¡Ay, Dios mío, qué despiche! Resulta que el Gobierno le metió mano al acueducto municipal de Naranjo, generando una verdadera bronca con la Municipalidad. Según el ayuntamiento, la Presidencia y el AyA mandaron un batallón de más de 50 personas para hacer una conexión en el acueducto, causando daños considerables en la zona. Parece que esto de querer poner orden, a veces, genera más desmadre, chunches.
La jugada ocurrió hace unos días, justo después de que la Junta Directiva del AyA les pidiera al alcalde Randall Vega que hiciera la conexión al proyecto de vivienda La Esperanza en San Miguel de Naranjo. Al parecer, el alcalde no se apresuró tanto como querían en la Presidencia, así que decidieron tomar cartas en el asunto... ¡pero a su manera, diay!
Según la Municipalidad, la intervención dejó la calle cantonal hecha trizas, con el pavimento roto y la infraestructura de la calzada también sufriendo daños. Además, entraron máquinas pesadas sin permiso para hacer el trabajo, lo que agravó aún más la situación. ¿Se imaginan la escena? Un brete de gente trabajando sin coordinación y dejando un reguero de destrucción, ¡qué carga!
Y ni hablar del costo. El municipio asegura que la obra afectó una infraestructura valorada en ¡216 millones de colones! Una suma considerable, mae, que ahora tendrán que desembolsar para arreglar los destrozos. Lo peor de todo es que califican la conexión como “ilegal e improcedente”, argumentando que pone en riesgo la integridad del sistema de agua potable. ¡Un verdadero dolor de cabeza para todos!
En una publicación en redes sociales, la Municipalidad no escatimó en críticas hacia el Ejecutivo, acusándolo de una “grave violación a la autonomía municipal” y al debido proceso. Incluso amenazaron con demandarlos, asegurando que están defendiendo los derechos de los vecinos de Naranjo. Parece que esto va a ser una pelea larga, porque la tensión entre el Gobierno y el municipio ya venía hirviendo desde antes.
Lo curioso de todo este caso es que el Presidente Chaves ha hecho de la figura del alcalde Vega blanco frecuente de sus ataques en discursos públicos y programas de televisión. Recordarán que Vega fue destituido años atrás por esta misma administración cuando era viceministro de Seguridad Pública. Así que, ¿será esta intervención una venganza política disfrazada de interés público? Uno se pregunta, chunche.
Intentamos contactar al Ministro de Seguridad, Mario Zamora, y a la oficina de prensa de la Fuerza Pública para saber quién dio la orden de enviar a los oficiales al acueducto y cuál era el propósito de esta intervención. También buscamos la versión del AyA y de la Presidencia, pero al cierre de esta nota nadie quiso dar la cara. Esto huele raro, varas. ¡Qué sal!
Con toda esta polémica y los riesgos evidentes para el suministro de agua, me pregunto: ¿Será que el afán del gobierno por imponer su voluntad está poniendo en peligro la salud y el bienestar de los ciudadanos de Naranjo? ¿Consideran que el alcalde Vega tiene razón al denunciar una violación a la autonomía municipal, o creen que el gobierno estaba justificado en intervenir?
La jugada ocurrió hace unos días, justo después de que la Junta Directiva del AyA les pidiera al alcalde Randall Vega que hiciera la conexión al proyecto de vivienda La Esperanza en San Miguel de Naranjo. Al parecer, el alcalde no se apresuró tanto como querían en la Presidencia, así que decidieron tomar cartas en el asunto... ¡pero a su manera, diay!
Según la Municipalidad, la intervención dejó la calle cantonal hecha trizas, con el pavimento roto y la infraestructura de la calzada también sufriendo daños. Además, entraron máquinas pesadas sin permiso para hacer el trabajo, lo que agravó aún más la situación. ¿Se imaginan la escena? Un brete de gente trabajando sin coordinación y dejando un reguero de destrucción, ¡qué carga!
Y ni hablar del costo. El municipio asegura que la obra afectó una infraestructura valorada en ¡216 millones de colones! Una suma considerable, mae, que ahora tendrán que desembolsar para arreglar los destrozos. Lo peor de todo es que califican la conexión como “ilegal e improcedente”, argumentando que pone en riesgo la integridad del sistema de agua potable. ¡Un verdadero dolor de cabeza para todos!
En una publicación en redes sociales, la Municipalidad no escatimó en críticas hacia el Ejecutivo, acusándolo de una “grave violación a la autonomía municipal” y al debido proceso. Incluso amenazaron con demandarlos, asegurando que están defendiendo los derechos de los vecinos de Naranjo. Parece que esto va a ser una pelea larga, porque la tensión entre el Gobierno y el municipio ya venía hirviendo desde antes.
Lo curioso de todo este caso es que el Presidente Chaves ha hecho de la figura del alcalde Vega blanco frecuente de sus ataques en discursos públicos y programas de televisión. Recordarán que Vega fue destituido años atrás por esta misma administración cuando era viceministro de Seguridad Pública. Así que, ¿será esta intervención una venganza política disfrazada de interés público? Uno se pregunta, chunche.
Intentamos contactar al Ministro de Seguridad, Mario Zamora, y a la oficina de prensa de la Fuerza Pública para saber quién dio la orden de enviar a los oficiales al acueducto y cuál era el propósito de esta intervención. También buscamos la versión del AyA y de la Presidencia, pero al cierre de esta nota nadie quiso dar la cara. Esto huele raro, varas. ¡Qué sal!
Con toda esta polémica y los riesgos evidentes para el suministro de agua, me pregunto: ¿Será que el afán del gobierno por imponer su voluntad está poniendo en peligro la salud y el bienestar de los ciudadanos de Naranjo? ¿Consideran que el alcalde Vega tiene razón al denunciar una violación a la autonomía municipal, o creen que el gobierno estaba justificado en intervenir?
