¡Ay, pata! Se armó un changüí tremendo en Parque Diversiones este jueves. No cualquier changüí, eh… hablamos de 250 ñañas llenas de sueños y energía, todas juntas celebrando el Día Internacional de la Niña. ¡Qué tuanis! Una iniciativa conjunta entre Parque Diversiones y la organización ‘Soy Niña’ puso a brillar a estas jovencitas en un día que prometía –y cumplió– emociones a granel.
La organización ‘Soy Niña’, que ya saben, hace un trabajo social importantísimo con chicas y adolescentes que viven en zonas donde la vida no siempre les da facilidades, organizó este encuentro buscando fortalecer sus habilidades emocionales. El brete es simple: ayudarles a valorarse a sí mismas, seguir estudiando y tomar decisiones bien pensadas para su futuro. Quieren que se cuiden solas, que sepan defenderse y que no se vayan al traste por malas compañías o decisiones apresuradas. Ese es el plan maestro.
Marcia Lobo, gerente general de Parque Diversiones, lo dijo clarito: “En Parque Diversiones creemos en el poder transformador de la infancia”. Añadió, y esto me gustó mucho, que actividades como 'Brillamos Juntas' les recuerdan que la alegría también sirve para aprender y crecer. Que no solo se trata de brincar en los juegos, sino de sacar fuerzas de flaqueza y encontrar inspiración en cada risa. ¡Verdad pura!
Desde temprano, el parque vibraba con un pasacalle lleno de música, colores y pura alegría. Imagínate, maes y ñañas bailando y cantando mientras marchaban por el lugar. Después vino una parte que me pareció súper interesante: espacios de emprendimiento donde las ñañas pudieron mostrar ideas creativas y proyectos personales. ¡Qué nivel! Algunas tenían pulseras hechas a mano, otras vendían galletas caseras, ¡de todo un poco! Demostrando que esas pequeñas tienen muchas ganas de hacer cosas chingonas y salir adelante.
También hubo paradas informativas con distintos temas, desde salud reproductiva hasta prevención contra el acoso escolar. Pero lo que realmente tocó el corazón de todos fue el testimonio de una de las beneficiarias de ‘Soy Niña’. Esa chica, con una valentía impresionante, contó cómo la organización le ayudó a recuperar la confianza en sí misma y a superar momentos difíciles. Ay, ay, ay... tocaría la fibra sensible de cualquiera.
Este tipo de iniciativas, mi gente, son vitales. En un país como el nuestro, donde todavía hay mucha desigualdad y donde las niñas enfrentan retos particulares, darle herramientas para construir un futuro digno es fundamental. No podemos seguir viendo como algunas dejan la escuela por embarazo adolescente o caen presa de situaciones de violencia. Tenemos que actuar, apoyar estas organizaciones y crear oportunidades para que todas las niñas puedan alcanzar su máximo potencial. Porque una niña educada, empoderada y segura es una inversión para todo el país.
El evento demostró que invertir en las nuevas generaciones es sembrar esperanza. Ver a esas 250 ñanas con una sonrisa en la cara, escucharlas hablar de sus sueños y aspiraciones, te llena de optimismo. Es un recordatorio de que, a pesar de los problemas que tenemos, todavía hay mucha bondad y talento en nuestra sociedad. Y eso, mis queridos lectores, vale oro. Esta vara, sin duda alguna, es una buena señal para el futuro de Costa Rica.
Ahora, quiero saber qué piensan ustedes: ¿creen que iniciativas como ésta deberían recibir más apoyo estatal y privado? ¿Qué otras medidas podríamos implementar para garantizar que todas las niñas en Costa Rica tengan igualdad de oportunidades? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! Vamos a prender la chispa del debate.
La organización ‘Soy Niña’, que ya saben, hace un trabajo social importantísimo con chicas y adolescentes que viven en zonas donde la vida no siempre les da facilidades, organizó este encuentro buscando fortalecer sus habilidades emocionales. El brete es simple: ayudarles a valorarse a sí mismas, seguir estudiando y tomar decisiones bien pensadas para su futuro. Quieren que se cuiden solas, que sepan defenderse y que no se vayan al traste por malas compañías o decisiones apresuradas. Ese es el plan maestro.
Marcia Lobo, gerente general de Parque Diversiones, lo dijo clarito: “En Parque Diversiones creemos en el poder transformador de la infancia”. Añadió, y esto me gustó mucho, que actividades como 'Brillamos Juntas' les recuerdan que la alegría también sirve para aprender y crecer. Que no solo se trata de brincar en los juegos, sino de sacar fuerzas de flaqueza y encontrar inspiración en cada risa. ¡Verdad pura!
Desde temprano, el parque vibraba con un pasacalle lleno de música, colores y pura alegría. Imagínate, maes y ñañas bailando y cantando mientras marchaban por el lugar. Después vino una parte que me pareció súper interesante: espacios de emprendimiento donde las ñañas pudieron mostrar ideas creativas y proyectos personales. ¡Qué nivel! Algunas tenían pulseras hechas a mano, otras vendían galletas caseras, ¡de todo un poco! Demostrando que esas pequeñas tienen muchas ganas de hacer cosas chingonas y salir adelante.
También hubo paradas informativas con distintos temas, desde salud reproductiva hasta prevención contra el acoso escolar. Pero lo que realmente tocó el corazón de todos fue el testimonio de una de las beneficiarias de ‘Soy Niña’. Esa chica, con una valentía impresionante, contó cómo la organización le ayudó a recuperar la confianza en sí misma y a superar momentos difíciles. Ay, ay, ay... tocaría la fibra sensible de cualquiera.
Este tipo de iniciativas, mi gente, son vitales. En un país como el nuestro, donde todavía hay mucha desigualdad y donde las niñas enfrentan retos particulares, darle herramientas para construir un futuro digno es fundamental. No podemos seguir viendo como algunas dejan la escuela por embarazo adolescente o caen presa de situaciones de violencia. Tenemos que actuar, apoyar estas organizaciones y crear oportunidades para que todas las niñas puedan alcanzar su máximo potencial. Porque una niña educada, empoderada y segura es una inversión para todo el país.
El evento demostró que invertir en las nuevas generaciones es sembrar esperanza. Ver a esas 250 ñanas con una sonrisa en la cara, escucharlas hablar de sus sueños y aspiraciones, te llena de optimismo. Es un recordatorio de que, a pesar de los problemas que tenemos, todavía hay mucha bondad y talento en nuestra sociedad. Y eso, mis queridos lectores, vale oro. Esta vara, sin duda alguna, es una buena señal para el futuro de Costa Rica.
Ahora, quiero saber qué piensan ustedes: ¿creen que iniciativas como ésta deberían recibir más apoyo estatal y privado? ¿Qué otras medidas podríamos implementar para garantizar que todas las niñas en Costa Rica tengan igualdad de oportunidades? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! Vamos a prender la chispa del debate.
