¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con este tema que prende las alarmas en todos lados. Resulta que nuestro presidente Chaves le echó ganas a visitar a Bukele en El Salvador, y eso ha encendido las redes sociales como churro frito. El PLN, claro, ya salió con toda la artillería pesada, diciendo que esto es señal de 'autoritarismo' y que nos estamos metiendo en terrenos pantanosos, ¿qué les digo?
Para ponerle contexto a la cosa, la visita se da en medio de muchas críticas internacionales hacia Bukele por sus políticas, que algunos consideran que atentan contra la democracia y los derechos humanos. Ya saben, la onda de controlar todo, meter presión a jueces, lo típico que te hace levantar una ceja, diay. Entonces, cuando ves que nuestro presidente se acerca mucho a alguien así, es normal que surjan algunas preguntas, especialmente si tenemos la reputación de ser un país modelo en temas de paz y estabilidad.
Miguel Guillén, el secretario general del PLN, no se anduvo con rodeos: dijo textualmente que “cuando un gobernante se abraza al autoritarismo, lo que realmente abraza es el miedo a la libertad.” ¡Uy, qué potente! Él argumenta que esto no es simple cortesía diplomática, sino una señal política de apoyo a prácticas cuestionables. Según él, Chaves estaría fascinado por el estilo de gobernar sin límites ni contrapesos, buscando eficiencia a costa de los derechos básicos. ¡Imagínate!, como si fuera fácil eso.
Por supuesto, desde Casa Amarilla respondieron con calma, insistiendo en que la visita es parte de una estrategia de cooperación regional y que el Presidente busca fortalecer relaciones comerciales y promover inversiones. Dicen que no hay nada raro, que simplemente quieren trabajar juntos en temas de seguridad ciudadana y desarrollo económico. Pero bueno, conociendo cómo funcionan las cosas por acá, uno nunca sabe qué tanto hay detrás de esas declaraciones bonitas, ¿verdad?
Lo que sí es cierto es que Costa Rica siempre se ha distinguido por su compromiso con la democracia y el respeto a las instituciones. Hemos sido referentes en la región, un ejemplo a seguir. Que ahora veamos a nuestro gobierno acercándose a figuras que generan controversia, definitivamente plantea interrogantes sobre nuestros valores y nuestra posición en el mundo. No es que tengamos que aislar a nadie, pero sí hay que tener cuidado con quién nos juntamos y qué mensajes enviamos.
Y ahí entra el rol del Congreso, porque sinceramente, parece que están durmiendo la siesta mientras todo esto pasa. Deberían estar debatiendo activamente estas relaciones internacionales, haciendo preguntas incómodas y exigiendo transparencia. Pero bueno, ya sabemos cómo va la cosa allá arriba… suele haber más intereses personales que preocupaciones nacionales, ay, qué pena decirlo.
Pero ojo, no todo está perdido. El PLN también quiere recordarnos que la tradición democrática costarricense es fuerte, que podemos distinguir bien la firmeza democrática de la violencia disfrazada de orden. Afirman que los votantes “vencerán al chavismo con votos, con decencia y con la fuerza tranquila de la democracia”. Un poco de optimismo no viene mal, aunque a veces uno se desespera viendo cómo van las cosas.
En fin, la visita ya pasó, y ahora toca ver qué consecuencias trae consigo. Esta jugada de acercamientos políticos siempre genera debate y divisiones, y creo que es importante que sigamos analizando la situación con cautela y responsabilidad. ¿Ustedes creen que esta cercanía con Bukele representa una amenaza real para la democracia costarricense o es simplemente una exageración mediática y política? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el pueblo!
Para ponerle contexto a la cosa, la visita se da en medio de muchas críticas internacionales hacia Bukele por sus políticas, que algunos consideran que atentan contra la democracia y los derechos humanos. Ya saben, la onda de controlar todo, meter presión a jueces, lo típico que te hace levantar una ceja, diay. Entonces, cuando ves que nuestro presidente se acerca mucho a alguien así, es normal que surjan algunas preguntas, especialmente si tenemos la reputación de ser un país modelo en temas de paz y estabilidad.
Miguel Guillén, el secretario general del PLN, no se anduvo con rodeos: dijo textualmente que “cuando un gobernante se abraza al autoritarismo, lo que realmente abraza es el miedo a la libertad.” ¡Uy, qué potente! Él argumenta que esto no es simple cortesía diplomática, sino una señal política de apoyo a prácticas cuestionables. Según él, Chaves estaría fascinado por el estilo de gobernar sin límites ni contrapesos, buscando eficiencia a costa de los derechos básicos. ¡Imagínate!, como si fuera fácil eso.
Por supuesto, desde Casa Amarilla respondieron con calma, insistiendo en que la visita es parte de una estrategia de cooperación regional y que el Presidente busca fortalecer relaciones comerciales y promover inversiones. Dicen que no hay nada raro, que simplemente quieren trabajar juntos en temas de seguridad ciudadana y desarrollo económico. Pero bueno, conociendo cómo funcionan las cosas por acá, uno nunca sabe qué tanto hay detrás de esas declaraciones bonitas, ¿verdad?
Lo que sí es cierto es que Costa Rica siempre se ha distinguido por su compromiso con la democracia y el respeto a las instituciones. Hemos sido referentes en la región, un ejemplo a seguir. Que ahora veamos a nuestro gobierno acercándose a figuras que generan controversia, definitivamente plantea interrogantes sobre nuestros valores y nuestra posición en el mundo. No es que tengamos que aislar a nadie, pero sí hay que tener cuidado con quién nos juntamos y qué mensajes enviamos.
Y ahí entra el rol del Congreso, porque sinceramente, parece que están durmiendo la siesta mientras todo esto pasa. Deberían estar debatiendo activamente estas relaciones internacionales, haciendo preguntas incómodas y exigiendo transparencia. Pero bueno, ya sabemos cómo va la cosa allá arriba… suele haber más intereses personales que preocupaciones nacionales, ay, qué pena decirlo.
Pero ojo, no todo está perdido. El PLN también quiere recordarnos que la tradición democrática costarricense es fuerte, que podemos distinguir bien la firmeza democrática de la violencia disfrazada de orden. Afirman que los votantes “vencerán al chavismo con votos, con decencia y con la fuerza tranquila de la democracia”. Un poco de optimismo no viene mal, aunque a veces uno se desespera viendo cómo van las cosas.
En fin, la visita ya pasó, y ahora toca ver qué consecuencias trae consigo. Esta jugada de acercamientos políticos siempre genera debate y divisiones, y creo que es importante que sigamos analizando la situación con cautela y responsabilidad. ¿Ustedes creen que esta cercanía con Bukele representa una amenaza real para la democracia costarricense o es simplemente una exageración mediática y política? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el pueblo!