¡Ay, Dios mío! Esto sí que es movida. Ricardo Sossa, el otrora comisionado LGBTI que Chaves echó por la puerta gorda, ahora anda buscando chamba como diputado por el Partido Integración Nacional (PIN). Y no cualquier chamba, sino vociferando contra lo que él llama el “totalitarismo del chavismo” en nuestro país. ¿Se imaginan la bronca que se armó?
Para ponerles en contexto, Sossa salió volando del gobierno de Don Rodri en junio del año pasado, después de que él y la exministra Nayuribe Guadamuz le dieran la declaratoria de interés cultural a la Marcha del Orgullo Gay. Eso le encendió las alarmas a Chaves, que no se quedó callado y lo mandó a correr. Mucho se habló del tema, algunos decían que era pura censura, otros que la declaratoria estaba fuera de lugar... ¡vaya brete!
Ahora, resulta que Sossa aparece en la convención nacional del PIN, electo como candidato a diputado por Heredia, quedando en el segundo lugar de la papeleta. En medio de la euforia, soltó su discurso antichavista, llamando a todos los “bloques antichavista” a unirse, olvidándose de sus diferencias políticas, para evitar que Costa Rica se convierta en una “dictadura totalitarista”. ¡Parece película!”, señaló durante el evento.
Y eso no es todo, amigos. En el mismo evento se confirmó la candidatura presidencial de Luis Amador, quien por cierto, ha dicho que se unió al PIN porque encontró un proyecto político “de análisis” y sin ataduras económicas. Completando la fórmula, tenemos a los empresarios Jorge Borbón y Kathya Verdugo. Parece que el PIN está tratando de juntar gente con diferentes ideas, a ver si sale algo bueno de esto.
Algunos analistas políticos ya están diciendo que esto es un intento desesperado de Sossa por recuperar protagonismo y darle una patada inicial a su carrera política. Otros, más críticos, señalan que su discurso antichavista suena exagerado y populista. Hay quienes comentan que el chavismo nunca tuvo pinzas acá, así que esa vara está bastante salada, ¿no creen?.
Lo que está claro es que la situación es tensa. La polarización política sigue latente en Costa Rica, y declaraciones como las de Sossa no hacen más que avivar el fuego. No podemos olvidar que estamos viviendo tiempos inciertos, donde la democracia está siendo cuestionada en muchos lugares del mundo. ¿Será que realmente hay un peligro inminente de que Costa Rica caiga en una dictadura?, o simplemente estamos cayendo en paranoia colectiva.
Este movimiento de Sossa plantea varias preguntas. ¿Es un verdadero líder comprometido con la defensa de la democracia, o un oportunista que busca sacar provecho de la situación política? ¿Logrará convencer a los votantes con su discurso antichavista, o se quedará en una nota más en el agitado panorama político nacional? Definitivamente, veremos qué pasa con esta vara y cómo se desarrolla esta jugada. ¡Qué nivel de cosas!
Con toda esta movida, me pregunto: ¿Creen que la retórica antichavista de Ricardo Sossa será efectiva para ganar votos, o terminará alejando a potenciales aliados? Compartan sus opiniones en el foro, ¡me interesa saber qué piensan ustedes!
Para ponerles en contexto, Sossa salió volando del gobierno de Don Rodri en junio del año pasado, después de que él y la exministra Nayuribe Guadamuz le dieran la declaratoria de interés cultural a la Marcha del Orgullo Gay. Eso le encendió las alarmas a Chaves, que no se quedó callado y lo mandó a correr. Mucho se habló del tema, algunos decían que era pura censura, otros que la declaratoria estaba fuera de lugar... ¡vaya brete!
Ahora, resulta que Sossa aparece en la convención nacional del PIN, electo como candidato a diputado por Heredia, quedando en el segundo lugar de la papeleta. En medio de la euforia, soltó su discurso antichavista, llamando a todos los “bloques antichavista” a unirse, olvidándose de sus diferencias políticas, para evitar que Costa Rica se convierta en una “dictadura totalitarista”. ¡Parece película!”, señaló durante el evento.
Y eso no es todo, amigos. En el mismo evento se confirmó la candidatura presidencial de Luis Amador, quien por cierto, ha dicho que se unió al PIN porque encontró un proyecto político “de análisis” y sin ataduras económicas. Completando la fórmula, tenemos a los empresarios Jorge Borbón y Kathya Verdugo. Parece que el PIN está tratando de juntar gente con diferentes ideas, a ver si sale algo bueno de esto.
Algunos analistas políticos ya están diciendo que esto es un intento desesperado de Sossa por recuperar protagonismo y darle una patada inicial a su carrera política. Otros, más críticos, señalan que su discurso antichavista suena exagerado y populista. Hay quienes comentan que el chavismo nunca tuvo pinzas acá, así que esa vara está bastante salada, ¿no creen?.
Lo que está claro es que la situación es tensa. La polarización política sigue latente en Costa Rica, y declaraciones como las de Sossa no hacen más que avivar el fuego. No podemos olvidar que estamos viviendo tiempos inciertos, donde la democracia está siendo cuestionada en muchos lugares del mundo. ¿Será que realmente hay un peligro inminente de que Costa Rica caiga en una dictadura?, o simplemente estamos cayendo en paranoia colectiva.
Este movimiento de Sossa plantea varias preguntas. ¿Es un verdadero líder comprometido con la defensa de la democracia, o un oportunista que busca sacar provecho de la situación política? ¿Logrará convencer a los votantes con su discurso antichavista, o se quedará en una nota más en el agitado panorama político nacional? Definitivamente, veremos qué pasa con esta vara y cómo se desarrolla esta jugada. ¡Qué nivel de cosas!
Con toda esta movida, me pregunto: ¿Creen que la retórica antichavista de Ricardo Sossa será efectiva para ganar votos, o terminará alejando a potenciales aliados? Compartan sus opiniones en el foro, ¡me interesa saber qué piensan ustedes!