¡Ay, Dios mío! Parece que los procesos de extradición en Costa Rica van a tomarse su buen tiempo. Resulta que los primeros seis tipos que nos piden prestados nuestros vecinos – y hasta gringos– para enfrentar juicios afuera, se van a arrastrar bastante. Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, lo dejó bien clarito: es la norma, compa, y no precisamente porque los jueces andan echándose la siesta.
Todo empezó con la captura de José Villalobos López, alias ‘Boligoma’, un pescador de Golfito que se mandó una cagada monumental allá por Panamá, moviendo media tonelada de blanca. Pero no va solo, sumadle al exmagistrado Celso Gamboa, Pecho de Rata (alias Diosito), Profe o Gato, Noni y John Cadenas. Una galería de personajes turbios que ahora tienen que lidiar con un laberinto legal más complicado que encontrar estacionamiento en Zapote un día sábado.
Según el director del OIJ, si el vándalo decide aceptar la extradición, se puede agilizar un poco, como cuatro o seis meses. Pero si se pone a regañadientes, ahí sí se abre la caja de Pandora. Primero, los 60 días para que el país solicitante aporte pruebas... ¡Uf! Después viene la indagatoria, donde el acusado dice si va o no. Y si no quiere, empieza la novela judicial. ¡Qué torta!
Zúñiga recalca que esto no es exclusivo de Costa Rica. En otros lados también se tardan años. Pura burocracia internacional, pa’ que luego digan que andamos eficientes. El caso de Luis Manuel Picado Grijalba, alias ‘Shock’, es el claro ejemplo: capturado en Europa desde diciembre pasado, ¡casi 10 meses después! y todavía esperando a que un juez en Londres diga qué hacer con él. Uno piensa, '¿pa’ dónde vamos?’
Y ahí entra en juego toda la normativa nacional. El juez tiene que chequear que todo esté bien, que no le vayan a aplicar la pena de muerte ni condenas eternas. Luego, los abogados empiezan con sus recursos, apelaciones, presentaciones… ¡Un brete! Si en primera instancia le dan el visto bueno a la extradición, seguro lo apelan, y listo, sube a otra instancia. Promedian un año las extradiciones, y con estos casos, parece que vamos camino a llegarle a la punta.
Esta ley nueva, que permite echarle ojo a nacionales señalados de narcotráfico o terrorismo, prometía acelerar los tiempos, pero parece que los mecanismos legales internacionales pesan más que nuestras intenciones. Al final, el sistema te come vivo. Te recitan los derechos, llenan papeles, te hacen firmar documentos y al final te dicen: 'regrese mañana'.
Pero, eh, no todo está perdido. Aunque los trámites sean lentos, el OIJ asegura que están haciendo lo posible para cumplir con las obligaciones internacionales y evitar cualquier problema diplomático. Total, ¿qué les vamos a hacer? Somos un país pequeño en medio de gigantes, y tenemos que jugar con las reglas que nos imponen. Lo importante es que estos delincuentes no se escapan impunes y tengan que responder por sus fechorías.
Con tanto papeleo, retrasos y apelaciones, ¿creen que realmente la reforma de la ley de extradiciones logrará agilizar los procesos en Costa Rica o será otra promesa incumplida? ¡Díganme qué piensan en el foro! ¿Es justo que tengamos que esperar tanto para ver a estos personajes detrás de barrotes en otro país?
Todo empezó con la captura de José Villalobos López, alias ‘Boligoma’, un pescador de Golfito que se mandó una cagada monumental allá por Panamá, moviendo media tonelada de blanca. Pero no va solo, sumadle al exmagistrado Celso Gamboa, Pecho de Rata (alias Diosito), Profe o Gato, Noni y John Cadenas. Una galería de personajes turbios que ahora tienen que lidiar con un laberinto legal más complicado que encontrar estacionamiento en Zapote un día sábado.
Según el director del OIJ, si el vándalo decide aceptar la extradición, se puede agilizar un poco, como cuatro o seis meses. Pero si se pone a regañadientes, ahí sí se abre la caja de Pandora. Primero, los 60 días para que el país solicitante aporte pruebas... ¡Uf! Después viene la indagatoria, donde el acusado dice si va o no. Y si no quiere, empieza la novela judicial. ¡Qué torta!
Zúñiga recalca que esto no es exclusivo de Costa Rica. En otros lados también se tardan años. Pura burocracia internacional, pa’ que luego digan que andamos eficientes. El caso de Luis Manuel Picado Grijalba, alias ‘Shock’, es el claro ejemplo: capturado en Europa desde diciembre pasado, ¡casi 10 meses después! y todavía esperando a que un juez en Londres diga qué hacer con él. Uno piensa, '¿pa’ dónde vamos?’
Y ahí entra en juego toda la normativa nacional. El juez tiene que chequear que todo esté bien, que no le vayan a aplicar la pena de muerte ni condenas eternas. Luego, los abogados empiezan con sus recursos, apelaciones, presentaciones… ¡Un brete! Si en primera instancia le dan el visto bueno a la extradición, seguro lo apelan, y listo, sube a otra instancia. Promedian un año las extradiciones, y con estos casos, parece que vamos camino a llegarle a la punta.
Esta ley nueva, que permite echarle ojo a nacionales señalados de narcotráfico o terrorismo, prometía acelerar los tiempos, pero parece que los mecanismos legales internacionales pesan más que nuestras intenciones. Al final, el sistema te come vivo. Te recitan los derechos, llenan papeles, te hacen firmar documentos y al final te dicen: 'regrese mañana'.
Pero, eh, no todo está perdido. Aunque los trámites sean lentos, el OIJ asegura que están haciendo lo posible para cumplir con las obligaciones internacionales y evitar cualquier problema diplomático. Total, ¿qué les vamos a hacer? Somos un país pequeño en medio de gigantes, y tenemos que jugar con las reglas que nos imponen. Lo importante es que estos delincuentes no se escapan impunes y tengan que responder por sus fechorías.
Con tanto papeleo, retrasos y apelaciones, ¿creen que realmente la reforma de la ley de extradiciones logrará agilizar los procesos en Costa Rica o será otra promesa incumplida? ¡Díganme qué piensan en el foro! ¿Es justo que tengamos que esperar tanto para ver a estos personajes detrás de barrotes en otro país?
