En medio de una crisis sanitaria perpetuada por listas de espera interminables, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha decidido implementar un nuevo modelo de "pago por resultados" en sus servicios de radiología, comenzando en marzo de 2024. Esta estrategia, conocida coloquialmente como "pago a destajo", busca optimizar los recursos humanos y técnicos de la institución para atender de manera más eficaz a los pacientes que aguardan por diagnósticos y tratamientos urgentes.
La situación actual de la CCSS es crítica, con cerca de 23,000 tomografías computarizadas pendientes de realizar, un porcentaje considerable de las cuales corresponden a pacientes oncológicos. La nueva modalidad de remuneración busca incentivar a los especialistas a través de compensaciones basadas en la cantidad y calidad de los procedimientos realizados, en lugar del tradicional modelo de salario fijo. Este cambio radical propone una solución para reducir el tiempo de espera, especialmente en casos de menor criticidad, donde el tiempo máximo establecido será de 365 días.
Sin embargo, esta medida ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos sectores del personal médico, que cuestionan la falta de estudios concretos sobre el impacto y la viabilidad financiera del modelo. Además, hay preocupaciones sobre la claridad en la selección de los profesionales que se acogerán a este nuevo sistema y los criterios técnicos empleados para definir las compensaciones. A esto se suma la alerta de posibles incrementos en la fuga de especialistas hacia el sector privado, exacerbada por la incertidumbre y las potenciales desigualdades que este sistema podría introducir dentro de la estructura salarial de la CCSS.
Este nuevo enfoque plantea un debate crucial sobre la eficiencia versus la equidad en la atención médica pública.
¿Es justo priorizar la rapidez sobre la calidad del servicio?
¿Se puede garantizar que bajo presión por resultados no se comprometa la atención al paciente?
Estas son algunas de las preguntas que emergen en el horizonte, mientras la CCSS intenta navegar entre la urgencia de atender a sus pacientes y la necesidad de retener a sus especialistas más calificados.
Con el modelo de "pago por resultados", la CCSS espera no solo acelerar la resolución de las listas de espera sino también optimizar el uso de sus recursos.
No obstante, será esencial que la implementación de este modelo se acompañe de un seguimiento riguroso y transparente para evaluar su impacto real sobre el bienestar de los pacientes y la satisfacción del personal médico.
La efectividad de esta estrategia será determinante para su posible expansión a otros servicios y especialidades dentro de la institución.
La situación actual de la CCSS es crítica, con cerca de 23,000 tomografías computarizadas pendientes de realizar, un porcentaje considerable de las cuales corresponden a pacientes oncológicos. La nueva modalidad de remuneración busca incentivar a los especialistas a través de compensaciones basadas en la cantidad y calidad de los procedimientos realizados, en lugar del tradicional modelo de salario fijo. Este cambio radical propone una solución para reducir el tiempo de espera, especialmente en casos de menor criticidad, donde el tiempo máximo establecido será de 365 días.
Sin embargo, esta medida ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos sectores del personal médico, que cuestionan la falta de estudios concretos sobre el impacto y la viabilidad financiera del modelo. Además, hay preocupaciones sobre la claridad en la selección de los profesionales que se acogerán a este nuevo sistema y los criterios técnicos empleados para definir las compensaciones. A esto se suma la alerta de posibles incrementos en la fuga de especialistas hacia el sector privado, exacerbada por la incertidumbre y las potenciales desigualdades que este sistema podría introducir dentro de la estructura salarial de la CCSS.
Este nuevo enfoque plantea un debate crucial sobre la eficiencia versus la equidad en la atención médica pública.
¿Es justo priorizar la rapidez sobre la calidad del servicio?
¿Se puede garantizar que bajo presión por resultados no se comprometa la atención al paciente?
Estas son algunas de las preguntas que emergen en el horizonte, mientras la CCSS intenta navegar entre la urgencia de atender a sus pacientes y la necesidad de retener a sus especialistas más calificados.
Con el modelo de "pago por resultados", la CCSS espera no solo acelerar la resolución de las listas de espera sino también optimizar el uso de sus recursos.
No obstante, será esencial que la implementación de este modelo se acompañe de un seguimiento riguroso y transparente para evaluar su impacto real sobre el bienestar de los pacientes y la satisfacción del personal médico.
La efectividad de esta estrategia será determinante para su posible expansión a otros servicios y especialidades dentro de la institución.
