¡Ay, papá! Qué pesar nos da tener que escribir estas líneas, pura bronca. Se confirmó hace unas horas la muerte de un nene, un chiquito de dos o tres años, que se cayoacute en un pozo en Pocosol de San Carlós. Una tragedia que ha dejado a toda la comunidad hecha pedazos, vamos.
La volá vimos los noticieros por la mañana, medio tranquilos pensando 'ahorita lo sacan', pero la cosa se puso fea rápido. Según me cuentan los vecinos, el pozo estaba cubierto con unas tablas viejas, y el nene, juguetón como suelen serlos, se resbaló y pum, adentro. Un susto de aquellos que te dejan tieso, diay.
El Benemérito Cuerpo de Bomberos reacció rápido, claro. Llegaron con to’ el equipo, patrullas de la zona norte, incluso vinieron de Puntarenas y San José. Movilizaron personal especializado en rescates, buscando darle una oportunidad al chiquito. ¡Se fajaron como pocos!, tratando de llegar hasta él. Al parecer, tenía unos seis metros de agua acumulados en el fondo, lo que complicó la faena considerablemente.
Y ahí es cuando la cosa se puso realmente dura. Más de cinco horas de busquedá, con bombas achicando agua, con rescatistas metidos hasta las rodillas… Pero al final, la noticia que nadie quería escuchar: lo encontraron, pero ya sin signos vitales. Me dicen que por la radio escucharon el mensaje, y ahí se vino abajo el ánimo de todos los presentes. De verdad, qué tristeza.
Los propios bomberos, en sus redes sociales, expresaron el dolor que sienten. Decían que “no tienen corazón de piedra” y que les duele mucho lo sucedido. Imaginen ustedes, maes, estar en el lugar de esos hombres. Ver morir a un niño así, mientras hacian todo lo posible para salvarlo... Un brete, sin duda alguna. Te quedas pensando en ese chiquito, riendo, gateando, llenando de alegría a sus padres...
La familia, obviamente, está destrozada. No hay palabras que puedan aliviar su dolor, ni consuelo que pueda calmar su pena. Dicen que ahora los bomberos, se quitan el casco y la capa, para meterse en los zapatos de esos padres, sintiendo lo que ellos sienten. Eso demuestra la humanidad de estos hombres, que además de combatir incendios, también enfrentan tragedias como esta.
Además del esfuerzo de los bomberos, también quiero destacar la colaboración de la Cruz Roja, que siempre están ahí para apoyar en momentos difíciles. Trabajaron en conjunto, demostrando que cuando hay voluntad, todo es posible, aunque en este caso, lamentablemente, no fue suficiente para evitar esta terrible pérdida. Desde la oficina del alcalde se han ofrecido facilidades para ayudar a la familia con los gastos funerarios y brindar apoyo emocional.
Es una nube oscura sobre Pocosol, diay. Una tragedia que nos recuerda la importancia de mantener precauciones y revisar la seguridad de nuestros hogares, especialmente si tenemos niños pequeños. Ahora bien, me pregunto, ¿qué medidas podemos implementar como comunidad para prevenir que este tipo de situaciones se repitan en el futuro? Compartan sus ideas en el foro, porque juntos podemos hacer la diferencia y crear un entorno más seguro para nuestros hijos.
La volá vimos los noticieros por la mañana, medio tranquilos pensando 'ahorita lo sacan', pero la cosa se puso fea rápido. Según me cuentan los vecinos, el pozo estaba cubierto con unas tablas viejas, y el nene, juguetón como suelen serlos, se resbaló y pum, adentro. Un susto de aquellos que te dejan tieso, diay.
El Benemérito Cuerpo de Bomberos reacció rápido, claro. Llegaron con to’ el equipo, patrullas de la zona norte, incluso vinieron de Puntarenas y San José. Movilizaron personal especializado en rescates, buscando darle una oportunidad al chiquito. ¡Se fajaron como pocos!, tratando de llegar hasta él. Al parecer, tenía unos seis metros de agua acumulados en el fondo, lo que complicó la faena considerablemente.
Y ahí es cuando la cosa se puso realmente dura. Más de cinco horas de busquedá, con bombas achicando agua, con rescatistas metidos hasta las rodillas… Pero al final, la noticia que nadie quería escuchar: lo encontraron, pero ya sin signos vitales. Me dicen que por la radio escucharon el mensaje, y ahí se vino abajo el ánimo de todos los presentes. De verdad, qué tristeza.
Los propios bomberos, en sus redes sociales, expresaron el dolor que sienten. Decían que “no tienen corazón de piedra” y que les duele mucho lo sucedido. Imaginen ustedes, maes, estar en el lugar de esos hombres. Ver morir a un niño así, mientras hacian todo lo posible para salvarlo... Un brete, sin duda alguna. Te quedas pensando en ese chiquito, riendo, gateando, llenando de alegría a sus padres...
La familia, obviamente, está destrozada. No hay palabras que puedan aliviar su dolor, ni consuelo que pueda calmar su pena. Dicen que ahora los bomberos, se quitan el casco y la capa, para meterse en los zapatos de esos padres, sintiendo lo que ellos sienten. Eso demuestra la humanidad de estos hombres, que además de combatir incendios, también enfrentan tragedias como esta.
Además del esfuerzo de los bomberos, también quiero destacar la colaboración de la Cruz Roja, que siempre están ahí para apoyar en momentos difíciles. Trabajaron en conjunto, demostrando que cuando hay voluntad, todo es posible, aunque en este caso, lamentablemente, no fue suficiente para evitar esta terrible pérdida. Desde la oficina del alcalde se han ofrecido facilidades para ayudar a la familia con los gastos funerarios y brindar apoyo emocional.
Es una nube oscura sobre Pocosol, diay. Una tragedia que nos recuerda la importancia de mantener precauciones y revisar la seguridad de nuestros hogares, especialmente si tenemos niños pequeños. Ahora bien, me pregunto, ¿qué medidas podemos implementar como comunidad para prevenir que este tipo de situaciones se repitan en el futuro? Compartan sus ideas en el foro, porque juntos podemos hacer la diferencia y crear un entorno más seguro para nuestros hijos.
