¡Ay, Dios mío, qué vaina! Parece que ya nos quieren meter la pata en el cuello con esto de calificar la conducta en las escuelas. El MEP quiere cambiarle el giro a todo y ahora, pa’ junio, vamos a estar viendo notas de conducta como cualquier otra materia. Eso sí, ¡qué cambio!
La bronca es que, según dicen, todo va a empezar en 2026. Imagínate, desde cero, cien puntos pa’ todos los chamos al principio del año, y se van descontando conforme hacen travesuras. El Ministro Sánchez, bien palabroso como siempre, dice que así le devolverán autoridad a los profes, porque parece que ya nadie respeta ni sus clases ni sus reglas. Un brete eso.
Ahora, si te portas feo, no solo te vas a llevar una regañadera del profe, sino que también vas a ver cómo tu nota de conducta se va pa’ abajo. Y si te sales de onda a lo grande, te pueden mandar pa’ casa, ¡temporalmente! Claro, todo esto, según lo que comentan, va a depender de la gravedad de la ‘torta’ que hayas hecho. Hablando de eso, ¿quién decide qué es una ‘torta’ gravísima?
Pero espera, que hay más. Dicen que esto ya no es la primera vez que lo proponen, porque ya hubo una versión anterior que no pegó. Ahora, con estos cambios, esperan que sí funcione. ¿Será que sí le harán caso a los profes o será otro intento que se va a ir al traste? La verdad, uno se queda pensando, ¿pa’ qué tanto lío si no atacan las raíces del problema?
Y ahí entramos en la vara más espinosa: los especialistas dicen que este reglamento se queda corto. Gabriela Garro, la psicóloga, explica que simplemente poner sanciones no soluciona la raíz de muchos comportamientos rebeldes. Que hay muchísimos niños y jóvenes pasando por cosas difíciles en casa o en la calle, y que llegar a la escuela con ganas de portarse mal puede ser una señal de que necesitan ayuda, no castigos.
Miren, señores, que los colegios ya andan agobiados entre papeleo y mil requisitos. ¿Cómo esperarán darles atención individualizada a todos los alumnos que tienen problemas de conducta? Necesitan más personal, más recursos, y, sobre todo, más apoyo para poder entender qué está pasando con esos muchachos. Pa’ qué tanta nota si no le pones atención al corazón del asunto.
Además, la psicóloga también resalta lo importante que es involucrar a las familias. Muchos padres están desconectados de la vida de sus hijos y, cuando se dan cuenta, ya es demasiado tarde. Hay que crear espacios para que los padres aprendan a comunicarse con sus hijos, a apoyarlos emocionalmente, y a establecer límites claros. Porque, al final, la educación no es solo responsabilidad de la escuela, es un trabajo en equipo entre maestros, padres y alumnos. No sé ustedes, pero yo creo que falta mucho por hacer antes de que tengamos un sistema educativo realmente justo y eficaz.
Así que dime, mi gente: ¿crees que calificar la conducta en las escuelas es una buena idea o estamos parcheando solo síntomas? ¿Será que esto ayudará a mejorar el ambiente en las aulas o solo creará más estrés y frustración tanto para los estudiantes como para los maestros? ¡Déjame leer tus opiniones en los comentarios, porque este tema me tiene pensando!
La bronca es que, según dicen, todo va a empezar en 2026. Imagínate, desde cero, cien puntos pa’ todos los chamos al principio del año, y se van descontando conforme hacen travesuras. El Ministro Sánchez, bien palabroso como siempre, dice que así le devolverán autoridad a los profes, porque parece que ya nadie respeta ni sus clases ni sus reglas. Un brete eso.
Ahora, si te portas feo, no solo te vas a llevar una regañadera del profe, sino que también vas a ver cómo tu nota de conducta se va pa’ abajo. Y si te sales de onda a lo grande, te pueden mandar pa’ casa, ¡temporalmente! Claro, todo esto, según lo que comentan, va a depender de la gravedad de la ‘torta’ que hayas hecho. Hablando de eso, ¿quién decide qué es una ‘torta’ gravísima?
Pero espera, que hay más. Dicen que esto ya no es la primera vez que lo proponen, porque ya hubo una versión anterior que no pegó. Ahora, con estos cambios, esperan que sí funcione. ¿Será que sí le harán caso a los profes o será otro intento que se va a ir al traste? La verdad, uno se queda pensando, ¿pa’ qué tanto lío si no atacan las raíces del problema?
Y ahí entramos en la vara más espinosa: los especialistas dicen que este reglamento se queda corto. Gabriela Garro, la psicóloga, explica que simplemente poner sanciones no soluciona la raíz de muchos comportamientos rebeldes. Que hay muchísimos niños y jóvenes pasando por cosas difíciles en casa o en la calle, y que llegar a la escuela con ganas de portarse mal puede ser una señal de que necesitan ayuda, no castigos.
Miren, señores, que los colegios ya andan agobiados entre papeleo y mil requisitos. ¿Cómo esperarán darles atención individualizada a todos los alumnos que tienen problemas de conducta? Necesitan más personal, más recursos, y, sobre todo, más apoyo para poder entender qué está pasando con esos muchachos. Pa’ qué tanta nota si no le pones atención al corazón del asunto.
Además, la psicóloga también resalta lo importante que es involucrar a las familias. Muchos padres están desconectados de la vida de sus hijos y, cuando se dan cuenta, ya es demasiado tarde. Hay que crear espacios para que los padres aprendan a comunicarse con sus hijos, a apoyarlos emocionalmente, y a establecer límites claros. Porque, al final, la educación no es solo responsabilidad de la escuela, es un trabajo en equipo entre maestros, padres y alumnos. No sé ustedes, pero yo creo que falta mucho por hacer antes de que tengamos un sistema educativo realmente justo y eficaz.
Así que dime, mi gente: ¿crees que calificar la conducta en las escuelas es una buena idea o estamos parcheando solo síntomas? ¿Será que esto ayudará a mejorar el ambiente en las aulas o solo creará más estrés y frustración tanto para los estudiantes como para los maestros? ¡Déjame leer tus opiniones en los comentarios, porque este tema me tiene pensando!
