Miren, mamacitos del Foro, Jafet Soto, el presidente del Herediano, nos soltó una verdá dura sobre el nuevo estadio Eladio Rosabal Cordero. Resulta que anda con el 78% de avance, qué bueno pa’ ellos, pero también andaba echándole fuego a las empresas que no pusieron ni un clavo en el proyecto. ¡Esto se puso sabroso!
Como saben, desde el 2020 se derrumbó el viejo Rosabal para darle paso a una nave espacial, digo, un estadio moderno. Soto está contento con cómo va la cosa: “Ya tenemos que empezar a poner la lona oeste, ya pusimos la iluminación del lado este...”, pura joya. Quiere convertirlo en el primer estadio inteligente de Centroamérica, con hotel y hasta helipuerto, pa’ que los richies puedan llegar volando a ver el juego. Imagínenselo.
Pero ahí viene el detalle que prende la mecha. Soto está encabronado porque algunas empresas, ubicadas en Río Segundo y El Coyol, decidieron hacerle la vaca y no aportar al proyecto. Él dice que eso es una gran falta de respeto, considerando que él lo ve como un “proyecto país,” no solamente pa’ los hinchados rojiamarillos, sino para todo el futbol profesinal del país. ¡Una pena que haya gente así, chúpate esa!
Y aquí llegó la amenaza, mi gente. Soto les dijo a los aficionados: “Yo le voy a decir a los heredianos, no consuman esa marca por una semana para que vean lo que representamos”. Imagínense el impacto, un boicot coordinado por el Team, los más fieles. Eso sí duele al bolsillo de esos salados que no querían meterle. Demasiado poco, por cierto, deberían estar financiendo el proyecto a perpetuidad.
La verdad, Soto tiene razón en algo. Estas empresas deberían comprometerse más con el deporte nacional. No es solo ganar dinero, es ayudar a construir un futuro mejor para nuestros jóvenes, diay. Ponen carteles everywhere, pero cuando toca echar la mano, se hacen los dormidos. ¡Qué poca onda!
Muchos opinan que Soto se está pasando de listo con estas amenazas, pero yo creo que está defendiendo un sueño. El estadio nuevo es vital para el club y para el fútbol tico en general. Un recinto de primera clase atrae inversión, turismo y talento. ¡Es un win-win para todos!
Ahora bien, claro, habrá gente que diga que Soto debería buscar otras formas de conseguir patrocinios, que no puede andar amenazando a la gente. Pero, mijo, a veces hay que aplicar un poquito de presión pa’ que la bola ruede. Con tanto cuento de “responsabilidad social” y “compromiso con la comunidad,” a veces lo único que entienden es cuando les duele la cartera. Ya verá, los salados van a aprender.
En fin, la pelota está en la cancha de las empresas. ¿Deberían Soto seguir insistiendo con el boicot, o debería buscar una estrategia diferente para conseguir patrocinios? ¿Ustedes, como hinchados, se apuntarían a un boicot si Soto lo organiza? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, quiero leer sus opiniones. ¡Vamos a armar un buen debate sobre este brete!
Como saben, desde el 2020 se derrumbó el viejo Rosabal para darle paso a una nave espacial, digo, un estadio moderno. Soto está contento con cómo va la cosa: “Ya tenemos que empezar a poner la lona oeste, ya pusimos la iluminación del lado este...”, pura joya. Quiere convertirlo en el primer estadio inteligente de Centroamérica, con hotel y hasta helipuerto, pa’ que los richies puedan llegar volando a ver el juego. Imagínenselo.
Pero ahí viene el detalle que prende la mecha. Soto está encabronado porque algunas empresas, ubicadas en Río Segundo y El Coyol, decidieron hacerle la vaca y no aportar al proyecto. Él dice que eso es una gran falta de respeto, considerando que él lo ve como un “proyecto país,” no solamente pa’ los hinchados rojiamarillos, sino para todo el futbol profesinal del país. ¡Una pena que haya gente así, chúpate esa!
Y aquí llegó la amenaza, mi gente. Soto les dijo a los aficionados: “Yo le voy a decir a los heredianos, no consuman esa marca por una semana para que vean lo que representamos”. Imagínense el impacto, un boicot coordinado por el Team, los más fieles. Eso sí duele al bolsillo de esos salados que no querían meterle. Demasiado poco, por cierto, deberían estar financiendo el proyecto a perpetuidad.
La verdad, Soto tiene razón en algo. Estas empresas deberían comprometerse más con el deporte nacional. No es solo ganar dinero, es ayudar a construir un futuro mejor para nuestros jóvenes, diay. Ponen carteles everywhere, pero cuando toca echar la mano, se hacen los dormidos. ¡Qué poca onda!
Muchos opinan que Soto se está pasando de listo con estas amenazas, pero yo creo que está defendiendo un sueño. El estadio nuevo es vital para el club y para el fútbol tico en general. Un recinto de primera clase atrae inversión, turismo y talento. ¡Es un win-win para todos!
Ahora bien, claro, habrá gente que diga que Soto debería buscar otras formas de conseguir patrocinios, que no puede andar amenazando a la gente. Pero, mijo, a veces hay que aplicar un poquito de presión pa’ que la bola ruede. Con tanto cuento de “responsabilidad social” y “compromiso con la comunidad,” a veces lo único que entienden es cuando les duele la cartera. Ya verá, los salados van a aprender.
En fin, la pelota está en la cancha de las empresas. ¿Deberían Soto seguir insistiendo con el boicot, o debería buscar una estrategia diferente para conseguir patrocinios? ¿Ustedes, como hinchados, se apuntarían a un boicot si Soto lo organiza? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, quiero leer sus opiniones. ¡Vamos a armar un buen debate sobre este brete!