Seamos honestos, maes. Llega esta época del año y a más de uno le empieza un tic en el ojo solo de pensar en las tres letras: P-A-A. Sí, la famosa Prueba de Aptitud Académica de la UCR, ese rito de paso que se siente como la primera gran final de la vida. Hay un montón de mitos, nervios y gente diciendo de todo. Así que, para que no le agarre tarde y no ande más perdido que el chiquito de la Llorona, vamos a desmenuzar esta vara punto por punto, con lo que de verdad importa y sin paja.
Primero lo primero: respire. Este examen no mide si usted se sabe de memoria la tabla periódica o los ríos de Asia. La PAA es una prueba de razonamiento, de pura lógica. Mide qué tan ágil es su mente para resolver problemas y entender lo que lee. O sea, la vara no es tanto de conocimiento puro y duro, sino de habilidad. La mejor forma de prepararse no es encerrarse a memorizar como un robot, sino leer de todo un poco, hacer sudokus, practicar con los folletos que la misma UCR suelta en línea. Familiarizarse con el tipo de pregunta es la mitad del brete, porque le quita el factor sorpresa que tanto asusta.
Ahora, hablemos de logística para no jalarse una torta el mero día. Las pruebas son el 11 y 12 de octubre. Anótelo, póngase una alarma, péguelo en la refri. Para entrar, necesita una identificación con foto (cédula, TIM, pasaporte, lo que sea que demuestre que usted es usted). Y para hacer el examen, la cosa es old-school: lápiz de grafito número 2 y borrador. ¡Y ya! Deje el celular, el chunche del reloj inteligente y hasta la calculadora en la casa. Si lo pescan con algo de eso, se puede meter en un problemón y ahí sí, todo el esfuerzo se va al traste. Son 1 hora y 50 minutos de concentración total, así que mejor no jugársela.
Aquí viene la parte que muchos dejan pasar y es, quizás, la más importante de todas. Diay, mae, la nota del examen es solo el 50% de la película. El otro 50% es su promedio del colegio. Esto es clave. Usted puede ser un carga resolviendo los ejercicios de la PAA y sacar un notón, pero si sus notas de secundaria andan por la calle de la amargura, su promedio de admisión se va a ver afectado. Es un trabajo en equipo entre su "yo" del examen y su "yo" que se fajó (o no) durante los últimos años de cole. Así que si todavía está a tiempo, ¡póngale bonito a esas materias! Cada punto cuenta.
Finalmente, un balde de agua fría con cariño: sacar una buena nota de admisión no le garantiza el campo. ¿Cómo así? Simple: es un concurso. Usted compite con miles de personas por un número limitado de cupos en cada carrera. Si su sueño es entrar a una carrera con altísima demanda, va a necesitar un promedio estratosférico. Si no lo logra a la primera, no es el fin del mundo. Existen otras opciones de carrera y otros caminos. Lo fundamental es ir preparado, conocer las reglas del juego y tener un plan B. Prepárese con tiempo, duerma bien el día antes y confíe en lo que sabe. El resto es manejar los nervios.
Y ustedes, maes, ¿qué es lo que más los estresa de este examen? ¿Algún consejo de veterano para los que van por primera vez? ¡Cuenten todo en los comentarios!
Primero lo primero: respire. Este examen no mide si usted se sabe de memoria la tabla periódica o los ríos de Asia. La PAA es una prueba de razonamiento, de pura lógica. Mide qué tan ágil es su mente para resolver problemas y entender lo que lee. O sea, la vara no es tanto de conocimiento puro y duro, sino de habilidad. La mejor forma de prepararse no es encerrarse a memorizar como un robot, sino leer de todo un poco, hacer sudokus, practicar con los folletos que la misma UCR suelta en línea. Familiarizarse con el tipo de pregunta es la mitad del brete, porque le quita el factor sorpresa que tanto asusta.
Ahora, hablemos de logística para no jalarse una torta el mero día. Las pruebas son el 11 y 12 de octubre. Anótelo, póngase una alarma, péguelo en la refri. Para entrar, necesita una identificación con foto (cédula, TIM, pasaporte, lo que sea que demuestre que usted es usted). Y para hacer el examen, la cosa es old-school: lápiz de grafito número 2 y borrador. ¡Y ya! Deje el celular, el chunche del reloj inteligente y hasta la calculadora en la casa. Si lo pescan con algo de eso, se puede meter en un problemón y ahí sí, todo el esfuerzo se va al traste. Son 1 hora y 50 minutos de concentración total, así que mejor no jugársela.
Aquí viene la parte que muchos dejan pasar y es, quizás, la más importante de todas. Diay, mae, la nota del examen es solo el 50% de la película. El otro 50% es su promedio del colegio. Esto es clave. Usted puede ser un carga resolviendo los ejercicios de la PAA y sacar un notón, pero si sus notas de secundaria andan por la calle de la amargura, su promedio de admisión se va a ver afectado. Es un trabajo en equipo entre su "yo" del examen y su "yo" que se fajó (o no) durante los últimos años de cole. Así que si todavía está a tiempo, ¡póngale bonito a esas materias! Cada punto cuenta.
Finalmente, un balde de agua fría con cariño: sacar una buena nota de admisión no le garantiza el campo. ¿Cómo así? Simple: es un concurso. Usted compite con miles de personas por un número limitado de cupos en cada carrera. Si su sueño es entrar a una carrera con altísima demanda, va a necesitar un promedio estratosférico. Si no lo logra a la primera, no es el fin del mundo. Existen otras opciones de carrera y otros caminos. Lo fundamental es ir preparado, conocer las reglas del juego y tener un plan B. Prepárese con tiempo, duerma bien el día antes y confíe en lo que sabe. El resto es manejar los nervios.
Y ustedes, maes, ¿qué es lo que más los estresa de este examen? ¿Algún consejo de veterano para los que van por primera vez? ¡Cuenten todo en los comentarios!