¡Ay, Dios mío! Pues sí, como anillo al dedo, resulta que Fernando Castillo Víquez sigue siendo el rey de la Sala Constitucional. Después de un debate que dejó a más de uno con la mosca detrás de la oreja, 24 diputados decidieron darle luz verde a su reelección por ocho años más, extendiendo su reinado hasta el 2033. ¡Qué carga!
Pa’ ponerlos al tanto, Castillo ya lleva un buen rato ahí, desde el 2009 precisamente. Fue reelecto en el 2017, y ahora otra vez nos volvio a sorprender con este jugadón. La cosa es que pa' evitar que no siguiera, necesitaban 38 votos en contra, pero solo lograron juntar 20. ¡Se les escapó la vara, pura vida!
Y mire usted, entre los que le dieron el visto bueno están diputados del PLN – algunos cambiaron de opinión, ¡qué sorpresa! –, del PUSC, Nueva República, y algunos independentes que parecieran estar más enamorados que unas ranas en noche lluviosa. En cambio, el Frente Amplio y el oficialismo, junto con unos pocos independentes, intentaron ponerle el freno, pero de nada sirvió.
Pero aquí viene lo jugoso: el señor Castillo ni siquiera se molestó en presentarse a la Asamblea a defender su puesto. Alegó una incapacidad médica producto de una cirugía reciente. ¡Imagínense la cara de los diputados tener que decidir el futuro de alguien que ni se dignó a aparecer! Como que se le fueron las ganas, diay.
Durante el debate, varias voces alzaron la crítica. Algunos diputados del Frente Amplio aseguraron que estaban “votando a ciegas”, recordando que esta no es la primera vez que el magistrado hace el vacío. Jonathan Acuña, con toda la razón, le preguntó: “¿Ustedes van a tratar con cariño a un magistrado que no da cuentas?”. ¡Y vaya que puso a pensar a muchos!
Hasta Daniela Rojas, del PUSC, salió con el cascabel de punta: “¿Cuál es el argumento para votar a favor de la reelección de un magistrado que no vino a la Asamblea Legislativa? Me parece una irresponsabilidad”. Y no la podemos culpar, el asunto apesta a chamusquina. Gilbert Jiménez, con su estilo directo, incluso lo comparó con “Doña Laura Fernández” tratando de hacerse presidenta sin debatir. ¡Uy, qué comparación!
Carolina Delgado, aunque se apartó del criterio de su bancada, admitió que conseguir los 38 votos necesarios era una tarea casi imposible. Pero insistió en que al menos se merecía escuchar sus razones. Por otro lado, Gloria Navas defendió a capa y espada la gestión del magistrado, tachándolo de “brillante, impresionante y fuera de serie”. ¡Como diciendo ‘déjenlo trabajar en paz’!
Bueno pues, aquí estamos, con Castillo confirmado por ocho años más. Ya saben, la política es como el juego de la gallina ciega... siempre hay sorpresas. ¿Creen que la Asamblea hizo bien al reelegir a Castillo sin escucharlo? ¿Deberían cambiar el proceso de elección de magistrados para exigirles mayor rendición de cuentas?
Pa’ ponerlos al tanto, Castillo ya lleva un buen rato ahí, desde el 2009 precisamente. Fue reelecto en el 2017, y ahora otra vez nos volvio a sorprender con este jugadón. La cosa es que pa' evitar que no siguiera, necesitaban 38 votos en contra, pero solo lograron juntar 20. ¡Se les escapó la vara, pura vida!
Y mire usted, entre los que le dieron el visto bueno están diputados del PLN – algunos cambiaron de opinión, ¡qué sorpresa! –, del PUSC, Nueva República, y algunos independentes que parecieran estar más enamorados que unas ranas en noche lluviosa. En cambio, el Frente Amplio y el oficialismo, junto con unos pocos independentes, intentaron ponerle el freno, pero de nada sirvió.
Pero aquí viene lo jugoso: el señor Castillo ni siquiera se molestó en presentarse a la Asamblea a defender su puesto. Alegó una incapacidad médica producto de una cirugía reciente. ¡Imagínense la cara de los diputados tener que decidir el futuro de alguien que ni se dignó a aparecer! Como que se le fueron las ganas, diay.
Durante el debate, varias voces alzaron la crítica. Algunos diputados del Frente Amplio aseguraron que estaban “votando a ciegas”, recordando que esta no es la primera vez que el magistrado hace el vacío. Jonathan Acuña, con toda la razón, le preguntó: “¿Ustedes van a tratar con cariño a un magistrado que no da cuentas?”. ¡Y vaya que puso a pensar a muchos!
Hasta Daniela Rojas, del PUSC, salió con el cascabel de punta: “¿Cuál es el argumento para votar a favor de la reelección de un magistrado que no vino a la Asamblea Legislativa? Me parece una irresponsabilidad”. Y no la podemos culpar, el asunto apesta a chamusquina. Gilbert Jiménez, con su estilo directo, incluso lo comparó con “Doña Laura Fernández” tratando de hacerse presidenta sin debatir. ¡Uy, qué comparación!
Carolina Delgado, aunque se apartó del criterio de su bancada, admitió que conseguir los 38 votos necesarios era una tarea casi imposible. Pero insistió en que al menos se merecía escuchar sus razones. Por otro lado, Gloria Navas defendió a capa y espada la gestión del magistrado, tachándolo de “brillante, impresionante y fuera de serie”. ¡Como diciendo ‘déjenlo trabajar en paz’!
Bueno pues, aquí estamos, con Castillo confirmado por ocho años más. Ya saben, la política es como el juego de la gallina ciega... siempre hay sorpresas. ¿Creen que la Asamblea hizo bien al reelegir a Castillo sin escucharlo? ¿Deberían cambiar el proceso de elección de magistrados para exigirles mayor rendición de cuentas?
