Maes, pónganse cómodos porque la vara en la política tica está que arde. Si pensaban que la novela entre el presidente Rodrigo Chaves y el jefe del Congreso, Rodrigo Arias, no podía ponerse más intensa, estaban equivocados. Se armó un despiche de proporciones épicas y, para variar, todo gira en torno al levantamiento de la inmunidad del presi. La última bronca dejó a todo el mundo hablando, con acusaciones que van desde “prepotencias” hasta un supuesto control del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). ¡Casi nada!
Vamos por partes, como diría Jack. El miércoles, el presidente Chaves salió con todo y sin anestesia. Dijo que el procedimiento que le tienen montado en la Asamblea para ver si le quitan la inmunidad el 22 de setiembre es una payasada. Según él, que le den solo 30 minutos para hablar, que no dejen entrar a su abogado y que todo sea un monólogo sin preguntas son puras “ocurrencias” y “prepotencias” de Rodrigo Arias. Chaves básicamente tiró la indirecta de que Arias “hace lo que le da la gana” y que hasta está pensando si vale la pena ir a “honrar” ese circo con su presencia. ¡Qué torta se armaría si no llega!
Diay, como era de esperarse, don Rodrigo Arias no se quedó callado. Al día siguiente, con una calma que a ratos asusta, le devolvió el filazo. La respuesta de Arias fue simple pero letal: el presidente Chaves está hablando sin saber, denotando un “desconocimiento de la ley” y del reglamento de la Asamblea. Según Arias, lo que el mandatario quiere es que le hagan un “traje a la medida”, que le cambien las reglas del juego a su antojo para que él pueda hacer su propio show. Y remató con una frase que es para enmarcar: “Al presidente le estorba la ley”. ¡Tome chichí! Arias insiste en que todo el procedimiento está apegado al reglamento, que tiene rango de ley, y que si Chaves se lo hubiera leído, no estaría diciendo esas varas.
Pero cuando creíamos que el pleito no podía escalar más, Chaves se jaló una torta monumental. En medio de su discurso, soltó una bomba: acusó a Rodrigo Arias de controlar el Tribunal Supremo de Elecciones junto a la presidenta del órgano, Eugenia Zamora. O sea, no solo cuestionó el proceso legislativo, sino que le metió un puñal a la credibilidad de una de las instituciones más respetadas del país. Dijo que ese era “un debate que tendremos con el tiempo”, insinuando que Arias obliga a los magistrados a poner reglas como la famosa “mordaza”. El TSE, por supuesto, calificó las declaraciones de “infames”.
La reacción de Arias a esta acusación fue de antología. Cuentan que hasta se le dibujó una sonrisita antes de responder. Negó tajantemente tener cualquier tipo de injerencia en el TSE y, para demostrar su punto, sacó un as bajo la manga. Les recordó a todos la vez que él y el Tribunal tuvieron un encontronazo por la renuncia del vicepresidente Stephan Brunner. Arias quería que se votara en el Plenario y el TSE le dijo que nones, que no hacía falta. La lógica de Arias es aplastante: “Si fuera el que mandara en el Tribunal no se hubiera dado esa divergencia”. Un jaque mate en toda regla que dejó a Chaves muy mal parado. Al final, toda esta bronca deja claro que esto es más que una simple diferencia de opiniones; es un choque de trenes entre dos de las figuras más poderosas del país. El 22 de setiembre se define la vara de la inmunidad, pero este despiche político parece que apenas comienza.
Y ahora, la pregunta para el foro: Más allá de quién les caiga mejor, ¿quién creen que tiene la razón en este pleito? ¿Está Chaves defendiéndose de un proceso injusto o, como dice Arias, simplemente no le gusta seguir las reglas? ¡Opinen, maes!
Vamos por partes, como diría Jack. El miércoles, el presidente Chaves salió con todo y sin anestesia. Dijo que el procedimiento que le tienen montado en la Asamblea para ver si le quitan la inmunidad el 22 de setiembre es una payasada. Según él, que le den solo 30 minutos para hablar, que no dejen entrar a su abogado y que todo sea un monólogo sin preguntas son puras “ocurrencias” y “prepotencias” de Rodrigo Arias. Chaves básicamente tiró la indirecta de que Arias “hace lo que le da la gana” y que hasta está pensando si vale la pena ir a “honrar” ese circo con su presencia. ¡Qué torta se armaría si no llega!
Diay, como era de esperarse, don Rodrigo Arias no se quedó callado. Al día siguiente, con una calma que a ratos asusta, le devolvió el filazo. La respuesta de Arias fue simple pero letal: el presidente Chaves está hablando sin saber, denotando un “desconocimiento de la ley” y del reglamento de la Asamblea. Según Arias, lo que el mandatario quiere es que le hagan un “traje a la medida”, que le cambien las reglas del juego a su antojo para que él pueda hacer su propio show. Y remató con una frase que es para enmarcar: “Al presidente le estorba la ley”. ¡Tome chichí! Arias insiste en que todo el procedimiento está apegado al reglamento, que tiene rango de ley, y que si Chaves se lo hubiera leído, no estaría diciendo esas varas.
Pero cuando creíamos que el pleito no podía escalar más, Chaves se jaló una torta monumental. En medio de su discurso, soltó una bomba: acusó a Rodrigo Arias de controlar el Tribunal Supremo de Elecciones junto a la presidenta del órgano, Eugenia Zamora. O sea, no solo cuestionó el proceso legislativo, sino que le metió un puñal a la credibilidad de una de las instituciones más respetadas del país. Dijo que ese era “un debate que tendremos con el tiempo”, insinuando que Arias obliga a los magistrados a poner reglas como la famosa “mordaza”. El TSE, por supuesto, calificó las declaraciones de “infames”.
La reacción de Arias a esta acusación fue de antología. Cuentan que hasta se le dibujó una sonrisita antes de responder. Negó tajantemente tener cualquier tipo de injerencia en el TSE y, para demostrar su punto, sacó un as bajo la manga. Les recordó a todos la vez que él y el Tribunal tuvieron un encontronazo por la renuncia del vicepresidente Stephan Brunner. Arias quería que se votara en el Plenario y el TSE le dijo que nones, que no hacía falta. La lógica de Arias es aplastante: “Si fuera el que mandara en el Tribunal no se hubiera dado esa divergencia”. Un jaque mate en toda regla que dejó a Chaves muy mal parado. Al final, toda esta bronca deja claro que esto es más que una simple diferencia de opiniones; es un choque de trenes entre dos de las figuras más poderosas del país. El 22 de setiembre se define la vara de la inmunidad, pero este despiche político parece que apenas comienza.
Y ahora, la pregunta para el foro: Más allá de quién les caiga mejor, ¿quién creen que tiene la razón en este pleito? ¿Está Chaves defendiéndose de un proceso injusto o, como dice Arias, simplemente no le gusta seguir las reglas? ¡Opinen, maes!
