¡Ay, Dios mío! Parece que la temporada alta del turismo, que ya empezó en noviembre, podría convertirse en un verdadero chinchorro para muchos negocios acá en Costa Rica. Entre la libra del colón, la maraña de la inseguridad y la rebaba de los turistas que no llegan, pinta feísimo para todos los que vivimos del brete del turismo.
La Canatur, Caturgua, CCH y ACOT están echando humo porque la competitividad del país se va al traste. Ya saben, esos lugares donde nos compiten directamente, como México, República Dominicana y Panamá, están ofreciendo precios mucho más accesibles. Y eso, mis queridos lectores, pega duro en el bolsillo de nuestros emprendedores.
Shirley Calvo, la jefa de Canatur, nos explica que ahora toca aguantarse los aumentos en los gastos. Más gente, más personal, más luz, más agua… Todo cuesta más colones. Pero gran parte de las ganancias entran en dólares. ¡Es un lío, díganle a mi abuela! Un círculo vicioso que le complica la vida a cualquiera.
Y ni hablar de Caturgua, que anda preocupadísima. Dice que algunas empresas ya han tenido que mandar gente pa’ casa y cerrar las puertas. Otros están intentando sobrevivir a duras penas, pero el panorama no pinta muy alegre. En pocas palabras, si esta tendencia continúa, vamos a ver más negocios cerrándose y más familias pasando apuros.
Flora Ayub, de la Cámara de Hoteles, tampoco se queda callada. Ella agrega que no solo es el tema del tipo de cambio, sino también los problemas de seguridad que tenemos acá. Las alertas internacionales no ayudan, y tampoco el estado de muchas carreteras y la falta de infraestructura básica. ¡Qué carga!
Según Caturgua, el sector turístico mueve alrededor de 180 mil empleos directos y más de 540 mil indirectos. ¡Imagínense cuánta gente depende de esto! Especialmente mujeres en las zonas rurales y costeras. Por eso, cualquier problema en el turismo afecta a muchísimas familias. Al parecer, comparando este año con el anterior, perdimos más de 22 mil empleos. ¡Una patada en el trasero!
Las micros, pequeñas y medianas empresas son las más afectadas, representando más del 85% del sector. Son esos hoteleritos con menos de veinte cuartos, los restaurantes familiares, los taxistas que dan vueltas por el parque... ellos son el corazón del turismo costarricense y sufren más con estas medidas. Y es que la temporada alta es crucial para que puedan mantener abiertas las puertas todo el año. Ahora, con este escenario, la cosa se pone difícil.
En fin, compañeros, la situación es complicada y requiere soluciones urgentes. Muchos señalan al Banco Central como responsable de esta situación. Se dice que han complicado las cosas con su política cambiaria. ¿Será que debemos exigir una revisión de las políticas monetarias o deberíamos buscar alternativas creativas para apoyar a nuestros emprendedores? ¿Creen que el gobierno debería intervenir más activamente para proteger al sector turístico?
La Canatur, Caturgua, CCH y ACOT están echando humo porque la competitividad del país se va al traste. Ya saben, esos lugares donde nos compiten directamente, como México, República Dominicana y Panamá, están ofreciendo precios mucho más accesibles. Y eso, mis queridos lectores, pega duro en el bolsillo de nuestros emprendedores.
Shirley Calvo, la jefa de Canatur, nos explica que ahora toca aguantarse los aumentos en los gastos. Más gente, más personal, más luz, más agua… Todo cuesta más colones. Pero gran parte de las ganancias entran en dólares. ¡Es un lío, díganle a mi abuela! Un círculo vicioso que le complica la vida a cualquiera.
Y ni hablar de Caturgua, que anda preocupadísima. Dice que algunas empresas ya han tenido que mandar gente pa’ casa y cerrar las puertas. Otros están intentando sobrevivir a duras penas, pero el panorama no pinta muy alegre. En pocas palabras, si esta tendencia continúa, vamos a ver más negocios cerrándose y más familias pasando apuros.
Flora Ayub, de la Cámara de Hoteles, tampoco se queda callada. Ella agrega que no solo es el tema del tipo de cambio, sino también los problemas de seguridad que tenemos acá. Las alertas internacionales no ayudan, y tampoco el estado de muchas carreteras y la falta de infraestructura básica. ¡Qué carga!
Según Caturgua, el sector turístico mueve alrededor de 180 mil empleos directos y más de 540 mil indirectos. ¡Imagínense cuánta gente depende de esto! Especialmente mujeres en las zonas rurales y costeras. Por eso, cualquier problema en el turismo afecta a muchísimas familias. Al parecer, comparando este año con el anterior, perdimos más de 22 mil empleos. ¡Una patada en el trasero!
Las micros, pequeñas y medianas empresas son las más afectadas, representando más del 85% del sector. Son esos hoteleritos con menos de veinte cuartos, los restaurantes familiares, los taxistas que dan vueltas por el parque... ellos son el corazón del turismo costarricense y sufren más con estas medidas. Y es que la temporada alta es crucial para que puedan mantener abiertas las puertas todo el año. Ahora, con este escenario, la cosa se pone difícil.
En fin, compañeros, la situación es complicada y requiere soluciones urgentes. Muchos señalan al Banco Central como responsable de esta situación. Se dice que han complicado las cosas con su política cambiaria. ¿Será que debemos exigir una revisión de las políticas monetarias o deberíamos buscar alternativas creativas para apoyar a nuestros emprendedores? ¿Creen que el gobierno debería intervenir más activamente para proteger al sector turístico?
