¡Duro, duro! Resulta que la Asociación Costarricense de Geotecnia (ACG), que forma parte del Colegio de Ingenieros Civiles, nos cayó una bomba tremenda: el tramo central de la tan esperada carretera a San Carlos está lleno de riesgos geotécnicos. Sí, sí, esa carreta que llevamos años esperando, parece que tendrá más complicaciones de las que pensábamos.
Según el comunicado que lanzaron por redes sociales, la situación es más compleja de lo que pinta. No es cuento, señores; la zona donde se va a construir esa parte de la carretera es un verdadero brete geológico. Pendientes empinadas, suelos volcánicos meteóricos... ¡un fiestón de problemas!
Y ni hablar de la estabilidad de los taludes, que necesitan estar bien controlados para evitar deslizamientos. Además, tienen que cruzar ríos y quebradas, y eso implica puentes enormes, apoyados en zonas de fallamiento que parecen sacadas de una película de catástrofes. ¡Imagínate qué cuidado hay que tener!
Los ingenieros de la ACG le piden a las autoridades que revisen bien la propuesta que ganó la licitación, porque si no le dan bola a estos desafíos, la cosa puede acabar muy fea. Sobrecostos, demoras, trabajos de mala calidad… ¡todo puede pasar si no le ponen atención!
“La experiencia nos ha enseñado que meter la pata en estas cosas al principio te sale caro”, dicen desde la ACG. “Si no se evalúan bien los riesgos geotécnicos desde el principio, luego te encuentras con sorpresas desagradables y tienes que ponerle más lana al bolsillo”. Vamos, que si no se hace bien, nos vamos a llevar una macana colectiva.
¿Y dónde quedó el anuncio del Gobierno de que empezarían las obras en septiembre? Pues, parece que todavía hay bronca con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el que está financiando el proyecto. El Presidente Chaves, con su estilo particular, dijo que hay una “disputa” y que están “resolviéndola”. ¡Qué manera de andar dando vueltas!
La empresa China Harbour Engineering Company (CHEC), la misma que anda ampliando la Ruta 32, fue la encargada de ganar la licitación, que costó unos ¢94 mil millones. Han sido ellos los únicos que presentaron una oferta, así que no hubo mucha competencia. Ahora queda ver si podrán cumplir con el trabajo, considerando todos estos obstáculos que les esperan. Veremos si este proyecto no se convierte en otro fiasco más en la historia de la construcción en Costa Rica.
Entonces, ¿será que finalmente podremos conducir tranquilos por la nueva carretera a San Carlos o esto terminará siendo otra vara que nos dejará patinando? ¿Creen que el Gobierno logrará resolver su problema con el BID y avanzar con el proyecto o tendremos que seguir esperando indefinidamente?
Según el comunicado que lanzaron por redes sociales, la situación es más compleja de lo que pinta. No es cuento, señores; la zona donde se va a construir esa parte de la carretera es un verdadero brete geológico. Pendientes empinadas, suelos volcánicos meteóricos... ¡un fiestón de problemas!
Y ni hablar de la estabilidad de los taludes, que necesitan estar bien controlados para evitar deslizamientos. Además, tienen que cruzar ríos y quebradas, y eso implica puentes enormes, apoyados en zonas de fallamiento que parecen sacadas de una película de catástrofes. ¡Imagínate qué cuidado hay que tener!
Los ingenieros de la ACG le piden a las autoridades que revisen bien la propuesta que ganó la licitación, porque si no le dan bola a estos desafíos, la cosa puede acabar muy fea. Sobrecostos, demoras, trabajos de mala calidad… ¡todo puede pasar si no le ponen atención!
“La experiencia nos ha enseñado que meter la pata en estas cosas al principio te sale caro”, dicen desde la ACG. “Si no se evalúan bien los riesgos geotécnicos desde el principio, luego te encuentras con sorpresas desagradables y tienes que ponerle más lana al bolsillo”. Vamos, que si no se hace bien, nos vamos a llevar una macana colectiva.
¿Y dónde quedó el anuncio del Gobierno de que empezarían las obras en septiembre? Pues, parece que todavía hay bronca con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el que está financiando el proyecto. El Presidente Chaves, con su estilo particular, dijo que hay una “disputa” y que están “resolviéndola”. ¡Qué manera de andar dando vueltas!
La empresa China Harbour Engineering Company (CHEC), la misma que anda ampliando la Ruta 32, fue la encargada de ganar la licitación, que costó unos ¢94 mil millones. Han sido ellos los únicos que presentaron una oferta, así que no hubo mucha competencia. Ahora queda ver si podrán cumplir con el trabajo, considerando todos estos obstáculos que les esperan. Veremos si este proyecto no se convierte en otro fiasco más en la historia de la construcción en Costa Rica.
Entonces, ¿será que finalmente podremos conducir tranquilos por la nueva carretera a San Carlos o esto terminará siendo otra vara que nos dejará patinando? ¿Creen que el Gobierno logrará resolver su problema con el BID y avanzar con el proyecto o tendremos que seguir esperando indefinidamente?