¡Ay, Dios mío! La temporada de aguaceros nos está llevando al límite, ¿eh? Parece que el huracán Melissa decidió dejarle un regalito amargo a Guanacaste y la Zona Sur. La Cruz Roja sacó los números y pa’ qué les vamos a mentir, la cosa está fea. Un 91% de todas las emergencias por estos lares se concentran allá abajo, donde las familias están pasando canchitas.
Desde el sábado pasado, el cielo se le vino encima a muchísima gente. Entre el sábado a eso de las cuatro y media de la tarde y ahorita, ya van acumuladas 511 emergencias. De esas, la gran mayoría – 504, pa' ser exactos – son por inundaciones. Siete deslizamientos también hubo, pero afortunadamente, no hay reporte de heridos graves, aunque sí mucha preocupación porque el río sigue crecido en varios lugares. Parece que la lluvia no quiere parar.
Si nos ponemos a ver por provincia, Guanacaste lleva la delantera con 315 emergencias, ¡una barbaridad! Le siguen de cerca la Zona Sur con 152, demostrando que el problema es serio y extenso. Cartago tuvo unos pocos problemas, apenas tres, y Puntarenas 27, mientras que la Zona Norte se salvó con 14. Alajuela, Limón y San José, hasta ahora, respiran tranquilos, pero todos saben que la cosa puede cambiar en cualquier momento. ¡Un brete, la verdad!
La Cruz Roja ha estado trabajando día y noche para atender a la gente. Hasta ahora, han ayudado a unas 250 personas directamente. De esas, 116 tuvieron que salir corriendo de sus casas, buscando refugio en gimnasios, escuelas o con familiares. Imagínate el susto, dejando todo atrás así, de improviso. Además, casi 540 hogares ya están afectados por el agua, con muebles, electrodomésticos y pertenencias dañadas. ¡Qué sal!
Y hablando de daños materiales, los vecinos están que traman. Algunos dicen que nunca habían visto tanta agua en sus casas. Otros, más resignados, comentan que esto pasa cada año, pero que este año parece que la cosa está peor. Se habla de puentes colapsados, carreteras intransitables y cultivos perdidos. Los agricultores están sufriendo mucho, porque muchos de sus sembradíos se fueron al traste con toda esta agua. Una pena, la verdad, porque ellos son quienes nos dan el frijol, el arroz y otras cosas que necesitamos.
Las autoridades hacen un llamado a la población a mantenerse alerta, evitar zonas de riesgo y seguir las indicaciones de la Cruz Roja y los equipos de emergencia. También recuerdan que es importante limpiar desagües y canales para evitar que el agua se acumule. Pero bueno, ¿pa’ qué tanto consejo si la lluvia sigue cayendo a cántaros? Esperemos que pronto el clima mejore y podamos ver un rayito de sol. Ya estamos hartos de estar encerrados y viendo cómo el agua se mete en nuestras casas.
Se sabe que el gobierno está preparando ayuda económica para las familias afectadas, pero muchos se preguntan si será suficiente. Dicen que prometieron asistencia humanitaria, pero la experiencia nos ha enseñado que a veces las promesas no se cumplen. Algunos incluso bromean diciendo que el gobierno debería enviarles lodo para que tengan qué limpiar, ¡qué manera de echarse unas risas ante tanta adversidad! Pero bueno, esperemos que esta vez sí hagan bien las cosas y ayuden a nuestros hermanos guanacastecos y sureños.
Con todo esto que está pasando, me pregunto: ¿cree usted que las autoridades deberían invertir más en sistemas de drenaje y prevención de riesgos en las zonas costeras, o deberíamos aceptar que estos aguaceros fuertes son parte inevitable de nuestra vida en Costa Rica?
	
		
			
		
		
	
				
			Desde el sábado pasado, el cielo se le vino encima a muchísima gente. Entre el sábado a eso de las cuatro y media de la tarde y ahorita, ya van acumuladas 511 emergencias. De esas, la gran mayoría – 504, pa' ser exactos – son por inundaciones. Siete deslizamientos también hubo, pero afortunadamente, no hay reporte de heridos graves, aunque sí mucha preocupación porque el río sigue crecido en varios lugares. Parece que la lluvia no quiere parar.
Si nos ponemos a ver por provincia, Guanacaste lleva la delantera con 315 emergencias, ¡una barbaridad! Le siguen de cerca la Zona Sur con 152, demostrando que el problema es serio y extenso. Cartago tuvo unos pocos problemas, apenas tres, y Puntarenas 27, mientras que la Zona Norte se salvó con 14. Alajuela, Limón y San José, hasta ahora, respiran tranquilos, pero todos saben que la cosa puede cambiar en cualquier momento. ¡Un brete, la verdad!
La Cruz Roja ha estado trabajando día y noche para atender a la gente. Hasta ahora, han ayudado a unas 250 personas directamente. De esas, 116 tuvieron que salir corriendo de sus casas, buscando refugio en gimnasios, escuelas o con familiares. Imagínate el susto, dejando todo atrás así, de improviso. Además, casi 540 hogares ya están afectados por el agua, con muebles, electrodomésticos y pertenencias dañadas. ¡Qué sal!
Y hablando de daños materiales, los vecinos están que traman. Algunos dicen que nunca habían visto tanta agua en sus casas. Otros, más resignados, comentan que esto pasa cada año, pero que este año parece que la cosa está peor. Se habla de puentes colapsados, carreteras intransitables y cultivos perdidos. Los agricultores están sufriendo mucho, porque muchos de sus sembradíos se fueron al traste con toda esta agua. Una pena, la verdad, porque ellos son quienes nos dan el frijol, el arroz y otras cosas que necesitamos.
Las autoridades hacen un llamado a la población a mantenerse alerta, evitar zonas de riesgo y seguir las indicaciones de la Cruz Roja y los equipos de emergencia. También recuerdan que es importante limpiar desagües y canales para evitar que el agua se acumule. Pero bueno, ¿pa’ qué tanto consejo si la lluvia sigue cayendo a cántaros? Esperemos que pronto el clima mejore y podamos ver un rayito de sol. Ya estamos hartos de estar encerrados y viendo cómo el agua se mete en nuestras casas.
Se sabe que el gobierno está preparando ayuda económica para las familias afectadas, pero muchos se preguntan si será suficiente. Dicen que prometieron asistencia humanitaria, pero la experiencia nos ha enseñado que a veces las promesas no se cumplen. Algunos incluso bromean diciendo que el gobierno debería enviarles lodo para que tengan qué limpiar, ¡qué manera de echarse unas risas ante tanta adversidad! Pero bueno, esperemos que esta vez sí hagan bien las cosas y ayuden a nuestros hermanos guanacastecos y sureños.
Con todo esto que está pasando, me pregunto: ¿cree usted que las autoridades deberían invertir más en sistemas de drenaje y prevención de riesgos en las zonas costeras, o deberíamos aceptar que estos aguaceros fuertes son parte inevitable de nuestra vida en Costa Rica?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		