¡Ay, Dios mío, qué cosas se encuentran por estos barrios! Resulta que nuestros amigos de la policía municipal, específicamente la unidad canina, andaban echando un vistazo por el Parque de Barrio México y se toparon con un verdadero churrito: unos snacks escondiendo banda. Sí, así como lo leyeron, alguien pensó que podía meterle drogas dentro de unas galletas o papas fritas y nadie iba a notar nada. ¡Pero claro que sí!, tenemos perros profesionales, mae.
Según nos cuentan desde la jefatura, el operativo era parte de sus patrullajes regulares, buscando mantener la tranquilidad en el distrito de Merced. Pero bueno, parece que la suerte les jugó a favor (o desventaja, dependiendo cómo lo mires para los vándalos). El perro, que dicen que tiene un olfato más fino que el de mi abuela para encontrar la comida deliciosa, empezó a ladrar como loco a un paquete de snacks tirado ahí solito en el piso. Al principio, los policías pensaron que era cualquier tontería, pero como ya saben, no hay que hacerles caso a los perros... ¡y resultó que tenían razón!
Marcelo Solano, el jefe de la policía municipal, nos comentó que este tipo de artimañas son cada vez más comunes entre los que se dedican a echarle mugre al país. Ya no basta con esconder la droga en mochilas o carros, ahora tienen que recurrir a disimularla en bolsas de chuches. "Es lamentable que estas personas intenten engañar a las autoridades utilizando objetos cotidianos", declaró Solano, visiblemente preocupado por la creatividad del hampa. Por supuesto, no dieron detalles de la cantidad de sustancia que encontraron, pero aseguran que era suficiente para armar bastante problema en la comunidad.
Pero eso no fue todo, ¡hay más harta vaina! Mientras tanto, en otro punto del distrito de Merced, los oficiales encontraron otra sorpresa desagradable: un punzón casero escondido dentro de un ducto de cables eléctricos. Un punzón, ¡diay! Esto pinta feo, porque con esas herramientas ya pueden hacer de todo, desde asaltos hasta actos aún peores. Este decomiso viene a reforzar la necesidad de aumentar la vigilancia y la presencia policial en zonas consideradas conflictivas.
Ahora bien, vale la pena recordar que esto no es algo nuevo, colega. Hemos visto casos similares en otros lugares del país, donde la gente trata de esconder drogas y armas en sitios inusuales. Lo que pasa es que ahora, gracias a la capacitación de nuestros perros y al esfuerzo de nuestros oficiales, estamos logrando detectar estas acciones ilegales antes de que causen daño. Se supone que la idea es que se vayan arrepintiendo de meterse con nuestra querida Costa Rica y buscarse otro brete donde causar problemas.
Desde La Reforma, la Policía Penitenciaria también tuvo un hallazgo peculiar: cocaína y celulares metidos dentro de una caja de leche. ¡Imagínate, tratando de pasar todo eso por la puerta como si nada! Parece que la creatividad para contrabando no tiene límites. Además, recuerden lo que pasó hace poco en Cartago, con la falsa venta de carro que dejó a un pobre hombre con heridas y sin la billetera. Claramente, la delincuencia está poniendo toda la carne al asador, y nosotros tenemos que poner la nuestra para combatir ese flagelo.
Estos sucesos nos demuestran que la lucha contra el crimen organizado es constante y requiere de un esfuerzo conjunto entre las diferentes fuerzas de seguridad y la ciudadanía. No podemos bajar la guardia ni confiarnos en que todo va a estar bien. Tenemos que seguir denunciando cualquier actividad sospechosa y colaborar con las autoridades para mantener nuestras comunidades seguras. Después de todo, vivimos en un país hermoso, y no vamos a permitir que unos pocos vivos lo echen a perder.
Con tantos operativos y descubrimientos, me pregunto… ¿cree usted que deberíamos implementar programas educativos más fuertes en nuestras escuelas para concienciar a los jóvenes sobre los peligros de las drogas y la importancia de mantenerse alejados del delito, o piensa que el enfoque debería estar en endurecer las penas para aquellos que delinquen?
Según nos cuentan desde la jefatura, el operativo era parte de sus patrullajes regulares, buscando mantener la tranquilidad en el distrito de Merced. Pero bueno, parece que la suerte les jugó a favor (o desventaja, dependiendo cómo lo mires para los vándalos). El perro, que dicen que tiene un olfato más fino que el de mi abuela para encontrar la comida deliciosa, empezó a ladrar como loco a un paquete de snacks tirado ahí solito en el piso. Al principio, los policías pensaron que era cualquier tontería, pero como ya saben, no hay que hacerles caso a los perros... ¡y resultó que tenían razón!
Marcelo Solano, el jefe de la policía municipal, nos comentó que este tipo de artimañas son cada vez más comunes entre los que se dedican a echarle mugre al país. Ya no basta con esconder la droga en mochilas o carros, ahora tienen que recurrir a disimularla en bolsas de chuches. "Es lamentable que estas personas intenten engañar a las autoridades utilizando objetos cotidianos", declaró Solano, visiblemente preocupado por la creatividad del hampa. Por supuesto, no dieron detalles de la cantidad de sustancia que encontraron, pero aseguran que era suficiente para armar bastante problema en la comunidad.
Pero eso no fue todo, ¡hay más harta vaina! Mientras tanto, en otro punto del distrito de Merced, los oficiales encontraron otra sorpresa desagradable: un punzón casero escondido dentro de un ducto de cables eléctricos. Un punzón, ¡diay! Esto pinta feo, porque con esas herramientas ya pueden hacer de todo, desde asaltos hasta actos aún peores. Este decomiso viene a reforzar la necesidad de aumentar la vigilancia y la presencia policial en zonas consideradas conflictivas.
Ahora bien, vale la pena recordar que esto no es algo nuevo, colega. Hemos visto casos similares en otros lugares del país, donde la gente trata de esconder drogas y armas en sitios inusuales. Lo que pasa es que ahora, gracias a la capacitación de nuestros perros y al esfuerzo de nuestros oficiales, estamos logrando detectar estas acciones ilegales antes de que causen daño. Se supone que la idea es que se vayan arrepintiendo de meterse con nuestra querida Costa Rica y buscarse otro brete donde causar problemas.
Desde La Reforma, la Policía Penitenciaria también tuvo un hallazgo peculiar: cocaína y celulares metidos dentro de una caja de leche. ¡Imagínate, tratando de pasar todo eso por la puerta como si nada! Parece que la creatividad para contrabando no tiene límites. Además, recuerden lo que pasó hace poco en Cartago, con la falsa venta de carro que dejó a un pobre hombre con heridas y sin la billetera. Claramente, la delincuencia está poniendo toda la carne al asador, y nosotros tenemos que poner la nuestra para combatir ese flagelo.
Estos sucesos nos demuestran que la lucha contra el crimen organizado es constante y requiere de un esfuerzo conjunto entre las diferentes fuerzas de seguridad y la ciudadanía. No podemos bajar la guardia ni confiarnos en que todo va a estar bien. Tenemos que seguir denunciando cualquier actividad sospechosa y colaborar con las autoridades para mantener nuestras comunidades seguras. Después de todo, vivimos en un país hermoso, y no vamos a permitir que unos pocos vivos lo echen a perder.
Con tantos operativos y descubrimientos, me pregunto… ¿cree usted que deberíamos implementar programas educativos más fuertes en nuestras escuelas para concienciar a los jóvenes sobre los peligros de las drogas y la importancia de mantenerse alejados del delito, o piensa que el enfoque debería estar en endurecer las penas para aquellos que delinquen?
