Bueno, pues ahí les va la vaina, señores y señoras del Foro. Resulta que doña Laura Fernández, la candidata del Pueblo Soberano, sigue desaparecida de los debates como quien busca aguja en un pajar. Ya empezó el rollo de los cuestionamientos, claro, y la bronca está servida. Uno piensa, ¿cómo así que la que anda liderando las encuestas no quiere exponer sus ideas?
Y aquí entra la diputada Pilar Cisneros, defendiendo a capa y espada a la candidata. Dice ella que la estrategia es ir a los debates que tienen “mayor exposición pública”. ¿En serio, Pilar? ¿Acaso cree que somos panaderos? Porque algunos de esos debates que dice que no valen la pena, precisamente eran oportunidades doradas para mostrarle a la gente qué piensa doña Laura sobre temas cruciales para el país. Me da que alguien se jaló una torta con esa excusa.
Ahora bien, vamos a analizar esto con frialdad, aunque me cueste. Fernández anda recorriendo el país, eso es cierto, visitando comunidades, estrechando manos, haciendo campaña a lo grande. Pero, ¿necesariamente eso excluye la posibilidad de participar en un debate? ¡Pues no, mae! Hay que saber priorizar. Especialmente cuando estás buscando el voto de la gente. Parece que prefirieron apostar por eventos más controlados, donde puedan manejar mejor el mensaje... y evitar posibles metidas de pata, digamos.
Otros candidatos, Álvaro Ramos del PLN, Ariel Robles del Frente Amplio y Claudia Dobles del PAC, sí se pusieron las pilas y estuvieron presentes en casi todos los foros. Aprovecharon la ausencia de Fernández para remarcar la importancia de los debates como espacio para el intercambio de ideas y la rendición de cuentas. Dijeron textualmente que 'aunque la campaña es dura, hay que sacar tiempo para todo'. ¡Y tienen razón, eh!
La UCCAEP, Azofras, el Consejo para la Competitividad, la UNA y hasta Jupema quedaron esperando a doña Laura. Imagínate la cara de los organizadores... ¡qué brete! Estos espacios son importantes para conectar con diferentes sectores de la sociedad y presentar propuestas concretas. Al negarse a participar, Fernández pierde la oportunidad de ganarse el respeto y la confianza de muchos votantes potenciales. Y encima, alimenta rumores de que tiene algo que esconder.
Esto también plantea un debate más amplio sobre la necesidad de reformar las reglas de juego políticas en Costa Rica. ¿Deberíamos obligar a los candidatos a participar en debates? ¿O debería ser voluntario, como parece ser actualmente? Definitivamente, es hora de pensar en mecanismos que promuevan una mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de nuestros líderes. Porque, díganme, ¿qué sentido tiene tener elecciones si los candidatos se niegan a debatir abiertamente sobre los temas que importan a la gente?
Muchos analistas políticos coinciden en que la ausencia de Fernández en los debates podría terminar afectando su candidatura a largo plazo. Aunque lidere las encuestas ahora, la falta de visibilidad en estos espacios podría restarle credibilidad y capital político. Además, le permite a sus competidores pintar el panorama como si fuera una candidata reacia al diálogo y a la confrontación de ideas. Una lástima, porque la vareta está jugosa para demostrar de lo que vale.
Así que aquí estamos, con este panorama incierto. Doña Laura sigue ausente, sus seguidores justificándola con excusas creativas, y el resto de los candidatos aprovechando la coyuntura para sumar puntos. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿cree usted que la estrategia de Fernández de evitar los debates le está jugando a favor o en contra? ¡Déjeme su opinión en los comentarios, quiero saber qué piensa el Foro al respecto!
Y aquí entra la diputada Pilar Cisneros, defendiendo a capa y espada a la candidata. Dice ella que la estrategia es ir a los debates que tienen “mayor exposición pública”. ¿En serio, Pilar? ¿Acaso cree que somos panaderos? Porque algunos de esos debates que dice que no valen la pena, precisamente eran oportunidades doradas para mostrarle a la gente qué piensa doña Laura sobre temas cruciales para el país. Me da que alguien se jaló una torta con esa excusa.
Ahora bien, vamos a analizar esto con frialdad, aunque me cueste. Fernández anda recorriendo el país, eso es cierto, visitando comunidades, estrechando manos, haciendo campaña a lo grande. Pero, ¿necesariamente eso excluye la posibilidad de participar en un debate? ¡Pues no, mae! Hay que saber priorizar. Especialmente cuando estás buscando el voto de la gente. Parece que prefirieron apostar por eventos más controlados, donde puedan manejar mejor el mensaje... y evitar posibles metidas de pata, digamos.
Otros candidatos, Álvaro Ramos del PLN, Ariel Robles del Frente Amplio y Claudia Dobles del PAC, sí se pusieron las pilas y estuvieron presentes en casi todos los foros. Aprovecharon la ausencia de Fernández para remarcar la importancia de los debates como espacio para el intercambio de ideas y la rendición de cuentas. Dijeron textualmente que 'aunque la campaña es dura, hay que sacar tiempo para todo'. ¡Y tienen razón, eh!
La UCCAEP, Azofras, el Consejo para la Competitividad, la UNA y hasta Jupema quedaron esperando a doña Laura. Imagínate la cara de los organizadores... ¡qué brete! Estos espacios son importantes para conectar con diferentes sectores de la sociedad y presentar propuestas concretas. Al negarse a participar, Fernández pierde la oportunidad de ganarse el respeto y la confianza de muchos votantes potenciales. Y encima, alimenta rumores de que tiene algo que esconder.
Esto también plantea un debate más amplio sobre la necesidad de reformar las reglas de juego políticas en Costa Rica. ¿Deberíamos obligar a los candidatos a participar en debates? ¿O debería ser voluntario, como parece ser actualmente? Definitivamente, es hora de pensar en mecanismos que promuevan una mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de nuestros líderes. Porque, díganme, ¿qué sentido tiene tener elecciones si los candidatos se niegan a debatir abiertamente sobre los temas que importan a la gente?
Muchos analistas políticos coinciden en que la ausencia de Fernández en los debates podría terminar afectando su candidatura a largo plazo. Aunque lidere las encuestas ahora, la falta de visibilidad en estos espacios podría restarle credibilidad y capital político. Además, le permite a sus competidores pintar el panorama como si fuera una candidata reacia al diálogo y a la confrontación de ideas. Una lástima, porque la vareta está jugosa para demostrar de lo que vale.
Así que aquí estamos, con este panorama incierto. Doña Laura sigue ausente, sus seguidores justificándola con excusas creativas, y el resto de los candidatos aprovechando la coyuntura para sumar puntos. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿cree usted que la estrategia de Fernández de evitar los debates le está jugando a favor o en contra? ¡Déjeme su opinión en los comentarios, quiero saber qué piensa el Foro al respecto!