¡Aguas, mae! Ya no hay excusas para dejar plantado a los abuelitos. La Asamblea Legislativa le dio luz verde a una reforma al Código Penal que va a hacer temblar a los descuidados. Atrás quedaron los tiempos donde uno podía echarle cuento al anciano diciendo que ‘no tenía tiempo’ o ‘estaba ocupado’. Ahora, el abandono de adultos mayores tendrá consecuencias que van desde la galera hasta la picadita en la cárcel.
Como bien saben, nuestra sociedad está envejeciendo rapidito, y eso significa que cada vez hay más personitas adultas mayores que dependen de nosotros. Lamentablemente, algunos, en lugar de cuidarlas y darles el amorcito que se merecen, las dejan solas, sin asistencia médica ni siquiera un plato caliente. Un verdadero despache, díganlo ustedes. Por eso, este cambio en la ley viene como anillo de plata para proteger a estos tesoros que nos dieron tanto.
Según los diputados que impulsaron la iniciativa, los números hablan por sí solos. En 2021 se reportaron alrededor de 800 casos de abandono y negligencia hacia personas mayores, y en 2022 esa cifra saltó a más de mil. ¡Qué torta! Eso demuestra que el problema es serio y necesita medidas contundentes. No podemos seguir viendo cómo nuestros propios familiares terminan en situaciones de vulnerabilidad extrema.
La reforma al artículo 142 bis del Código Penal ahora establece diferentes niveles de sanción dependiendo de la gravedad del acto. Si simplemente abandonas a un adulto mayor que está a tu cargo, te pueden meter entre 1 y 3 años de prisión. Pero, si ese abandono pone en peligro su vida, la pena sube a 3 a 6 años. Y la más dura: si el abandono termina causando la muerte del anciano, ¡prepárate para pasar de 6 a 12 años tras las rejas!
Muchos se preguntarán, ¿por qué tan drástico? Bueno, porque esto no es solamente un asunto legal, es un tema de conciencia y valores. Como dice el dicho, “la chincha de un macho es la chincha de otro”. Tenemos que empezar a valorar y respetar a nuestros mayores, reconocer toda la sabiduría que tienen para compartir y brindarles el cariño que ellos nos brindaron cuando éramos mocosos. De verdad, ¡qué carga es ver a alguien sufriendo por culpa de la irresponsabilidad de otros!
Además de las penas de cárcel, la ley también contempla otras sanciones, como multas elevadas y trabajos comunitarios. La idea es que los infractores comprendan la magnitud de sus actos y asuman la responsabilidad de sus acciones. También se fortalecerán los programas de atención y apoyo a personas mayores, así como las campañas de sensibilización para promover el respeto y cuidado hacia ellas. Se busca que esto no quede solo en la letra muerta de la ley, sino que tenga un impacto real en la sociedad.
Claro que esto no resuelve todos los problemas, todavía queda mucho brete por recorrer. Necesitamos mejorar el acceso a servicios de salud, vivienda digna y transporte para nuestros abuelos. También es fundamental fortalecer los mecanismos de denuncia y protección para evitar que sean víctimas de abuso y explotación. Digamos que esta ley es un primer paso importante, pero necesitamos un esfuerzo conjunto de todos para construir una sociedad más justa y solidaria con nuestras personas mayores.
En fin, esta ley llega en un momento oportuno, cuando la población costarricense está envejeciendo rápidamente. Nos obliga a reflexionar sobre nuestro papel como hijos, nietos y ciudadanos. ¿Estamos haciendo lo suficiente para cuidar de nuestros mayores? ¿Qué podemos hacer individualmente para contribuir a su bienestar y felicidad? ¡Dígame usted, pura vida! ¿Cree que estas penas son suficientes para disuadir el abandono o deberían ser aún más duras?
Como bien saben, nuestra sociedad está envejeciendo rapidito, y eso significa que cada vez hay más personitas adultas mayores que dependen de nosotros. Lamentablemente, algunos, en lugar de cuidarlas y darles el amorcito que se merecen, las dejan solas, sin asistencia médica ni siquiera un plato caliente. Un verdadero despache, díganlo ustedes. Por eso, este cambio en la ley viene como anillo de plata para proteger a estos tesoros que nos dieron tanto.
Según los diputados que impulsaron la iniciativa, los números hablan por sí solos. En 2021 se reportaron alrededor de 800 casos de abandono y negligencia hacia personas mayores, y en 2022 esa cifra saltó a más de mil. ¡Qué torta! Eso demuestra que el problema es serio y necesita medidas contundentes. No podemos seguir viendo cómo nuestros propios familiares terminan en situaciones de vulnerabilidad extrema.
La reforma al artículo 142 bis del Código Penal ahora establece diferentes niveles de sanción dependiendo de la gravedad del acto. Si simplemente abandonas a un adulto mayor que está a tu cargo, te pueden meter entre 1 y 3 años de prisión. Pero, si ese abandono pone en peligro su vida, la pena sube a 3 a 6 años. Y la más dura: si el abandono termina causando la muerte del anciano, ¡prepárate para pasar de 6 a 12 años tras las rejas!
Muchos se preguntarán, ¿por qué tan drástico? Bueno, porque esto no es solamente un asunto legal, es un tema de conciencia y valores. Como dice el dicho, “la chincha de un macho es la chincha de otro”. Tenemos que empezar a valorar y respetar a nuestros mayores, reconocer toda la sabiduría que tienen para compartir y brindarles el cariño que ellos nos brindaron cuando éramos mocosos. De verdad, ¡qué carga es ver a alguien sufriendo por culpa de la irresponsabilidad de otros!
Además de las penas de cárcel, la ley también contempla otras sanciones, como multas elevadas y trabajos comunitarios. La idea es que los infractores comprendan la magnitud de sus actos y asuman la responsabilidad de sus acciones. También se fortalecerán los programas de atención y apoyo a personas mayores, así como las campañas de sensibilización para promover el respeto y cuidado hacia ellas. Se busca que esto no quede solo en la letra muerta de la ley, sino que tenga un impacto real en la sociedad.
Claro que esto no resuelve todos los problemas, todavía queda mucho brete por recorrer. Necesitamos mejorar el acceso a servicios de salud, vivienda digna y transporte para nuestros abuelos. También es fundamental fortalecer los mecanismos de denuncia y protección para evitar que sean víctimas de abuso y explotación. Digamos que esta ley es un primer paso importante, pero necesitamos un esfuerzo conjunto de todos para construir una sociedad más justa y solidaria con nuestras personas mayores.
En fin, esta ley llega en un momento oportuno, cuando la población costarricense está envejeciendo rápidamente. Nos obliga a reflexionar sobre nuestro papel como hijos, nietos y ciudadanos. ¿Estamos haciendo lo suficiente para cuidar de nuestros mayores? ¿Qué podemos hacer individualmente para contribuir a su bienestar y felicidad? ¡Dígame usted, pura vida! ¿Cree que estas penas son suficientes para disuadir el abandono o deberían ser aún más duras?
