¡Ay, Dios mío! Tres meses se fueron volando desde que agarraron a Celso Gamboa, Pecho de Rata y al Profe, y todavía no los mandan pa’ Estados Unidos. La cosa está más lánguida que una sabana en agosto, ¿eh?
Recordemos rápido: Edwin Danney López Vega, alias Pecho de Rata o Diosito, el exconvicto; Celso Manuel Gamboa Sánchez, exministro y exmagistrado; y Jonathan Guillermo Álvarez Alfaro, alias Profe o Gato, el supuesto empresario… Todos metidos en un lío gordo con el DEA por el tráfico internacional de cocaína. Una movida que pilló a todos desprevenidos, porque parecía sacado de novela.
Lo curioso es que la DEA viene detrás de ellos desde afuera, y acá en Costa Rica la gente anda hecha humo. La solicitud de extradición llegó, se presentaron las pruebas, los abogados hicieron su brega... Pero el proceso va más lento que una tortuga escalando cerro de Puriscal. Con todo y que el fiscal estadounidense, Wesley Wynne, vino a empujar, parece que no hay prisa en solucionar esto.
Ahora, resulta que la pelota está totalmente en la cancha del juez. Ya venció el plazo para que las defensas dieran sus argumentos, presentando “pruebas de descargo” como dicen los abogados. Parece que están buscando cualquier resquicio legal para evitar que esos señores viajen a enfrentar cargos allá. Michael Castillo, abogado de Gamboa, explicó que los primeros 10 días era para aportar las pruebas, y los otros 10 para defender por qué no debería proceder la extradición. ¡Qué vara!
Pero no solo eso, porque ahora el juez tiene que tomar una decisión. Y si alguno de los extraditables no está contento con la resolución, pueden meterle un recurso a un tribunal superior, que tampoco tiene fecha límite para resolver. ¡Imagínate la espera! Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, nos recordó que estas extradicciones suelen tardar, a veces más de un año, aunque sean voluntarios. Él mencionó el caso de Shock, que lleva casi 10 meses varado en Londres, esperando su turno.
Y hablando de tiempos, Zúñiga también puso en perspectiva la situación. Dijo que normalmente, si una persona acepta la extradición, el proceso tarda entre cuatro y seis meses. Pero, claro, como estos señores no quieren irse, toca pasar por todo el papeleo y el proceso judicial completo. Además, tienen que verificar que allá no les hagan daño, que no haya pena de muerte ni reclusión perpetua, ¿me entienden?
La DEA pinta a Gamboa como el gran capo, el coordinador regional del Cartel del Golfo, con contactos en varios países de Latinoamérica. Lo vinculan con el Cartel de Sinaloa y el Clan del Golfo, orquestando la compra de droga aquí en Costa Rica y enviándola al norte. Pecho de Rata, por su lado, es acusado de usar una finca en Sixaola para recibir avionetas llenas de cocaína. ¡Menuda maraña!
Entonces, la pregunta que me surge a mí es: ¿Estamos perdiendo el tren con estos casos? ¿Será que la burocracia y los tecnicismos legales nos impiden colaborar eficazmente con nuestros aliados internacionales en la lucha contra el narcotráfico? ¿Ustedes creen que el juez va a mandar a Celso, Pecho de Rata y al Profe pa' llá, o vamos a seguir viendo cómo el caso se arrastra por años?
Recordemos rápido: Edwin Danney López Vega, alias Pecho de Rata o Diosito, el exconvicto; Celso Manuel Gamboa Sánchez, exministro y exmagistrado; y Jonathan Guillermo Álvarez Alfaro, alias Profe o Gato, el supuesto empresario… Todos metidos en un lío gordo con el DEA por el tráfico internacional de cocaína. Una movida que pilló a todos desprevenidos, porque parecía sacado de novela.
Lo curioso es que la DEA viene detrás de ellos desde afuera, y acá en Costa Rica la gente anda hecha humo. La solicitud de extradición llegó, se presentaron las pruebas, los abogados hicieron su brega... Pero el proceso va más lento que una tortuga escalando cerro de Puriscal. Con todo y que el fiscal estadounidense, Wesley Wynne, vino a empujar, parece que no hay prisa en solucionar esto.
Ahora, resulta que la pelota está totalmente en la cancha del juez. Ya venció el plazo para que las defensas dieran sus argumentos, presentando “pruebas de descargo” como dicen los abogados. Parece que están buscando cualquier resquicio legal para evitar que esos señores viajen a enfrentar cargos allá. Michael Castillo, abogado de Gamboa, explicó que los primeros 10 días era para aportar las pruebas, y los otros 10 para defender por qué no debería proceder la extradición. ¡Qué vara!
Pero no solo eso, porque ahora el juez tiene que tomar una decisión. Y si alguno de los extraditables no está contento con la resolución, pueden meterle un recurso a un tribunal superior, que tampoco tiene fecha límite para resolver. ¡Imagínate la espera! Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, nos recordó que estas extradicciones suelen tardar, a veces más de un año, aunque sean voluntarios. Él mencionó el caso de Shock, que lleva casi 10 meses varado en Londres, esperando su turno.
Y hablando de tiempos, Zúñiga también puso en perspectiva la situación. Dijo que normalmente, si una persona acepta la extradición, el proceso tarda entre cuatro y seis meses. Pero, claro, como estos señores no quieren irse, toca pasar por todo el papeleo y el proceso judicial completo. Además, tienen que verificar que allá no les hagan daño, que no haya pena de muerte ni reclusión perpetua, ¿me entienden?
La DEA pinta a Gamboa como el gran capo, el coordinador regional del Cartel del Golfo, con contactos en varios países de Latinoamérica. Lo vinculan con el Cartel de Sinaloa y el Clan del Golfo, orquestando la compra de droga aquí en Costa Rica y enviándola al norte. Pecho de Rata, por su lado, es acusado de usar una finca en Sixaola para recibir avionetas llenas de cocaína. ¡Menuda maraña!
Entonces, la pregunta que me surge a mí es: ¿Estamos perdiendo el tren con estos casos? ¿Será que la burocracia y los tecnicismos legales nos impiden colaborar eficazmente con nuestros aliados internacionales en la lucha contra el narcotráfico? ¿Ustedes creen que el juez va a mandar a Celso, Pecho de Rata y al Profe pa' llá, o vamos a seguir viendo cómo el caso se arrastra por años?
