¡Aguante, pura vida! Aquí les va la jugada del mercado de seguros, porque parece que la cosa no anda tan zafona como pensábamos al principio del año. Según la Superintendencia General de Seguros (SUGESE), en octubre tuvimos un buen repunte del 3,4%, sumándole unos ¢35,2 mil millones más a las primas en comparación con el año pasado. Pero ojo, que ahí viene el pero, porque el asunto se ha enfriado bastante durante el resto del año, ¡qué despiche!
Al parecer, si nos ponemos a ver bien, estamos hablando de una pérdida de impulso del 8,7%. No es que el sector esté yéndose al traste, ni mucho menos, pero sí mostrando señales de desaceleración. Muchos expertos dicen que esto podría deberse a varios factores, desde la inflación que está picando hasta cambios en el comportamiento de los consumidores. A fin de cuentas, uno siempre busca ahorrarle al bolsillo, diay.
Lo que le dio el empujón inicial a este crecimiento de octubre fueron los seguros obligatorios, especialmente el SOA (Seguro Obligatorio de Automóviles) y el RT (Riesgo de Trabajo). Ahí sí, esos seguros anduvieron a toda marcha, creciendo casi un 7,7%. En cambio, los seguros voluntarios, esos que uno elige tener, como los de salud o los de hogar, avanzaron a paso muy lento, apenas un 2%. Esto nos indica que la gente está siendo más cuidadosa con sus gastos, buscando lo esencial y posponiendo lo demás.
Y hablando de voluntarios, los seguros personales tuvieron un pequeño repunte del 8,3%, pero los generales, esos que cubren cosas como robo o daños materiales, retrocedieron un 2,6%. Lo peor de todo fue la categoría de automóviles, que vio cómo se esfumaban ¡¢29 mil millones menos! en primas en comparación con octubre del año anterior. Parece que muchos están dejando caer el seguro del carro o buscando opciones más económicas, qué pena.
Pero no todo está perdido, ¡claro que no! Porque la rama de salud se mantuvo como la reina indiscutible, con un crecimiento impresionante del 15,8%, inyectando unos ¢23,8 mil millones extra al mercado. Eso demuestra que la gente valora mucho proteger su salud, y eso es algo bueno, ¡qué chiva! La verdad es que es una buena señal, ya que refleja preocupación por el bienestar, algo importante en estos tiempos.
Ahora bien, la gran preocupación es que los siniestros pagados también han aumentado, y vaya que han aumentado: un 10% más que hace un año, es decir, unos ¢46,8 mil millones más. Esto significa que estamos pagando más indemnizaciones que nunca, y eso empieza a apretar las finanzas de las compañías aseguradoras. La diferencia entre las primas que entran y los siniestros que salen se está reduciendo, y eso puede afectar la estabilidad del sistema a largo plazo. ¡Qué torta!
En resumen, el mercado asegurador todavía muestra números positivos, pero la desaceleración en las primas combinada con el aumento en los siniestros crea un panorama más complicado. Las empresas tendrán que buscar nuevas estrategias para mantener la rentabilidad, quizás ofreciendo productos más innovadores o ajustando sus precios. También es posible que veamos cambios en las condiciones de algunas pólizas, para hacerlas más accesibles a los clientes, o incluso menos completas. El brete está servido, mae, hay que estar pendientes.
Entonces, acá les dejo la reflexión: Con esta desaceleración en el sector asegurador y el aumento constante de los siniestros, ¿creen que es momento de revisar nuestras pólizas y buscar alternativas más económicas, o prefieren mantener la cobertura actual a pesar del costo? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa mi gente!”,
Al parecer, si nos ponemos a ver bien, estamos hablando de una pérdida de impulso del 8,7%. No es que el sector esté yéndose al traste, ni mucho menos, pero sí mostrando señales de desaceleración. Muchos expertos dicen que esto podría deberse a varios factores, desde la inflación que está picando hasta cambios en el comportamiento de los consumidores. A fin de cuentas, uno siempre busca ahorrarle al bolsillo, diay.
Lo que le dio el empujón inicial a este crecimiento de octubre fueron los seguros obligatorios, especialmente el SOA (Seguro Obligatorio de Automóviles) y el RT (Riesgo de Trabajo). Ahí sí, esos seguros anduvieron a toda marcha, creciendo casi un 7,7%. En cambio, los seguros voluntarios, esos que uno elige tener, como los de salud o los de hogar, avanzaron a paso muy lento, apenas un 2%. Esto nos indica que la gente está siendo más cuidadosa con sus gastos, buscando lo esencial y posponiendo lo demás.
Y hablando de voluntarios, los seguros personales tuvieron un pequeño repunte del 8,3%, pero los generales, esos que cubren cosas como robo o daños materiales, retrocedieron un 2,6%. Lo peor de todo fue la categoría de automóviles, que vio cómo se esfumaban ¡¢29 mil millones menos! en primas en comparación con octubre del año anterior. Parece que muchos están dejando caer el seguro del carro o buscando opciones más económicas, qué pena.
Pero no todo está perdido, ¡claro que no! Porque la rama de salud se mantuvo como la reina indiscutible, con un crecimiento impresionante del 15,8%, inyectando unos ¢23,8 mil millones extra al mercado. Eso demuestra que la gente valora mucho proteger su salud, y eso es algo bueno, ¡qué chiva! La verdad es que es una buena señal, ya que refleja preocupación por el bienestar, algo importante en estos tiempos.
Ahora bien, la gran preocupación es que los siniestros pagados también han aumentado, y vaya que han aumentado: un 10% más que hace un año, es decir, unos ¢46,8 mil millones más. Esto significa que estamos pagando más indemnizaciones que nunca, y eso empieza a apretar las finanzas de las compañías aseguradoras. La diferencia entre las primas que entran y los siniestros que salen se está reduciendo, y eso puede afectar la estabilidad del sistema a largo plazo. ¡Qué torta!
En resumen, el mercado asegurador todavía muestra números positivos, pero la desaceleración en las primas combinada con el aumento en los siniestros crea un panorama más complicado. Las empresas tendrán que buscar nuevas estrategias para mantener la rentabilidad, quizás ofreciendo productos más innovadores o ajustando sus precios. También es posible que veamos cambios en las condiciones de algunas pólizas, para hacerlas más accesibles a los clientes, o incluso menos completas. El brete está servido, mae, hay que estar pendientes.
Entonces, acá les dejo la reflexión: Con esta desaceleración en el sector asegurador y el aumento constante de los siniestros, ¿creen que es momento de revisar nuestras pólizas y buscar alternativas más económicas, o prefieren mantener la cobertura actual a pesar del costo? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa mi gente!”,