¡Por fin, maes! Para todos los que andaban más salados que el agua de Puntarenas porque tenían un viaje pegado a Colombia y no aparecía la bendita vacuna de la fiebre amarilla, respiren profundo. Se acabó el drama. Después de meses de un desabastecimiento que tenía a medio mundo con los planes en el aire, la Cámara Costarricense de la Salud confirmó que ya aterrizó en el país un lote de 18,000 dosis. La noticia, sin duda, es buenísima. ¡Qué tuanis que por fin se solucionó este despiche! Porque, seamos honestos, a más de uno se le fueron los planes al traste y tuvo que ver cómo su paseo soñado o su viaje de brete se quedaba en un simple “quizás el otro año”.
Ahora, como no todo en la vida es color de rosa, esta buena vara viene con un asterisco del tamaño del Estadio Nacional: el precio. Si pensaban que la solución iba a ser barata, mejor siéntense. CRHoy hizo la tarea y se dio a la tarea de llamar a varias farmacias, y la cosa está para pensarla. En Farmavalue, que parece ser la más “cómoda”, la broma sale en ₡69,100. De ahí para arriba: La Bomba en ₡69,990, Sucre en ₡70,500 y Fischel se lleva el gran premio con casi 72 rojos. ¡Setenta mil pesos por un pinchazo! A cachete la inversión para poder ir a tomarse un cafecito en Medellín. Es el clásico “me alegro, pero me duele el bolsillo” que tan bien conocemos en este país.
Según la nota, Massimo Manzi, el director de la Cámara, dice que ya se pusieron las pilas y están en conversaciones para traer más de este chunche en las próximas semanas. Eso da cierta tranquilidad, porque 18,000 dosis suenan a mucho, pero con la cantidad de gente que viaja y la que tenía la necesidad acumulada, eso se puede ir como agua. El mae asegura que están coordinando con el Ministerio de Salud y pulseándola con el laboratorio fabricante para que no nos vuelva a pasar la misma torta de quedarnos en cero. Esperemos que sea cierto y que esta sea la luz al final del túnel y no solo una curita temporal para un problema que se veía venir desde hace rato.
Y es que no hay que olvidar el contexto. Esta vacuna no es un lujo, es un requisito indispensable y obligatorio para cualquiera que quiera poner un pie en Colombia, ya sea por turismo, por brete o por estudios. Sin ese famoso cartoncito amarillo que certifica que te la pusiste (una sola vez en la vida, por dicha), simplemente no te dejan ni abordar el avión. Es una barrera de entrada sanitaria. Por eso el desabastecimiento era tan grave; no era un “ay, qué lástima, no puedo viajar”, era un “estoy completamente bloqueado para salir del país hacia ese destino”. Literalmente, un montón de gente estaba varada por una cuestión logística.
En fin, la conclusión es agridulce. Por un lado, ¡qué nivel que ya hay disponibilidad! Un aplauso porque se movieron y resolvieron un problema que afectaba a miles. Pero por otro lado, el costo es un golpe directo a la billetera que, en un viaje, suma y bastante. Setenta rojos es la comida de varios días, un par de tours o hasta una noche de hotel. Es un peaje carísimo para cumplir con un requisito de salud pública. Pero diay, supongo que es mejor tener la opción cara que no tener ninguna opción del todo.
Ahora la pregunta del millón para el foro: ¿alguno de ustedes se vio afectado por este desabasto? ¿Tuvieron que cancelar o posponer un viaje? ¿O más bien ya salieron corriendo a ponérsela y pagaron los setenta rojos? ¡Cuenten el chisme!
Ahora, como no todo en la vida es color de rosa, esta buena vara viene con un asterisco del tamaño del Estadio Nacional: el precio. Si pensaban que la solución iba a ser barata, mejor siéntense. CRHoy hizo la tarea y se dio a la tarea de llamar a varias farmacias, y la cosa está para pensarla. En Farmavalue, que parece ser la más “cómoda”, la broma sale en ₡69,100. De ahí para arriba: La Bomba en ₡69,990, Sucre en ₡70,500 y Fischel se lleva el gran premio con casi 72 rojos. ¡Setenta mil pesos por un pinchazo! A cachete la inversión para poder ir a tomarse un cafecito en Medellín. Es el clásico “me alegro, pero me duele el bolsillo” que tan bien conocemos en este país.
Según la nota, Massimo Manzi, el director de la Cámara, dice que ya se pusieron las pilas y están en conversaciones para traer más de este chunche en las próximas semanas. Eso da cierta tranquilidad, porque 18,000 dosis suenan a mucho, pero con la cantidad de gente que viaja y la que tenía la necesidad acumulada, eso se puede ir como agua. El mae asegura que están coordinando con el Ministerio de Salud y pulseándola con el laboratorio fabricante para que no nos vuelva a pasar la misma torta de quedarnos en cero. Esperemos que sea cierto y que esta sea la luz al final del túnel y no solo una curita temporal para un problema que se veía venir desde hace rato.
Y es que no hay que olvidar el contexto. Esta vacuna no es un lujo, es un requisito indispensable y obligatorio para cualquiera que quiera poner un pie en Colombia, ya sea por turismo, por brete o por estudios. Sin ese famoso cartoncito amarillo que certifica que te la pusiste (una sola vez en la vida, por dicha), simplemente no te dejan ni abordar el avión. Es una barrera de entrada sanitaria. Por eso el desabastecimiento era tan grave; no era un “ay, qué lástima, no puedo viajar”, era un “estoy completamente bloqueado para salir del país hacia ese destino”. Literalmente, un montón de gente estaba varada por una cuestión logística.
En fin, la conclusión es agridulce. Por un lado, ¡qué nivel que ya hay disponibilidad! Un aplauso porque se movieron y resolvieron un problema que afectaba a miles. Pero por otro lado, el costo es un golpe directo a la billetera que, en un viaje, suma y bastante. Setenta rojos es la comida de varios días, un par de tours o hasta una noche de hotel. Es un peaje carísimo para cumplir con un requisito de salud pública. Pero diay, supongo que es mejor tener la opción cara que no tener ninguna opción del todo.
Ahora la pregunta del millón para el foro: ¿alguno de ustedes se vio afectado por este desabasto? ¿Tuvieron que cancelar o posponer un viaje? ¿O más bien ya salieron corriendo a ponérsela y pagaron los setenta rojos? ¡Cuenten el chisme!