Pues sí, sí se puede viajar más rápido que la luz (a pesar de que en el colegio nos enseñaron lo contrario). Si queréis saber cómo se rompe la velocidad de la luz en mil pedazos seguir leyendo este articulo…
El experimento de Bell o la paradoja Einstein-Podolsky-Rosen
Cuando se topan dos partículas subatómicas como un electrón (carga negativa) y un positrón (carga positiva) ambos se autodestruyen generando en el proceso fotones, los cuales son partículas de luz que se comportan como onda y como corpúsculos. Estas partículas de luz, las cuales están relacionadas, pueden viajar en sentido contrario una de otra.
Si interceptamos o alteramos uno de estos fotones, automáticamente e independientemente de donde se encuentre, su fotón-pareja también se ve alterado exactamente igual.
Esto es algo así como si dos amigos, uno en Nueva York y el otro en Tokio llevan corbatas de color negro. En el momento en que el amigo de Nueva York se cambiase la corbata negra por una roja, en Tokio, y simultáneamente, su amigo se cambiaría, a su vez, la corbata negra por una roja desafiando la velocidad de la luz.
Este teorema se ha demostrado experimentalmente múltiples veces. Entonces….¿dónde está el truco? ¿Cómo es posible vencer la velocidad de la luz?..
Es muy sencillo:
La cuestión radica en que cuando alteramos un fotón no estamos enviando “materia” más rápido que la velocidad de la luz, sino que estamos enviando información (un bit “cuántico”) al fotón-pareja, por lo tanto este fenómeno no viola las leyes de la física.
Einstein, en 1935, descubrió este efecto misterioso y lo denomino “fantasmal” (spooky), ya que ampararía fenómenos paranormales hasta entonces desdeñados por la ciencia, como la telepatía