¡Ay, papá! Qué atracao quedó el país con la noticia del incendio en Merced. Cinco personitas perdieron la vida en medio de las llamas, y pa' colmo, todavía andamos buscando más gente. Este 2025 se ha puesto bien pesadito con estos siniestros, superando hasta las estadísticas de 2018, cuando parecía que nunca íbamos a superar esa calamidad.
El Benemérito Cuerpo de Bomberos llegó corriendo al edificio de tres pisos, ubicado entre la avenida 3 y la calle 8, casi al lado del mercado Borbón – ahí sí que el movimiento es constante, diay. El fuego consumió unos 500 metros cuadrados, dejando un reguero de destrucción y dolor. Según los primeros informes, el incendio comenzó alrededor de las 2:33 a.m. de este jueves, mientras la mayoría de los residentes dormían plácidamente, ajenos al peligro inminente.
Lo más triste de todo es que entre las víctimas encontramos una pareja de adultos mayores, agarrados el uno al otro, intentando escapar de las llamas, pero lamentablemente no lo lograron. Héctor Chaves, el jefe de Bomberos, lo contó así: “Se identificaron cuatro víctimas: dos hombres y dos mujeres. Entre ellas, una pareja de adultos mayores que, lamentablemente, falleció abrazada, sin poder salir”. ¡Qué tremenda bronca! Uno se queda pensando qué pasó por esas cabecitas en esos momentos finales.
Pero la historia no termina ahí, chunches. Después de horas de intensa labor, encontraron una quinta persona sin vida entre los escombros. Parece que aún hay más personas desaparecidas, ya que los encargados del edificio dicen que vivían unas 21 personas en ese lugar. Eso da miedo, pura incertidumbre... esperando saber si todos están bien o si vamos a tener más pérdidas en esta tragedia.
Y ni hablar de las salidas de emergencia bloqueadas, ¡qué pena ajena! En el tercer piso, encontraron una salida amarrada con alambre negro, como si fuera un juego macabro. Las autoridades ya están investigando cómo pudo pasar esto, pero la verdad es que es una negligencia imperdonable. Esto pone en tela de juicio a los dueños de los edificios y a las autoridades competentes, que deberían estar supervisando estos temas de seguridad.
Ahora, mirándole las estadísticas que nos han dado, uno se da cuenta que esto no es nuevo, brete. Desde 2008 hemos tenido varios incendios mortales, cada vez con números alarmantes. En 2018 alcanzamos los 30 fallecidos, una cifra que ahora parece pequeña comparada con el potencial daño que podríamos sufrir si no tomamos cartas en el asunto. ¿Será que no aprendemos la lección?
Este caso debería servirnos como un llamado de atención, porque la seguridad de nuestros hogares y barrios está en riesgo. Necesitamos que el gobierno invierta en inspecciones rigurosas, capacite a los propietarios de edificios y empodere al Cuerpo de Bomberos para que puedan hacer su trabajo de manera efectiva. Además, nosotros como ciudadanos tenemos que exigir cumplimiento y denunciar cualquier irregularidad que veamos. No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras nuestra comunidad corre peligro.
Después de toda esta tristeza, una pregunta que me quema por dentro: ¿Qué medidas concretas creen que debemos tomar como sociedad para evitar que tragedias como ésta se repitan en el futuro, y cómo podemos apoyar a las familias afectadas por esta terrible pérdida?
El Benemérito Cuerpo de Bomberos llegó corriendo al edificio de tres pisos, ubicado entre la avenida 3 y la calle 8, casi al lado del mercado Borbón – ahí sí que el movimiento es constante, diay. El fuego consumió unos 500 metros cuadrados, dejando un reguero de destrucción y dolor. Según los primeros informes, el incendio comenzó alrededor de las 2:33 a.m. de este jueves, mientras la mayoría de los residentes dormían plácidamente, ajenos al peligro inminente.
Lo más triste de todo es que entre las víctimas encontramos una pareja de adultos mayores, agarrados el uno al otro, intentando escapar de las llamas, pero lamentablemente no lo lograron. Héctor Chaves, el jefe de Bomberos, lo contó así: “Se identificaron cuatro víctimas: dos hombres y dos mujeres. Entre ellas, una pareja de adultos mayores que, lamentablemente, falleció abrazada, sin poder salir”. ¡Qué tremenda bronca! Uno se queda pensando qué pasó por esas cabecitas en esos momentos finales.
Pero la historia no termina ahí, chunches. Después de horas de intensa labor, encontraron una quinta persona sin vida entre los escombros. Parece que aún hay más personas desaparecidas, ya que los encargados del edificio dicen que vivían unas 21 personas en ese lugar. Eso da miedo, pura incertidumbre... esperando saber si todos están bien o si vamos a tener más pérdidas en esta tragedia.
Y ni hablar de las salidas de emergencia bloqueadas, ¡qué pena ajena! En el tercer piso, encontraron una salida amarrada con alambre negro, como si fuera un juego macabro. Las autoridades ya están investigando cómo pudo pasar esto, pero la verdad es que es una negligencia imperdonable. Esto pone en tela de juicio a los dueños de los edificios y a las autoridades competentes, que deberían estar supervisando estos temas de seguridad.
Ahora, mirándole las estadísticas que nos han dado, uno se da cuenta que esto no es nuevo, brete. Desde 2008 hemos tenido varios incendios mortales, cada vez con números alarmantes. En 2018 alcanzamos los 30 fallecidos, una cifra que ahora parece pequeña comparada con el potencial daño que podríamos sufrir si no tomamos cartas en el asunto. ¿Será que no aprendemos la lección?
Este caso debería servirnos como un llamado de atención, porque la seguridad de nuestros hogares y barrios está en riesgo. Necesitamos que el gobierno invierta en inspecciones rigurosas, capacite a los propietarios de edificios y empodere al Cuerpo de Bomberos para que puedan hacer su trabajo de manera efectiva. Además, nosotros como ciudadanos tenemos que exigir cumplimiento y denunciar cualquier irregularidad que veamos. No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras nuestra comunidad corre peligro.
Después de toda esta tristeza, una pregunta que me quema por dentro: ¿Qué medidas concretas creen que debemos tomar como sociedad para evitar que tragedias como ésta se repitan en el futuro, y cómo podemos apoyar a las familias afectadas por esta terrible pérdida?