¡Aguafiestas! Parece que nos tocará recibir a medio continente en casa, porque Costa Rica se prepara para acoger la Asamblea General de la Organización Universitaria Interamericana (OUI). Ni más ni menos que más de 400 representantes de universidades, centros de investigación y organismos académicos de toda América llegarán a Aranjuez, en la Universidad Hispanoamericana (UH), a partir del 14 de octubre. ¡Eso sí es moverla!
La idea es ponerle lupa a los retos de la educación superior en este mundo que va a mil por hora. Se espera que los rectores, vicerrectores, líderes universitarios e investigadores, esos tipos que saben un terrenito, discutan temas candentes como la innovación educativa, cómo colaborar entre universidades y cómo llevar el conocimiento a todos lados, ¡sin que quede nadie atrás!
Más allá de echar plática, los organizadores prometen pasar a la acción. Quieren definir qué medidas concretas pueden tomarse para unir fuerzas entre las universidades, potenciar el rol de la academia como solucionadora de problemas (sociales, económicos, ambientales... ¡lo que surja!), y hacer que el saber sirva para mejorar la vida de to’a la gente. Ya ven, dejar de lado el “yo” y empezar a trabajar en equipo. Suena a discurso político, pero esperemos que esto tenga resultados.
Francisco Préstamo Gil, el rector de la UH, le puso sabor al asunto diciendo que desde Costa Rica estamos listos para abrirle la puerta al diálogo y compartir nuestras experiencias. Según él, solamente si nos echamos las manos al hombro podemos crear soluciones que tengan impacto real en nuestra realidad. Un mae sabe, ¡y nosotros tenemos mucho que ofrecer!
Y eso no es todo, brete. Paralelo a la asamblea general, se llevará a cabo el Espacio de Mujeres Líderes de Instituciones de Educación Superior (Emulies). Una linda iniciativa para darle visibilidad y promover el liderazgo femenino en las universidades. Las rectoras, vicerrectoras y demás directivas tendrán su propio foro los días 13 y 14 de octubre, para hablar de sus propios desafíos y buscar formas de romper techos de cristal. ¡Que les vaya bien, damas!
Para nosotros, los ticos, este evento es una inyección de orgullo nacional. Reconoce el esfuerzo que hemos hecho por construir un sistema universitario comprometido con la inclusión, la sostenibilidad y la calidad académica. Costa Rica siempre ha estado presente en la OUI, a través de instituciones públicas y privadas, y ahora vamos a tener la oportunidad de mostrarle al mundo lo que sabemos hacer bien. ¡Como dice el dicho, una cosita es ser perezoso y otra es saber esperar, y nosotros sabemos combinar ambas!
Además, ser sede de este encuentro nos posiciona como actores importantes en la toma de decisiones sobre política educativa regional. Imagínense, poder influir en cómo se enseña y se aprende en toda América. Eso sí que es un chunche grande. En fin, como decía el rector, las universidades somos puentes entre naciones, culturas y personas. ¡Un encuentro como este puede cambiar el rumbo de la historia, diay!
En conclusión, un evento de esta magnitud es una gran oportunidad para reflexionar sobre el futuro de la educación superior en Costa Rica y en la región. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que estos encuentros académicos realmente traducen en cambios concretos en las aulas y en la vida de los estudiantes? ¿O son solo discursos bonitos y fotos para el periódico?
La idea es ponerle lupa a los retos de la educación superior en este mundo que va a mil por hora. Se espera que los rectores, vicerrectores, líderes universitarios e investigadores, esos tipos que saben un terrenito, discutan temas candentes como la innovación educativa, cómo colaborar entre universidades y cómo llevar el conocimiento a todos lados, ¡sin que quede nadie atrás!
Más allá de echar plática, los organizadores prometen pasar a la acción. Quieren definir qué medidas concretas pueden tomarse para unir fuerzas entre las universidades, potenciar el rol de la academia como solucionadora de problemas (sociales, económicos, ambientales... ¡lo que surja!), y hacer que el saber sirva para mejorar la vida de to’a la gente. Ya ven, dejar de lado el “yo” y empezar a trabajar en equipo. Suena a discurso político, pero esperemos que esto tenga resultados.
Francisco Préstamo Gil, el rector de la UH, le puso sabor al asunto diciendo que desde Costa Rica estamos listos para abrirle la puerta al diálogo y compartir nuestras experiencias. Según él, solamente si nos echamos las manos al hombro podemos crear soluciones que tengan impacto real en nuestra realidad. Un mae sabe, ¡y nosotros tenemos mucho que ofrecer!
Y eso no es todo, brete. Paralelo a la asamblea general, se llevará a cabo el Espacio de Mujeres Líderes de Instituciones de Educación Superior (Emulies). Una linda iniciativa para darle visibilidad y promover el liderazgo femenino en las universidades. Las rectoras, vicerrectoras y demás directivas tendrán su propio foro los días 13 y 14 de octubre, para hablar de sus propios desafíos y buscar formas de romper techos de cristal. ¡Que les vaya bien, damas!
Para nosotros, los ticos, este evento es una inyección de orgullo nacional. Reconoce el esfuerzo que hemos hecho por construir un sistema universitario comprometido con la inclusión, la sostenibilidad y la calidad académica. Costa Rica siempre ha estado presente en la OUI, a través de instituciones públicas y privadas, y ahora vamos a tener la oportunidad de mostrarle al mundo lo que sabemos hacer bien. ¡Como dice el dicho, una cosita es ser perezoso y otra es saber esperar, y nosotros sabemos combinar ambas!
Además, ser sede de este encuentro nos posiciona como actores importantes en la toma de decisiones sobre política educativa regional. Imagínense, poder influir en cómo se enseña y se aprende en toda América. Eso sí que es un chunche grande. En fin, como decía el rector, las universidades somos puentes entre naciones, culturas y personas. ¡Un encuentro como este puede cambiar el rumbo de la historia, diay!
En conclusión, un evento de esta magnitud es una gran oportunidad para reflexionar sobre el futuro de la educación superior en Costa Rica y en la región. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que estos encuentros académicos realmente traducen en cambios concretos en las aulas y en la vida de los estudiantes? ¿O son solo discursos bonitos y fotos para el periódico?
