¡Imagínate la bronca! Después de tanto relajo y discusiones, la Corte Suprema de Justicia le dio el visto bueno al proyecto para cerrar la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS). Por unanimidad, los magistrados dijeron que el plan no le mete las manos al Poder Judicial, así que ya no necesitan de 38 votos en la Asamblea Legislativa para hacerlo realidad. ¡Un alivio para algunos!
La cosa viene de atrás, ¿eh? Llevamos años escuchando hablar de esto. Desde hace rato, la DIS ha sido objeto de controversia, acusada de meterse en cosas que no le incumben, de estar más preocupada por perseguir a gente crítica con el gobierno que por garantizar la seguridad nacional. Ese expediente 25.070, impulsado por el Frente Amplio y apoyado por algunas diputadas independientes, venía buscando desde hace tiempo darle un giro a cómo opera esta institución.
Según dicen, la DIS se había salido de sus carriles, usando sus herramientas para acosar a quienes alzaban la voz contra el gobierno. Eso encendió todas las alarmas y puso en marcha este intento de reestructuración, que ahora parece tener camino libre gracias a la Corte. Manuel Morales, siempre avispado, hasta encaró al ex director de la DIS preguntándole si estaban persiguiendo a los diputados, ¡tremenda escena en el plenario!
Pero ojo, no todo es tan sencillo. El plan implica moverle mucho peso a otras instituciones. Las investigaciones penales pasarán al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y al Ministerio Público, mientras que las tareas de prevención y administración irán parar al Ministerio de Seguridad Pública. Además, gran parte del presupuesto de la DIS –la mitad– se irá directo al Poder Judicial, para ayudarles a manejar esta nueva responsabilidad, mientras que la otra mitad se reparte entre las distintas fuerzas policiales.
Y hablando de plata, ahí es donde estaba el meollo del asunto. Antes, existía la preocupación de que al asumir estas nuevas funciones, el OIJ y el Ministerio Público se quedarían secos de fondos. Pero la Corte resolvió esas dudas, reconociendo que necesitarían un “soporte presupuestario adicional”. Ahora, el desafío será ver si realmente se les asignan esos recursos y si estos son suficientes para llevar a cabo las investigaciones de manera eficiente.
Ahora, toca esperar a ver cómo se implementa todo esto en la práctica. No es poca cosa cambiar toda una estructura de inteligencia, redistribuir personal y recursos, y adaptar los procesos de investigación. Se avecinan retos, seguro, pero también oportunidades para fortalecer nuestras instituciones y garantizar que la seguridad nacional se garantice de forma transparente y respetuosa de los derechos humanos. Ya hemos visto cómo la DIS se ha metido en problemas por cochinadas y manejos turbios, así que este podría ser el momento de empezar de cero.
Algunos dicen que este cierre es una victoria para la transparencia y el control democrático, otros argumentan que debilitará nuestra capacidad de respuesta ante amenazas internas y externas. La verdad es que la cosa es compleja y tiene pros y contras. Se busca modernizar el sistema, quitándole poder y privilegios a una institución que muchos consideran opaca e incontrolable. De paso, se espera que el OIJ y el Ministerio Público puedan trabajar con mayor independencia y eficiencia en la lucha contra el crimen organizado, ahora que tendrán más recursos y competencia.
Ahora la pregunta va para todos ustedes, pura vida: ¿Creen que el cierre de la DIS realmente traerá más seguridad y transparencia al país, o estamos perdiendo una herramienta importante en la lucha contra el crimen? ¡Den su opinión, vamos a armar un buen debate aquí en el Foro!
La cosa viene de atrás, ¿eh? Llevamos años escuchando hablar de esto. Desde hace rato, la DIS ha sido objeto de controversia, acusada de meterse en cosas que no le incumben, de estar más preocupada por perseguir a gente crítica con el gobierno que por garantizar la seguridad nacional. Ese expediente 25.070, impulsado por el Frente Amplio y apoyado por algunas diputadas independientes, venía buscando desde hace tiempo darle un giro a cómo opera esta institución.
Según dicen, la DIS se había salido de sus carriles, usando sus herramientas para acosar a quienes alzaban la voz contra el gobierno. Eso encendió todas las alarmas y puso en marcha este intento de reestructuración, que ahora parece tener camino libre gracias a la Corte. Manuel Morales, siempre avispado, hasta encaró al ex director de la DIS preguntándole si estaban persiguiendo a los diputados, ¡tremenda escena en el plenario!
Pero ojo, no todo es tan sencillo. El plan implica moverle mucho peso a otras instituciones. Las investigaciones penales pasarán al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y al Ministerio Público, mientras que las tareas de prevención y administración irán parar al Ministerio de Seguridad Pública. Además, gran parte del presupuesto de la DIS –la mitad– se irá directo al Poder Judicial, para ayudarles a manejar esta nueva responsabilidad, mientras que la otra mitad se reparte entre las distintas fuerzas policiales.
Y hablando de plata, ahí es donde estaba el meollo del asunto. Antes, existía la preocupación de que al asumir estas nuevas funciones, el OIJ y el Ministerio Público se quedarían secos de fondos. Pero la Corte resolvió esas dudas, reconociendo que necesitarían un “soporte presupuestario adicional”. Ahora, el desafío será ver si realmente se les asignan esos recursos y si estos son suficientes para llevar a cabo las investigaciones de manera eficiente.
Ahora, toca esperar a ver cómo se implementa todo esto en la práctica. No es poca cosa cambiar toda una estructura de inteligencia, redistribuir personal y recursos, y adaptar los procesos de investigación. Se avecinan retos, seguro, pero también oportunidades para fortalecer nuestras instituciones y garantizar que la seguridad nacional se garantice de forma transparente y respetuosa de los derechos humanos. Ya hemos visto cómo la DIS se ha metido en problemas por cochinadas y manejos turbios, así que este podría ser el momento de empezar de cero.
Algunos dicen que este cierre es una victoria para la transparencia y el control democrático, otros argumentan que debilitará nuestra capacidad de respuesta ante amenazas internas y externas. La verdad es que la cosa es compleja y tiene pros y contras. Se busca modernizar el sistema, quitándole poder y privilegios a una institución que muchos consideran opaca e incontrolable. De paso, se espera que el OIJ y el Ministerio Público puedan trabajar con mayor independencia y eficiencia en la lucha contra el crimen organizado, ahora que tendrán más recursos y competencia.
Ahora la pregunta va para todos ustedes, pura vida: ¿Creen que el cierre de la DIS realmente traerá más seguridad y transparencia al país, o estamos perdiendo una herramienta importante en la lucha contra el crimen? ¡Den su opinión, vamos a armar un buen debate aquí en el Foro!