Reseña.
Tenía tiempos de no volver a la sala, hasta que hace como un mes decidí volver a ver qué ha cambiado . Noté que hay pocas chicas, y eso es porque de fijo se espantaron con los allanamientos y el virus este. Sin embargo NO diría que la sala está en decadencia. Tal ve se han organizado diferente, como por ejemplo la forma de pagar para que parezca que uno renta un cuarto y no una prostituta, de manera que así nadie pueda acusar a nadie de explotador sexual o proxeneta. Por lo demás sigue casi todo igual: A uno le abren el portón eléctrico, se lava las manitas, entra en un salón grande, las chicas se ponen de pie, usted escoge una, ella te pregunta cuánto tiempo te vas a atender, te toma la temperatura, pagás el costo del cuarto en la recepción, y te vas con ella a darle. En la habitación uno le paga a ella, como quien dice, ella lo hace por su voluntad, nadie la explota ni la prostituye. Todo queda como un encuentro casual.
Adriana.
Ella es puro carisma. Conoce el arte de entretener a un hombre. Delgada, de más de 30 años de edad, blanca, cuerpo aceptable, cara pasable, actitud excelente. Te besa, te abraza, te lame los pezones, gime, grita, te pide que le des duro, se te tira encima. Como extras dice que hace anal y tríos. Recomendada a ojo cerrado.
Vanessa.
Amable, aunque guarda las distancias. No besa, no es mujer de interactuar mucho con esas cursilerías. Diría que ella es un peso pesado en términos de experiencia sexual, y por lo mismo demanda lo mismo del compañero que le toque. Estatura de 1.70 tal vez, blanca, toda la espalda tatuada, piercing en el clítoris, cejas bien delineadas, trasero bien hecho, tetas pequeñas, contextura media. En resumen, es una mujer atractiva cercana a sus 30 años, que se viste sexy, que usa tacones altos y lleva las uñas muy largas y pintadas. Sí, se excita uno mucho de verla caminar.
Como ya expliqué antes, es una peso pesado en materia sexual, porque gime, se te tira encima, te mete las uñas en las nalgas cuando ella está abajo. Con ella uno no tiene necesidad de ir al urólogo porque rápido se da cuenta de que uno no funciona, y te dice:"Así como la tiene ahorita no podemos en esta posición porque no se le paró y así más bien lo puedo golpear." Claro, es comprensible lo de golpear, ya que tiene un trasero enorme. Cuando la tenés de a cuatro es genial verla moverse y acariciar su espalda tatuada mientras grita o gime. El sonido de sus nalgas golpeando tu pelvis es delicioso. Lo malo es que cuando se pone de cuatro despide una fragancia como a camarones malos que termina por traerte abajo tu modesta erección. También parece "agüevarse" si no le rendís sexualmente. Como lo dije, ella quiere un pito enorme como los hijueputas negros de Blacked. Así que ya lo saben, con ella full Viagra y con los tacos de frente.
La paisita joven y flaca (se me olvidó el nombre)
Ella es nórdica, delgada, alta, piel trigueña. Hermoso trasero, tetas modestas pero con pezones enormes. Lo único que voy a decir es que es mejor ver porno en la casa y cogerse a una muñeca inflable que darle a esta chica. Frialdad total, y encima quiere que te regués rápito para meterse al baño y dejarte ahí solo. Sólo me gusto tenerla de a cuatro y verle el trasero y un tatuaje que tiene.
Lo bueno.
Precios cómodos (12000 la media hora), mujeres aceptables, el lugar no queda en una zona peligrosa.
Lo malo.
1-Estas viejas quieren hacerlo todo en la oscuridad, no prenden la hijueputa luz y no ves a quien te estás mandando. Me pasó con las tres... O sea, no les gusta que uno las vea.
2-A veces lo mandan a uno a un cuartucho que más bien parece un closet. Una camita pequeña y las paredes aplastándote. ¡No jodan!, así no se puede coger.
3-Algunas de estas viejas no se bañan porque huelen a camarón añejo cuando abren las piernas. Eso perjudica el desempeño sexual y una sana erección.
Seguimos con más reseñas pronto.
