¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, la naturaleza nos da unos sustos de pelos. Entre la tarde y la noche del miércoles, el cielo se vino abajo sobre la Zona Norte y dejó un reguero de problemas. Según la Cruz Roja, tuvimos 57 emergencias reportadas, una verdadera torta, y la mayoría de ellas concentradas en el canton de San Carlos. Parece que el agua decidió hacer de las suyas y meterse donde no debía.
La verdad es que estos aguaceros fueron potentes, de esos que te dejan pensando si vas a poder salir de casa. Las fotos que mandó la Cruz Roja hablan por sí solas; casas medio sumergidas en lodo, escombros por todas partes, un panorama bien feo. Distritos como San Luis, Sucre, Pénjamo y Ronrón sufrieron especialmente, con inundaciones que hicieron temblar hasta los cimientos de algunas viviendas. Un brete para esas familias, díganle.
Y no solo eso, también tocó evacuar a 11 personas, incluyendo unos nenes que quedaron bastante asustaditos con todo el jaleo. Imagínense la preocupación de sus padres. Por suerte, se pudo habilitar un albergue temporal en Pénjamo de Florencia, donde les brindan atención y un lugar seguro para pasar la noche. Es bueno ver cómo la gente se une en momentos así, echándose una mano para salir adelante.
La Cruz Roja movilizó todos los recursos disponibles, desde vehículos especializados y ambulancias hasta una balsa de rescate. ¡Se fajaron, mae!, haciendo un esfuerzo enorme para ayudar a quienes lo necesitaban. No es fácil lidiar con estas situaciones, pero ellos siempre están ahí, dando lo mejor de sí. Son unos cracks, sin duda alguna.
Ahora, este empuje frío que está llegando promete seguir trayendo aguaceros, aunque parece que el Pacífico empezará a calmarse un poco. El Caribe, en cambio, estará activado, así que hay que estar muy atentos a las indicaciones de las autoridades y tomar precauciones. Siempre es mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?
Muchos se preguntan qué está pasando con este clima tan loco últimamente. Algunos dicen que es el cambio climático, otros que es solo un ciclo natural. Lo cierto es que cada vez vemos estos fenómenos más seguido, y eso nos obliga a pensar en cómo podemos protegernos y adaptarnos a estas nuevas condiciones. Hay que cuidarle al planeta, porque al final, él nos cuida a nosotros.
Además de los daños materiales, es importante recordar el impacto emocional que estos eventos tienen en las personas. Perder tus pertenencias, tener que abandonar tu hogar…todo eso deja huella. Necesitamos brindar apoyo psicológico a las familias afectadas, para que puedan recuperarse y reconstruir sus vidas. Una vara difícil, sin duda, pero no imposible de superar. Hay que darle con ganas, como decimos nosotros aquí.
En fin, esta situación nos recuerda la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad. Revisen sus planes de emergencia, aseguren sus casas si pueden, y estén pendientes de las alertas meteorológicas. Pero más allá de todo eso, me pregunto: ¿Qué medidas concretas deberían tomar nuestros gobernantes para mitigar los efectos de estos eventos climáticos extremos y proteger a las comunidades más vulnerables?
	
		
			
		
		
	
				
			La verdad es que estos aguaceros fueron potentes, de esos que te dejan pensando si vas a poder salir de casa. Las fotos que mandó la Cruz Roja hablan por sí solas; casas medio sumergidas en lodo, escombros por todas partes, un panorama bien feo. Distritos como San Luis, Sucre, Pénjamo y Ronrón sufrieron especialmente, con inundaciones que hicieron temblar hasta los cimientos de algunas viviendas. Un brete para esas familias, díganle.
Y no solo eso, también tocó evacuar a 11 personas, incluyendo unos nenes que quedaron bastante asustaditos con todo el jaleo. Imagínense la preocupación de sus padres. Por suerte, se pudo habilitar un albergue temporal en Pénjamo de Florencia, donde les brindan atención y un lugar seguro para pasar la noche. Es bueno ver cómo la gente se une en momentos así, echándose una mano para salir adelante.
La Cruz Roja movilizó todos los recursos disponibles, desde vehículos especializados y ambulancias hasta una balsa de rescate. ¡Se fajaron, mae!, haciendo un esfuerzo enorme para ayudar a quienes lo necesitaban. No es fácil lidiar con estas situaciones, pero ellos siempre están ahí, dando lo mejor de sí. Son unos cracks, sin duda alguna.
Ahora, este empuje frío que está llegando promete seguir trayendo aguaceros, aunque parece que el Pacífico empezará a calmarse un poco. El Caribe, en cambio, estará activado, así que hay que estar muy atentos a las indicaciones de las autoridades y tomar precauciones. Siempre es mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?
Muchos se preguntan qué está pasando con este clima tan loco últimamente. Algunos dicen que es el cambio climático, otros que es solo un ciclo natural. Lo cierto es que cada vez vemos estos fenómenos más seguido, y eso nos obliga a pensar en cómo podemos protegernos y adaptarnos a estas nuevas condiciones. Hay que cuidarle al planeta, porque al final, él nos cuida a nosotros.
Además de los daños materiales, es importante recordar el impacto emocional que estos eventos tienen en las personas. Perder tus pertenencias, tener que abandonar tu hogar…todo eso deja huella. Necesitamos brindar apoyo psicológico a las familias afectadas, para que puedan recuperarse y reconstruir sus vidas. Una vara difícil, sin duda, pero no imposible de superar. Hay que darle con ganas, como decimos nosotros aquí.
En fin, esta situación nos recuerda la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad. Revisen sus planes de emergencia, aseguren sus casas si pueden, y estén pendientes de las alertas meteorológicas. Pero más allá de todo eso, me pregunto: ¿Qué medidas concretas deberían tomar nuestros gobernantes para mitigar los efectos de estos eventos climáticos extremos y proteger a las comunidades más vulnerables?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		