Bueno, pues llegó el momento de hablar claro, mi gente. La inflación sigue subiendo y esta vez nos pegó con ganas. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en noviembre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) dio un brinco de 0,47%, ¡la variación más grande que hemos visto este año! Parece que diciembre llegó con ganas de apretarnos el bolsillo.
Esto no es novedad precisamente. Ya habíamos visto un pequeño repunte en octubre, pero esto pinta diferente. Vamos camino a cerrar el año con un sabor amargo si esta tendencia no cambia. Imaginen, señores: estamos pagando más por casi todo. No es solo la gasolina ni el arroz, ahora hasta el tomate, que andaba bajito, decidió subir la voz. Ya me tienen pensando si voy a poder comprarle aguacate a mis nietos este Navidad…”, comentó Doña Rosa, vecina de San José, quien ha sentido directamente el impacto en sus compras semanales.
El reporte del INEC detalla que casi la mitad de los productos y servicios que miden – unos 289 en total – subieron de precio durante el mes pasado. Eso sí, hubo algunos que dieron un respiro, como la gasolina y los carros nuevos, pero eso no alcanza para compensar todas esas otras cosas que necesitamos día tras día. Y atención, porque el porcentaje de artículos que subieron de precio es significativamente más alto que el de octubre; ¡una diferencia de 11 puntos porcentuales! Claramente, hay algo raro pasando ahí, ¿no les parece?
Lo que más preocupa es cómo la telefonía móvil y los boletos aéreos están contribuyendo a este panorama. Parece que llamar a la abuela ya salió más caro y viajar a Guanacaste para las vacaciones... ¡mejor ni pensarlo!, bromeó Don Mario, un jubilado que vive en Cartago. Pero ojo, que no todo es malo. Aunque la inflación mensual subió, todavía estamos por debajo de los precios de hace un año, gracias a Dios. La variación interanual sigue siendo negativa, -0,38%, lo cual significa que, en general, estamos pagando menos que el año pasado. Pero, con estas subidas mensuales, no sé cuánto tiempo vamos a poder decir eso.
Y hablando de dinero, hay que analizar también la inflación acumulada desde enero hasta noviembre. Esa también bajó un poquito, llegando a -1,31%. Pero, como decía, la tendencia actual no es alentadora. Si esto sigue así, podríamos estar viendo un cierre de año complicado en términos económicos. Muchos pequeños negocios ya están sintiendo la presión y temen que los clientes reduzcan sus gastos. “Si la gente deja de comprar, nosotros tampoco podemos vender”, lamenta Laura Vargas, dueña de una pequeña tienda de ropa en Heredia.
Expertos consultados aseguran que varios factores pueden estar influyendo en esta situación. Por un lado, la coyuntura internacional, con problemas en las cadenas de suministro y el aumento de los precios de commodities. Por otro lado, la política monetaria del Banco Central, que busca controlar la inflación pero a veces puede afectar el crecimiento económico. Además, no podemos ignorar el impacto de la sequía que estamos viviendo, la cual está afectando la producción agrícola y elevando los precios de los alimentos. En fin, una combinación de factores que nos meten en este brete.
Este fenómeno, por cierto, no es exclusivo de Costa Rica. Muchos países de la región y del mundo están lidiando con problemas similares. Sin embargo, eso no significa que debamos conformarnos. Necesitamos medidas urgentes y efectivas para proteger el bolsillo de los costarricenses, especialmente de aquellos que viven en condiciones de vulnerabilidad. Propuestas como revisar los impuestos indirectos, impulsar la producción nacional y fortalecer la asistencia social han sido planteadas por diferentes sectores. Lo importante es actuar rápido y con decisión, antes de que la situación se complique aún más.
Ahora bien, con todo este panorama que hemos presentado, me pregunto: ¿Ustedes creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para combatir la inflación y proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos? ¿Qué medidas concretas deberían tomarse para aliviar la carga económica sobre las familias costarricenses? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! A ver qué dicen mis compas del Foro.
Esto no es novedad precisamente. Ya habíamos visto un pequeño repunte en octubre, pero esto pinta diferente. Vamos camino a cerrar el año con un sabor amargo si esta tendencia no cambia. Imaginen, señores: estamos pagando más por casi todo. No es solo la gasolina ni el arroz, ahora hasta el tomate, que andaba bajito, decidió subir la voz. Ya me tienen pensando si voy a poder comprarle aguacate a mis nietos este Navidad…”, comentó Doña Rosa, vecina de San José, quien ha sentido directamente el impacto en sus compras semanales.
El reporte del INEC detalla que casi la mitad de los productos y servicios que miden – unos 289 en total – subieron de precio durante el mes pasado. Eso sí, hubo algunos que dieron un respiro, como la gasolina y los carros nuevos, pero eso no alcanza para compensar todas esas otras cosas que necesitamos día tras día. Y atención, porque el porcentaje de artículos que subieron de precio es significativamente más alto que el de octubre; ¡una diferencia de 11 puntos porcentuales! Claramente, hay algo raro pasando ahí, ¿no les parece?
Lo que más preocupa es cómo la telefonía móvil y los boletos aéreos están contribuyendo a este panorama. Parece que llamar a la abuela ya salió más caro y viajar a Guanacaste para las vacaciones... ¡mejor ni pensarlo!, bromeó Don Mario, un jubilado que vive en Cartago. Pero ojo, que no todo es malo. Aunque la inflación mensual subió, todavía estamos por debajo de los precios de hace un año, gracias a Dios. La variación interanual sigue siendo negativa, -0,38%, lo cual significa que, en general, estamos pagando menos que el año pasado. Pero, con estas subidas mensuales, no sé cuánto tiempo vamos a poder decir eso.
Y hablando de dinero, hay que analizar también la inflación acumulada desde enero hasta noviembre. Esa también bajó un poquito, llegando a -1,31%. Pero, como decía, la tendencia actual no es alentadora. Si esto sigue así, podríamos estar viendo un cierre de año complicado en términos económicos. Muchos pequeños negocios ya están sintiendo la presión y temen que los clientes reduzcan sus gastos. “Si la gente deja de comprar, nosotros tampoco podemos vender”, lamenta Laura Vargas, dueña de una pequeña tienda de ropa en Heredia.
Expertos consultados aseguran que varios factores pueden estar influyendo en esta situación. Por un lado, la coyuntura internacional, con problemas en las cadenas de suministro y el aumento de los precios de commodities. Por otro lado, la política monetaria del Banco Central, que busca controlar la inflación pero a veces puede afectar el crecimiento económico. Además, no podemos ignorar el impacto de la sequía que estamos viviendo, la cual está afectando la producción agrícola y elevando los precios de los alimentos. En fin, una combinación de factores que nos meten en este brete.
Este fenómeno, por cierto, no es exclusivo de Costa Rica. Muchos países de la región y del mundo están lidiando con problemas similares. Sin embargo, eso no significa que debamos conformarnos. Necesitamos medidas urgentes y efectivas para proteger el bolsillo de los costarricenses, especialmente de aquellos que viven en condiciones de vulnerabilidad. Propuestas como revisar los impuestos indirectos, impulsar la producción nacional y fortalecer la asistencia social han sido planteadas por diferentes sectores. Lo importante es actuar rápido y con decisión, antes de que la situación se complique aún más.
Ahora bien, con todo este panorama que hemos presentado, me pregunto: ¿Ustedes creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para combatir la inflación y proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos? ¿Qué medidas concretas deberían tomarse para aliviar la carga económica sobre las familias costarricenses? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! A ver qué dicen mis compas del Foro.
