Mae, justo cuando uno ya tiene listo el chunche del desfile, la camisa blanca planchada y la ilusión de ver a los güilas marchar con la bandera, viene el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) a darnos el baldazo de realidad. Y no, no es una lloviznita para refrescar. El pronóstico para este 14 y 15 de setiembre es claro: saquen las capas y los paraguas, porque se viene un temporal que amenaza con aguarle la fiesta a más de uno. Definitivamente, ¡qué sal la nuestra!
Pero, ¿por qué justo ahora? Diay, parece que los astros atmosféricos se alinearon para hacernos una mala jugada. Según Gabriela Chinchilla, la meteoróloga del IMN, no es una sola cosa, sino un combo de sistemas que se juntaron para crear el ambiente perfecto para el despiche. Tenemos a la famosa Zona de Convergencia Intertropical (esa nunca falla en estas épocas) bien activa mandando humedad. A eso súmele una vaguada que viene bajando desde el Golfo de México para aumentar la inestabilidad. Y como si fuera poco, para rematar, el lunes nos cae encima la onda tropical número 30. O sea, la receta para que llueva hasta por debajo de las piedras está completa. ¡Qué torta!
Ahora, vamos a lo que nos duele: los actos cívicos. Toda esta vara se traduce en que las probabilidades de que los desfiles se salven del agua son mínimas. El IMN advierte que las lluvias van a ser recurrentes y en todo el país. Desde la madrugada del 14 se esperan aguaceros en el Caribe y la Zona Norte. Pero el plato fuerte viene en la tarde, justo a la hora de la mayoría de los desfiles, cuando el Valle Central y toda la vertiente del Pacífico se pongan bajo tormenta eléctrica y chaparrones de los buenos. La imagen de los chiquitos con los zapatos blancos llenos de barro y los instrumentos musicales mojados ya es casi una premonición. Un plan que, para muchos, podría irse al traste.
Y si usted creía que la cosa mejoraba después del feriado, mejor siéntese. El pronóstico extendido del IMN hasta mediados de octubre no es nada alentador, especialmente para los que vivimos en el Pacífico. Parece que la época lluviosa decidió ponerse seria de verdad. Durante la segunda quincena de setiembre y las primeras semanas de octubre, se esperan aguaceros mucho más intensos de lo normal en toda esa vertiente, mientras que el Caribe, irónicamente, estará más seco. Pasaremos de las lluvias aisladas que tuvimos a un patrón mucho más activo y constante, el que de verdad define a nuestros “meses de invierno”.
En resumen, maes, la patria se celebrará bajo un manto de nubes y con el sonido de los truenos de fondo. Toca sacar la capa, el café caliente y, sobre todo, una buena dosis de paciencia. Es un golpe para la tradición y para las miles de familias que esperan este día con ansias para salir a las calles. La recomendación del IMN es clara: tomen previsiones y estén atentos a las alertas, porque el clima no va a perdonar. Ahora la pregunta del millón: ¿Ustedes qué van a hacer? ¿Se la juegan con el desfile bajo el baldazo o ya tienen un plan B con pinto y tamal bajo techo? ¡Cuenten a ver qué se les ocurre para no agüevarse!
Pero, ¿por qué justo ahora? Diay, parece que los astros atmosféricos se alinearon para hacernos una mala jugada. Según Gabriela Chinchilla, la meteoróloga del IMN, no es una sola cosa, sino un combo de sistemas que se juntaron para crear el ambiente perfecto para el despiche. Tenemos a la famosa Zona de Convergencia Intertropical (esa nunca falla en estas épocas) bien activa mandando humedad. A eso súmele una vaguada que viene bajando desde el Golfo de México para aumentar la inestabilidad. Y como si fuera poco, para rematar, el lunes nos cae encima la onda tropical número 30. O sea, la receta para que llueva hasta por debajo de las piedras está completa. ¡Qué torta!
Ahora, vamos a lo que nos duele: los actos cívicos. Toda esta vara se traduce en que las probabilidades de que los desfiles se salven del agua son mínimas. El IMN advierte que las lluvias van a ser recurrentes y en todo el país. Desde la madrugada del 14 se esperan aguaceros en el Caribe y la Zona Norte. Pero el plato fuerte viene en la tarde, justo a la hora de la mayoría de los desfiles, cuando el Valle Central y toda la vertiente del Pacífico se pongan bajo tormenta eléctrica y chaparrones de los buenos. La imagen de los chiquitos con los zapatos blancos llenos de barro y los instrumentos musicales mojados ya es casi una premonición. Un plan que, para muchos, podría irse al traste.
Y si usted creía que la cosa mejoraba después del feriado, mejor siéntese. El pronóstico extendido del IMN hasta mediados de octubre no es nada alentador, especialmente para los que vivimos en el Pacífico. Parece que la época lluviosa decidió ponerse seria de verdad. Durante la segunda quincena de setiembre y las primeras semanas de octubre, se esperan aguaceros mucho más intensos de lo normal en toda esa vertiente, mientras que el Caribe, irónicamente, estará más seco. Pasaremos de las lluvias aisladas que tuvimos a un patrón mucho más activo y constante, el que de verdad define a nuestros “meses de invierno”.
En resumen, maes, la patria se celebrará bajo un manto de nubes y con el sonido de los truenos de fondo. Toca sacar la capa, el café caliente y, sobre todo, una buena dosis de paciencia. Es un golpe para la tradición y para las miles de familias que esperan este día con ansias para salir a las calles. La recomendación del IMN es clara: tomen previsiones y estén atentos a las alertas, porque el clima no va a perdonar. Ahora la pregunta del millón: ¿Ustedes qué van a hacer? ¿Se la juegan con el desfile bajo el baldazo o ya tienen un plan B con pinto y tamal bajo techo? ¡Cuenten a ver qué se les ocurre para no agüevarse!