¡Ay, Dios mío! Este caso del tipo Pablot Martínez, que ahora quieren mandar pa' Francia por cosas turbias con droga, me trajo recuerdos horribles del asesinato de Karolay Vindas. ¿Se acuerdan de eso, raza? Una muchacha joven, embarazada, truncada de la peor manera en Quepos hace unos años. Ahora resulta que este señor andaba metido ahí también.
Para refrescarle la memoria a algunos, Iván Pablot Martínez, un colombiano ya nacionalizado acá, estaba siendo investigado por autoridades francesas por tráfico de drogas, y durante ese proceso sacan a relucir su conexión con el crimen de Karolay. La pobre Karolay, apenas con 21 años y ocho semanas de embarazo, iba saliendo del control prenatal en el hospital de Quepos cuando pasó lo inimaginable, un atentado a sangre fría.
Según dicen, la cámara de seguridad captó todo. Un tipo con casco se le abalanza encima mientras espera que salga el carro, le pega rajones con un arma, y luego se escabulle. ¡Imagínate el susto que le debió caer al papá de Karolay, que iba en el asiento trasero! Lo más triste es que nunca lograron identificar al gatillo ni al chofer de la moto que ayudó a escapar al asesino. De verdad, qué pena ajena y qué impotencia.
Y vaya que este caso duró dando vueltas. Fuentes cercanas a la investigación mencionan que Karolay había sido citada precisamente para eso, para que la mataran. Dicen que el niño que llevaba en la barriga era de origen colombiano, entonces claro, empiezan a buscar conexiones internacionales y toda la onda. Pero bueno, como siempre, las pistas se enfriaron y el caso quedó prácticamente varado.
Ahora, con la detención de Pablot Martínez en Cartago, la Fiscalía General ha prometido reabrir la investigación. “Vamos a revisar todos los expedientes, entrevistar nuevamente a testigos y buscar nuevas pruebas”, declararon. Esperemos que sí, porque la familia de Karolay lleva años buscando justicia y merecen saber quién mandó matar a su hija y a su nieto que aún no nació.
Pero hay más, pues parece que este mismo Pablot Martínez también estaba tratando de sobornar a jueces y asistentes judiciales con billetes verdes para obtener información confidencial sobre otras investigaciones que lo tenían en la mira. ¡Eso es irse al traste por completo! Uno cree que después de tanto escándalo aprendería la lección, pero no, sigue metiéndose en líos.
Lo que más me preocupa es que estos casos nos demuestran cómo la delincuencia organizada está enquistada en nuestro país. Conexiones con Colombia, corrupción judicial… Parece que necesitamos ponerle pausa a esto, raza. A ver si las autoridades pueden darle una solución pronto, sino, vamos quedando feos frente al mundo entero y con gente inocente sufriendo las consecuencias, como la familia de Karolay.
Dicho todo esto, me pregunto: ¿Realmente creemos que reabrir la investigación traerá claridad al caso de Karolay Vindas, o será otra promesa incumplida? ¿Qué medidas deberían tomar las autoridades para prevenir este tipo de crímenes y evitar que queden impunes?
Para refrescarle la memoria a algunos, Iván Pablot Martínez, un colombiano ya nacionalizado acá, estaba siendo investigado por autoridades francesas por tráfico de drogas, y durante ese proceso sacan a relucir su conexión con el crimen de Karolay. La pobre Karolay, apenas con 21 años y ocho semanas de embarazo, iba saliendo del control prenatal en el hospital de Quepos cuando pasó lo inimaginable, un atentado a sangre fría.
Según dicen, la cámara de seguridad captó todo. Un tipo con casco se le abalanza encima mientras espera que salga el carro, le pega rajones con un arma, y luego se escabulle. ¡Imagínate el susto que le debió caer al papá de Karolay, que iba en el asiento trasero! Lo más triste es que nunca lograron identificar al gatillo ni al chofer de la moto que ayudó a escapar al asesino. De verdad, qué pena ajena y qué impotencia.
Y vaya que este caso duró dando vueltas. Fuentes cercanas a la investigación mencionan que Karolay había sido citada precisamente para eso, para que la mataran. Dicen que el niño que llevaba en la barriga era de origen colombiano, entonces claro, empiezan a buscar conexiones internacionales y toda la onda. Pero bueno, como siempre, las pistas se enfriaron y el caso quedó prácticamente varado.
Ahora, con la detención de Pablot Martínez en Cartago, la Fiscalía General ha prometido reabrir la investigación. “Vamos a revisar todos los expedientes, entrevistar nuevamente a testigos y buscar nuevas pruebas”, declararon. Esperemos que sí, porque la familia de Karolay lleva años buscando justicia y merecen saber quién mandó matar a su hija y a su nieto que aún no nació.
Pero hay más, pues parece que este mismo Pablot Martínez también estaba tratando de sobornar a jueces y asistentes judiciales con billetes verdes para obtener información confidencial sobre otras investigaciones que lo tenían en la mira. ¡Eso es irse al traste por completo! Uno cree que después de tanto escándalo aprendería la lección, pero no, sigue metiéndose en líos.
Lo que más me preocupa es que estos casos nos demuestran cómo la delincuencia organizada está enquistada en nuestro país. Conexiones con Colombia, corrupción judicial… Parece que necesitamos ponerle pausa a esto, raza. A ver si las autoridades pueden darle una solución pronto, sino, vamos quedando feos frente al mundo entero y con gente inocente sufriendo las consecuencias, como la familia de Karolay.
Dicho todo esto, me pregunto: ¿Realmente creemos que reabrir la investigación traerá claridad al caso de Karolay Vindas, o será otra promesa incumplida? ¿Qué medidas deberían tomar las autoridades para prevenir este tipo de crímenes y evitar que queden impunes?