate la bronca que pasaron estos británicos, familia Stringer, porque su perrita, Molly, una cockapoo chiquitita y supertierna, desapareció durante una semana entera. ¡Una semana, diay!
La movida empezó cuando John, el papá, estaba de vacaciones en Turquía, relajándose como todo tico en sus meritos, cuando recibe una llamada a las dos de la mañana. Resulta que Molly, aprovechando que estaban de viaje, se escabulló de la cabaña donde se hospedaban en Yorkshire, cerca de Pateley Bridge. Al parecer, se aventó un salto espectacular sobre un muro de metro treinta, ¡metro treinta! Buscando a su pa', seguramente.
Desde ahí se activó el protocolo de emergencia familiar. Armaron una campaña en Facebook, pidiendo ayuda a todos los que pudieran, y se comunicaron con el Busters Animal SOS Team, unos rescatistas súper dedicados. Varios días estuvieron buscando a la criatura con drones, cámaras térmicas e incluso comida como carnada, tratando de atraerla. ¡Se esforzaron, mae, se esforzaron!
Pero parece que Molly entró en ‘modo huída’, esa onda que tienen los perros cuando están desesperados y solo piensan en sobrevivir: buscar comida, agua y un lugar seguro donde esconderse. Según contaron los rescatistas, ignoraba absolutamente cualquier intento de acercamiento, concentrada solamente en encontrar lo mínimo para vivir. Qué bruta es la naturaleza, chunche.
Entonces, el lunes pasado, luego de una semana llena de angustia, las pistas los llevaron a un campo cercano a la cabaña. Con mucha paciencia y cariño, lograron ganarse la confianza de Molly. Al principio se mostró esquiva, pero poco a poco, oliendo el aire, reconoció el aroma de su dueño, John. ¡Ahí sí que se armó la magia!
Y acá viene lo bueno, los salvadoreños: Capturaron el momento con un dron. Se ve a Molly corriendo a toda velocidad por el campo, como si tuviera turbo, y lanzándose directamente a los brazos de John. Las lágrimas, los abrazos... ¡qué carga de emociones, wey! John mismo dijo que sintió un “gran alivio”, que fue como si le quitaran un peso enorme de encima después de tanta incertidumbre. Ya saben, esas semanas son durísimas para los dueños de mascotas perdidas.
Después de una revisión rápida con el veterinario – para asegurarse de que estaba sana y salva – y un buen baño para quitarle el polvo del camino, Molly regresó a casa con John y Emily. Ahora disfruta de la tranquilidad de la vida familiar, acurrucándose con sus humanos como si nada hubiera pasado. Un final feliz digno de película, sinceramente. Este tipo de historias te recuerdan la increíble conexión que tenemos con nuestros compañeros peludos y cómo la comunidad puede ayudarnos en los momentos difíciles. Además demuestra la importancia de tener cuidado y revisar bien los muros para evitar escapes innecesarios, ¡eh!
Este relato nos hace pensar: ¿cree usted que los animales sienten realmente el amor y la lealtad que expresamos hacia ellos, o es simplemente una respuesta a nuestro cuidado? Cuéntenos su experiencia con sus mascotas en el foro y compartamos este relato a todos los amantes de los animales en Costa Rica. ¡Vamos a darle like a esta historia tan bonita!
La movida empezó cuando John, el papá, estaba de vacaciones en Turquía, relajándose como todo tico en sus meritos, cuando recibe una llamada a las dos de la mañana. Resulta que Molly, aprovechando que estaban de viaje, se escabulló de la cabaña donde se hospedaban en Yorkshire, cerca de Pateley Bridge. Al parecer, se aventó un salto espectacular sobre un muro de metro treinta, ¡metro treinta! Buscando a su pa', seguramente.
Desde ahí se activó el protocolo de emergencia familiar. Armaron una campaña en Facebook, pidiendo ayuda a todos los que pudieran, y se comunicaron con el Busters Animal SOS Team, unos rescatistas súper dedicados. Varios días estuvieron buscando a la criatura con drones, cámaras térmicas e incluso comida como carnada, tratando de atraerla. ¡Se esforzaron, mae, se esforzaron!
Pero parece que Molly entró en ‘modo huída’, esa onda que tienen los perros cuando están desesperados y solo piensan en sobrevivir: buscar comida, agua y un lugar seguro donde esconderse. Según contaron los rescatistas, ignoraba absolutamente cualquier intento de acercamiento, concentrada solamente en encontrar lo mínimo para vivir. Qué bruta es la naturaleza, chunche.
Entonces, el lunes pasado, luego de una semana llena de angustia, las pistas los llevaron a un campo cercano a la cabaña. Con mucha paciencia y cariño, lograron ganarse la confianza de Molly. Al principio se mostró esquiva, pero poco a poco, oliendo el aire, reconoció el aroma de su dueño, John. ¡Ahí sí que se armó la magia!
Y acá viene lo bueno, los salvadoreños: Capturaron el momento con un dron. Se ve a Molly corriendo a toda velocidad por el campo, como si tuviera turbo, y lanzándose directamente a los brazos de John. Las lágrimas, los abrazos... ¡qué carga de emociones, wey! John mismo dijo que sintió un “gran alivio”, que fue como si le quitaran un peso enorme de encima después de tanta incertidumbre. Ya saben, esas semanas son durísimas para los dueños de mascotas perdidas.
Después de una revisión rápida con el veterinario – para asegurarse de que estaba sana y salva – y un buen baño para quitarle el polvo del camino, Molly regresó a casa con John y Emily. Ahora disfruta de la tranquilidad de la vida familiar, acurrucándose con sus humanos como si nada hubiera pasado. Un final feliz digno de película, sinceramente. Este tipo de historias te recuerdan la increíble conexión que tenemos con nuestros compañeros peludos y cómo la comunidad puede ayudarnos en los momentos difíciles. Además demuestra la importancia de tener cuidado y revisar bien los muros para evitar escapes innecesarios, ¡eh!
Este relato nos hace pensar: ¿cree usted que los animales sienten realmente el amor y la lealtad que expresamos hacia ellos, o es simplemente una respuesta a nuestro cuidado? Cuéntenos su experiencia con sus mascotas en el foro y compartamos este relato a todos los amantes de los animales en Costa Rica. ¡Vamos a darle like a esta historia tan bonita!
