¡Ay, Dios mío! Se armó un alboroto tremendo hoy en la U. Resulta que tuvieron que sacar a to’a la banda de las diferentes sedes por una amenaza bomba, ¡una bronca de cuidado!
Todo empezó la mañana de este jueves cuando alguien envió un mensajito bien feo, amenazando con un ataque armado en alguna de las facultades. Según lo que pudimos averiguar, el mensaje llegó directamente a la U, así que no es que se trataba de un rumor inventado entre los estudiantes, sino algo bastante serio.
El texto, que parece sacado de una película, decía textualmente: “Pertenezco a un grupo de internet llamado 764 y les informo que estoy a punto de realizar un atauqe (sic) armado en una institución de la UCR. Ire (sic) armado con dos pistolas y cuchillos y matare (sic) a tanta gente como sea posible y luego me suicidare (sic). Esta sera (sic) mi venganza por todo el dolor que me causaron. Todos ustedes sufriran (sic) asi (sic) como yo sufri (sic)”. ¡Imagínate el susto que se llevaron algunos, mae! Un ataque así en plena hora pico… ¡qué despiche!
Como era de esperarse, la U no tardó en reaccionar. Avisaron al OIJ de inmediato, presentándole la denuncia correspondiente y, obviamente, ordenaron la evacuación inmediata de todas las sedes. Ya saben cómo es esto, la seguridad primero, aunque a muchos estudiantes les pegó duro tener que dejar sus clases a mitad de camino. Pilar Arroba, estudiante de Relaciones Públicas, nos contó que al principio pensaron que era un simulacro más, como los que hacen seguido, pero pronto se dieron cuenta de que la cosa era seria. "Ya llegando a la entradita (del edificio) nos dijeron que no era un simulacro, es una emergencia", nos relató, visiblemente afectada.
Juan Pablo Ballestero, quien estaba en la soda de Ingeniería Mecánica cuando ocurrió el aviso, también nos compartió su experiencia. Dice que mucha gente ya se había acostumbrado a las alarmas falsas y no le daba importancia, pero esta vez la cosa fue diferente. "Muchas veces las alarmas de esos edificios se encienden de la nada entonces la gente no se lo toma en serio", nos explicó. Él mismo tuvo que salir corriendo, dejando atrás su almuerzo y sus apuntes. ¡Qué lata!
La verdad es que esta situación pone en evidencia algunas cosas. Primero, la facilidad con la que estas amenazas pueden llegar a instituciones educativas. Segundo, la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad para evitar pánicos innecesarios, pero también para estar preparados en caso de que ocurra algo realmente grave. Las autoridades ya tienen el brete de investigar quién está detrás de esta amenaza y determinar si se trata de una broma pesada o de algo mucho más peligroso. El OIJ ha declarado que están investigando a fondo la procedencia del mensaje y rastreando a los involucrados en este presunto intento de intimidación.
Y hablando de eso, hay que preguntarse: ¿hasta dónde estamos dispuestos a tolerar estas amenazas que ponen en riesgo la integridad de nuestros estudiantes y profesores? ¿Es suficiente con presentar denuncias y esperar que el OIJ haga su trabajo, o necesitamos medidas más preventivas para garantizar la seguridad en nuestras universidades? Imaginen el impacto psicológico que esto puede dejar en la comunidad estudiantil, especialmente en aquellos que vivieron el momento de la evacuación.
En fin, vaya bronca la que vivimos hoy en la U. Esperemos que el OIJ agarre a estos vándalos prontito y que esto sirva para que todos tengamos más conciencia sobre la importancia de la seguridad y el respeto mutuo. Pero dime tú, ¿crees que las universidades deberían implementar sistemas de detección de metales y personal de seguridad permanente para prevenir situaciones similares?
Todo empezó la mañana de este jueves cuando alguien envió un mensajito bien feo, amenazando con un ataque armado en alguna de las facultades. Según lo que pudimos averiguar, el mensaje llegó directamente a la U, así que no es que se trataba de un rumor inventado entre los estudiantes, sino algo bastante serio.
El texto, que parece sacado de una película, decía textualmente: “Pertenezco a un grupo de internet llamado 764 y les informo que estoy a punto de realizar un atauqe (sic) armado en una institución de la UCR. Ire (sic) armado con dos pistolas y cuchillos y matare (sic) a tanta gente como sea posible y luego me suicidare (sic). Esta sera (sic) mi venganza por todo el dolor que me causaron. Todos ustedes sufriran (sic) asi (sic) como yo sufri (sic)”. ¡Imagínate el susto que se llevaron algunos, mae! Un ataque así en plena hora pico… ¡qué despiche!
Como era de esperarse, la U no tardó en reaccionar. Avisaron al OIJ de inmediato, presentándole la denuncia correspondiente y, obviamente, ordenaron la evacuación inmediata de todas las sedes. Ya saben cómo es esto, la seguridad primero, aunque a muchos estudiantes les pegó duro tener que dejar sus clases a mitad de camino. Pilar Arroba, estudiante de Relaciones Públicas, nos contó que al principio pensaron que era un simulacro más, como los que hacen seguido, pero pronto se dieron cuenta de que la cosa era seria. "Ya llegando a la entradita (del edificio) nos dijeron que no era un simulacro, es una emergencia", nos relató, visiblemente afectada.
Juan Pablo Ballestero, quien estaba en la soda de Ingeniería Mecánica cuando ocurrió el aviso, también nos compartió su experiencia. Dice que mucha gente ya se había acostumbrado a las alarmas falsas y no le daba importancia, pero esta vez la cosa fue diferente. "Muchas veces las alarmas de esos edificios se encienden de la nada entonces la gente no se lo toma en serio", nos explicó. Él mismo tuvo que salir corriendo, dejando atrás su almuerzo y sus apuntes. ¡Qué lata!
La verdad es que esta situación pone en evidencia algunas cosas. Primero, la facilidad con la que estas amenazas pueden llegar a instituciones educativas. Segundo, la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad para evitar pánicos innecesarios, pero también para estar preparados en caso de que ocurra algo realmente grave. Las autoridades ya tienen el brete de investigar quién está detrás de esta amenaza y determinar si se trata de una broma pesada o de algo mucho más peligroso. El OIJ ha declarado que están investigando a fondo la procedencia del mensaje y rastreando a los involucrados en este presunto intento de intimidación.
Y hablando de eso, hay que preguntarse: ¿hasta dónde estamos dispuestos a tolerar estas amenazas que ponen en riesgo la integridad de nuestros estudiantes y profesores? ¿Es suficiente con presentar denuncias y esperar que el OIJ haga su trabajo, o necesitamos medidas más preventivas para garantizar la seguridad en nuestras universidades? Imaginen el impacto psicológico que esto puede dejar en la comunidad estudiantil, especialmente en aquellos que vivieron el momento de la evacuación.
En fin, vaya bronca la que vivimos hoy en la U. Esperemos que el OIJ agarre a estos vándalos prontito y que esto sirva para que todos tengamos más conciencia sobre la importancia de la seguridad y el respeto mutuo. Pero dime tú, ¿crees que las universidades deberían implementar sistemas de detección de metales y personal de seguridad permanente para prevenir situaciones similares?